Interés

La duración de los juegos pre-eyaculatorios es algo que se puede controlar con disciplina de los impulsos y las reacciones corporales que se desencadenan automáticamente.
Los aspectos afectivos influyen, evidentemente, para que la voluntad ejercida para controlar la eyaculación sea más eficaz a la hora de retrasar la eyaculación.
Normalmente si la relación se produce con alguien conocido y con quién nos relajamos física y anímicamente, es mucho más fácil para controlar los impulsos naturales, ya que al no haber presión psíquiquica se puede dirigir la concentración en la retención de la eyaculación cada vez que se nota que esta se va a producir.
En cambio si la relación es esporádica, la novedad de la persona, la reacción de inseguridad, de desconocimiento y de miedo al rechazo, hacen que se puedan producir dos tipos de resultado; por un lado puede haber una reacción de no erección, o al menos que sea más difícil que se llegue a una erección óptima para el acto, y la segunda es que se produzca casi una eyaculación precoz, debido a la excitación incontrolable que sufre nuestro cuerpo.
Lo más recomendable para que esto último no se produzca, es que se conozcan bien las sensaciones que preceden a la eyaculación, para así, pode parar, cambiar de postura o relajarse en los momentos en que se avecina y así prolongar sin dificultades el orgasmo e incluso, algo muy positivo, que se obtenga una mejor calidad de orgasmo, con más placer y una eyaculación más fuerte.