I. Estimada amiga Ana, no soy experto en relaciones de pareja pero cuando dos personas deciden conocerse uno de los objetivos es formar familia ¿verdad? Si ese no es el caso, ¿de qué sirve estar en pareja si no sabe lo que quiere ni en cuantos años se ve junto a esa persona logrando proyectos mutuos? Encontré la siguiente información en un libro titulado: FELICIDAD FAMILIAR. Para que medites y te asegures si debes seguir en esa relación.
Qué buscar en el futuro cónyuge
¿Es costumbre en el lugar donde vive que uno escoja a su pareja? En tal caso, ¿cómo debe proceder si halla a alguien del sexo contrario que le resulta atractivo? Primero pregúntese: ‘¿Tengo en realidad la intención de casarme?’. Es cruel jugar con las emociones de otra persona creándole falsas expectativas. (Proverbios 13:12.) Luego pregúntese: ‘¿Estoy en condición de casarme?’. Si la respuesta a ambas preguntas es afirmativa, los pasos siguientes van a depender de las costumbres locales. En algunos países, después de observar a la persona por algún tiempo, se le expresa directamente el deseo de conocerla mejor. Si la respuesta es negativa, no debe insistirse hasta el punto de ser desagradable. Recordemos que la otra persona también tiene el derecho de tomar su decisión al respecto. Sin embargo, si la respuesta es afirmativa, podemos planear pasar tiempo juntos en actividades sanas. De este modo tendremos la oportunidad de determinar si esa es la pareja idónea para nosotros. ¿Qué debe buscarse durante esta etapa?
Para contestar esa pregunta, imagínese dos instrumentos musicales, como por ejemplo, el piano y la guitarra. Si están bien afinados, cualquiera de los dos produce música agradable como instrumento solista. Pero ¿qué sucede si se tocan juntos? En ese caso deben estar afinados entre sí. Lo mismo sucede con los componentes de la pareja. Es posible que cada uno se haya esforzado por “afinar” su personalidad a nivel individual. Pero la pregunta importante es: ¿Están afinados entre sí? En otras palabras, ¿son compatibles?
Es importante que ambos compartan las mismas creencias y principios. El apóstol Pablo escribió: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos”. (2 Corintios 6:14; 1 Corintios 7:39.) Casarse con alguien que no comparte nuestra fe en Dios aumenta el riesgo de que se produzca una grave discordancia. Por otra parte, la devoción mutua a Jehová Dios es el fundamento más seguro de la unidad. Jehová quiere que seamos felices y que nos una el lazo más estrecho con nuestra pareja. Desea que estemos unidos a él y uno al otro en un lazo triple de amor. (Eclesiastés 4:12.)
Aunque la adoración conjunta a Dios es el aspecto más importante de la unidad, hay otros factores implicados. Para estar en armonía, la pareja debe tener metas similares. ¿Cuáles son las suyas? Por ejemplo, ¿qué piensan sobre tener hijos? ¿Qué ocupa el lugar prioritario en su vida? (Mateo 6:33.) El verdadero éxito en el matrimonio requiere que ambos cónyuges sean buenos amigos y disfruten de la compañía mutua. (Proverbios 17:17.) Para ello deben poseer intereses en común. Es difícil mantener una amistad estrecha —mucho menos un matrimonio— cuando este no es el caso. Ahora bien, si a su futura pareja le gusta una actividad en particular, como el excursionismo, y a usted no, ¿quiere decir eso que no son el uno para el otro? No necesariamente. Es posible que tengan en común otros intereses de mayor relevancia. Es más, usted puede hacer feliz a su futura pareja participando en las actividades sanas que a ella le gustan. (Hechos 20:35.)
Puede decirse que la compatibilidad viene determinada por la facultad de adaptación más bien que por la identidad de caracteres. En vez de preguntarse: ‘¿Concordamos en todo?’, sería mejor plantearse: ‘¿Qué sucede cuando disentimos? ¿Podemos discutir los asuntos con calma, respetando la dignidad de nuestra pareja? ¿O se convierten los desacuerdos en discusiones acaloradas?’. (Efesios 4:29, 31.) Si queremos casarnos, debemos cuidarnos de quienes sean orgullosos, dogmáticos, de los que nunca quieran ceder o de los que constantemente insistan en salirse con la suya, abierta o solapadamente.
Me dejas saber qué te parece todo eso. Espero saber de ti y agradezco mucho tu tiempo, aprecio por la información y valoración.