Solo le gusta la penetración

Hola a ver si me podéis ayudar, tengo 27 años llevo 10 con mi pareja, pero el desde que empezamos a mantener relaciones sexuales solo le gusta la penetración, sin preliminares, ni palabras ni miradas... Yo me siento mal haciéndolo así y casi no disfruto porque no me excita directamente la penetración. Para el tener que hacer preliminares supone mucho esfuerzo y no siente placer, casi no lo hacemos nunca (una vez al mes) hemos hablado del tema, el quiere cambiarlo para que disfrutemos más juntos pero no sabemos como, gracias de antemano

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Desgraciadamente ustedes han caído en la monotonía sexual pero lo pueden arreglar, hay muchas maneras de no caer en ese caso, practiquen juegos sexuales, prueben hasta encontrar algo que les agrade a los dos, experimenten, conoscanse más en la intimidad. Estas son solo unas ideas de infitas que hay por ahí.
Los juegos eróticos existen desde los primeros tiempos del hombre. Y lo único de malo que hay en ellos es realizarlos con culpa, y no dejarse llevar por los sentimientos y sensaciones. Como decimos siempre, el sexo es natural, sano y necesario para una buena vida. En pareja, los juegos sexuales pueden ser una buena herramienta para redescubrir el placer, para darle una nueva buena vida al sexo y para encontrar nuevas efectos de goce. Lo ideal es utilizar la imaginación y tratar, en lo posible, de cumplir las fantasías más escondidas. Pero, como también siempre decimos, es fundamental la opinión de tu pareja. Para que puedan disfrutar los dos del sexo sin tapujos ni inhibiciones, primero deben platicar el tema, sin reprimir los deseos y fantasías propias y ajenas. Debes tener en cuenta tu placer, pero principalmente el placer de tu pareja. Si ambos pueden ponerse de acuerdo en esto, adelante con los juegos sexuales.
El Yoghurt
Comerte un yoghourt con tu pareja puede convertirse en todo un placer.
Retira muy lentamente la tapa, mientras recuerdas a tu pareja que no tienes cuchara para comerte el yoghourt, desnudala, y utiliza su cuerpo como receptor de pequeñas cantidades de yoghourt que irás comiéndote poco a poco.
Ofrecela pequeñas cantidades con tu boca.
Utiliza sobre todo sus principales zonas erógenas.
Cuando termines, proponla que te utilice a ti como cuchara.
Espejos
Puedes hacer el amor en una sala o habitación con espejos, de esa forma podrás captar los gestos y movimientos de tu pareja, convirtiéndose en una experiencia muy excitante, y aporta un elemento de voyeurismo sin que nadie más esté presente.
También puedes imaginar que estás actuando frente al público.
Las posibilidades son maravillosas para los/las más exhibionistas.
Si te cuesta verte haciendo cosas frente al espejo, puedes probar a ponerte una máscara, de esta forma el anonimato te permitirá alcanzar nuevas sensaciones de erotismo.
Sumisión
Para muchos hombres es muy excitante tumbarse y dejar que la otra persona tome el control.
Puedes interpretar el papel de ama, mientras el hombre hace de esclavo.
Debes mostrarte inflexible, creando un ambiente de suspense y dejando claro que eres la que manda y que él está indefenso y a tu merced:
- Tapale los ojos y atale las manos con una cuerda suave, hazle saber que tiene que estarse quieto.
- Una vez a tu merced, provócalo, aumentando su excitación.
- Desátalo y ordénalo que te desnude lentamente, sin tocarte, siguiendo constantemente tus instrucciones.
Si lo hace mal, le castigarás con unos azotes.
Si lo hace bien, la recompensa será sexo.
La bandeja de frutas
- Prepara una bandeja con frutas, acompañándola con un delicioso vino muy frío.
- Podéis turnaros para daros de comer.
- Dedicate a comer y chupar el vino del cuerpo de tu pareja, puedes hacerlo con largos lametones con la lengua.
Existen muchas variantes, puedes también "pintar" el cuerpo de tu pareja con nata o miel, extendiéndola con movimientos lentos y sensuales por los pezones, abdomen o la zona genital.
También puedes colocar fruta cerca de los genitales de tu pareja y comértela lentamente, de forma provocadora, tocando la zona genital con la lengua.
Recuerda que las puertas del placer no se abren de repente, sino con el ambiente, los besos, las caricias y el estímulo de las zonas erógenas.

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