¿Como puedo dejar de pensar en la vida de forma tan vanidosa?

Cuando pienso en que es lo que quiero para mi futuro, que quiero estudiar, donde quiero trabajar, mis sueños, mis metas o cualquier cosa que quiera producir o hacer lo hago con una gran pincelada de vanidad porque maquillandolo con ideal o con gustos, termino disfrazando la vanidad para justificar las decisiones vitales de mi vida, por favor denme consejos para acabar con mi vanidad, quiero tomar decisiones sin arrepentimientos y quiero quitarme esa vanidad ya que sin vanidad lo logro pensar en nada que me guste hacer en esta vida y para saber que no lo estoy disfrazando quiero acabar con mi vida ya mismo.

Respuesta

Piensa en lo siguiente. Según cierto diccionario, una de las definiciones de la palabra “vanidad" es “autoestima o dignidad personal”. También se denomina orgullo. El orgullo puede ser “un sentimiento de satisfacción que se produce cuando uno, o alguien cercano a uno, hace o tiene algo bueno”. Y no hay nada de malo en sentirse así. ¿Tiene algo que ver con tus sentimientos hasta aquí?

Fíjate un ejemplo de la Biblia. El apóstol San Pablo dijo lo siguiente a los cristianos de la ciudad de Tesalónica: “Nos [sentimos orgullosos] de ustedes entre las congregaciones de Dios a causa del aguante y la fe de ustedes en todas sus persecuciones y las tribulaciones que están soportando” (2 Tes. 1:4). Como ves, es normal —y hasta beneficioso— sentirse orgulloso por los logros de los demás o por los de uno mismo. Nadie espera que nos avergoncemos de nuestra familia, cultura o país.

Ahora bien, hay una clase de orgullo o vanidad que puede arruinar nuestra relación con los demás y nuestra amistad con Dios. Un orgullo que podría llevarnos a rechazar buenos consejos cuando más los necesitamos. Por lo que preguntas y la manera tan sincera como te expresas no te veo así, pues estás pidiendo consejos para cambiar.

Un diccionario lo define como “el exceso de autoestima” o “la actitud del que piensa —a menudo sin razón— que es mejor que los demás”. ¿Te sientes así a veces? Jehová Dios odia esa clase de orgullo. En cambio, el Diablo debe de sentirse encantado cuando ve que los seres humanos son arrogantes y altaneros, como él. ¿Te imaginas la alegría que le produjo el orgulloso Caín aunque recibió un consejo del mismísimo Jehová, lo rechazó de plano y su terquedad lo llevó directo al desastre? Mató a su hermano Abel.

Entonces, antes de compartir consejo para evitar esa mala actitud, te pregunto: ¿Con cuál de esos casos te identificas?

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