El estrés en sí no es malo. La Asociación Americana de Psicología lo compara a la tensión de la cuerda de un violín. Si hay muy poca tensión, el sonido será apagado y desafinado; si hay demasiada, será estridente o la cuerda se romperá. Además comenta: “El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo”.
Por otro lado, las personas tienen temperamentos distintos y algunas son más saludables que otras. Lo que le provoca tensión a una persona quizás no afecte a otra. Sin embargo, si su rutina lo tensa tanto que no le permite relajarse ni reaccionar bien ante situaciones difíciles, lo más seguro es que padezca estrés crónico.
Hay quienes recurren a las drogas, el alcohol o el tabaco para “manejar” su estrés. Otros modifican sus conductas alimentarias o pasan mucho tiempo frente al televisor o la computadora. No obstante, nada de esto ataca la raíz del problema; al contrario, podría empeorarlo.
El mejor comienzo para aliviar el estrés
“Hacer ciertos cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo” para aliviar el estrés, aseguran los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. “Empiece por [tener] una alimentación saludable y bien balanceada —aconsejan—, al igual que dormir bien y hacer ejercicio. También reduzca la cafeína y la ingesta de alcohol y no use nicotina, cocaína ni otras drogas psicoactivas.” Además, recomiendan tomar días libres, pasar tiempo con familiares o amigos y aprender alguna manualidad o a tocar un instrumento.
Por otro lado, puedes darle atención a tu salud espiritual meditando en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28). En este sentido, si deseas saber como lograrlo y si no es molestia para ti, puedes escribirme [email protected] y compartir contigo información que no puedo publicar en el foro por respeto a las reglas sobre enlaces de otros sitios webb. Espero saber de ti, que mejores y recibe un saludo fraterno.