Con frecuencia, esa voz interior excesivamente crítica que nos condena se equivoca. Medita en la lista de pensamientos distorsionados que son típicos y que contribuyen a generar la depresión. Aprende a identificar esos pensamientos equívocos y a mentalmente cuestionar su validez. ¿Cuáles son los más frecuentes?
Modos de pensar distorsionados
El concepto de “todo o nada”: Usted clasifica las cosas en dos categorías: blanco o negro. Si su comportamiento no se desenvuelve a la perfección, usted se ve a sí mismo como un completo fracaso.
Generalización excesiva: Ve un incidente negativo aislado como un patrón invariable de derrota. Por ejemplo: después de discutir con un amigo, tal vez concluya: “Estoy perdiendo todas mis amistades. Nada me sale bien”.
Descalificación de aspectos positivos: Rechaza las experiencias positivas, afirmando que “no cuentan” o “no me las merezco”. Al meditar en un detalle negativo aislado, todo su enfoque se oscurece.
Conclusiones precipitadas: Arbitrariamente concluye que usted no le cae bien a alguien, y no se molesta en comprobar si es cierto. O está absolutamente convencido de que las cosas siempre le saldrán mal.
La tendencia a exagerar o minimizar: Exagera la importancia de las cosas (tal como sus propios errores o los logros de otras personas) o las minimiza hasta que se le antojan insignificantes (sus propias buenas cualidades o las imperfecciones de otros). Convierte en pesadillas aparatosas los acontecimientos negativos comunes.
Tendencia a personalizar: Usted se ve a sí mismo como el causante de un suceso ajeno cuyos resultados son negativos y del cual, de hecho, usted no fue el principal responsable.
Basado en Feeling Good—The New Mood Therapy (Sentirse bien... una nueva terapia), de David D. Burns (médico).
Fíjate, desde el punto de vista espiritual, que la mayoría no lo considera importante, el sentimiento de dignidad personal y autoestima es esencial para la felicidad. Debido a la imperfección humana y a las flaquezas que esta provoca, hay quienes tienen una opinión negativa de sí mismos, en muchos casos desde la niñez. Tal vez resulte difícil superar sentimientos muy arraigados, pero se puede conseguir; la solución estriba en aplicar la Palabra de Dios.
La Biblia indica qué piensa de nosotros el Creador. ¿No es su opinión más importante que la de cualquier ser humano, o hasta que la nuestra? Dios, la personificación misma del amor, nos mira sin prejuicio ni maldad. Nos ve por lo que somos, así como por lo que podemos llegar a ser (1 Samuel 16:7). De hecho, considera preciosos y deseables a aquellos que, a pesar de sus imperfecciones, desean complacerle. De modo que si no es molestia podemos comunicarnos en mi correo y platicar más sobre el asunto que te hace sufrir [email protected] se puede ganr la lucha contra esos sentimientos, yo también los sufrí de otras maneras. No te rindas, aun puedes lograr superarlos. Feliz día.