Madre dominante
Tengo 35 años, casada y con una niña de 3 meses. Hace años que tengo problemas con mi madre. Todo empezó cuando mi padre murió hace 14 años, dejándonos un negocio y una finca. En el negocio participábamos mi hermano, que era el jefe, mi madre, que sólo aparecía por la oficina para molestar y cobrar a fin de mes, y yo, que trabajaba de administrativa. Hace un par de años dejé la empresa porque ya no aguantaba más la presión, al poco quebró, mi hermano se quedó con algunas máquinas y deudas, y mi madre vendió la finca familiar quedándose con todo el dinero. De esta venta me tenía que pagar a mí una parte que habíamos acordado, pero está claro que no piensa hacerlo. A diferencia de mi hermano y mi madre, yo nunca saqué provecho -aparte de un sueldo- ni de la empresa ni de la finca, motivo por el cual tuve bastantes discusiones y por eso al final me marché.
El caso es que todos estos años de estar juntos en el negocio han quemado mucho la relación con mi madre, por los numerosos encontronazos que hemos tenido. Mi hermano casi no se habla con ella y yo, por tener un talante más dócil, he ido aguantando la relación y cumpliendo con mi papel de hija, estando con ella en las fiestas, yendo a comer a su casa los domingos, etc. Mi comportamiento con ella es correcto pero no cariñoso, me cuesta mirarla a los ojos cuando hablamos, y nunca la beso ni abrazo. Ella me ha recriminado varias veces que soy fría, que solo la voy a ver por interés, etc. Claro que soy fría, porque me ha mentido muchas veces, se ha quedado con mi parte de la herencia, siempre está criticándome a mi y a la gente que quiero para que les coja manía, y además por las tardes siempre va un poco bebida y me avergüenza.
Desde que tengo a mi niña aparece por casa casi cada día y la mayor parte del tiempo sólo critica lo que hago, da sus consejos y se enfada porque no los sigo. Se da cuenta de que me molestan sus visitas y me lo recrimina. Mi marido, que tiene mucha paciencia y que hasta ahora no se había metido, se está empezando ya a discutir con ella y no se calla nada. El domingo pasado se puso a llorar diciendo que todos le teníamos manía y que no era justo porque se sentía muy sola. Le dije que ya estaba harta de su papel de víctima y que si seguía con esa actitud iba a dejar de ir a verla, que no consentiría que me siguiera envenenando a mí y a mi familia con sus comentarios, que yo ya tenía mis propios problemas -estoy en el paro- y no iba ella a amargarme más la vida.
Sin embargo en el fondo tengo sentimientos contradictorios y esto me martiriza. Por una parte, deseo perderla de vista y hasta ponerle un pleito para que me pague mi herencia. Por otra parte, la veo viviendo sola y sufriendo por ser como es y me siento culpable por no hacer nada por ayudarla. No se como librarme de estos sentimientos de rabia y culpabilidad a partes iguales.
El caso es que todos estos años de estar juntos en el negocio han quemado mucho la relación con mi madre, por los numerosos encontronazos que hemos tenido. Mi hermano casi no se habla con ella y yo, por tener un talante más dócil, he ido aguantando la relación y cumpliendo con mi papel de hija, estando con ella en las fiestas, yendo a comer a su casa los domingos, etc. Mi comportamiento con ella es correcto pero no cariñoso, me cuesta mirarla a los ojos cuando hablamos, y nunca la beso ni abrazo. Ella me ha recriminado varias veces que soy fría, que solo la voy a ver por interés, etc. Claro que soy fría, porque me ha mentido muchas veces, se ha quedado con mi parte de la herencia, siempre está criticándome a mi y a la gente que quiero para que les coja manía, y además por las tardes siempre va un poco bebida y me avergüenza.
Desde que tengo a mi niña aparece por casa casi cada día y la mayor parte del tiempo sólo critica lo que hago, da sus consejos y se enfada porque no los sigo. Se da cuenta de que me molestan sus visitas y me lo recrimina. Mi marido, que tiene mucha paciencia y que hasta ahora no se había metido, se está empezando ya a discutir con ella y no se calla nada. El domingo pasado se puso a llorar diciendo que todos le teníamos manía y que no era justo porque se sentía muy sola. Le dije que ya estaba harta de su papel de víctima y que si seguía con esa actitud iba a dejar de ir a verla, que no consentiría que me siguiera envenenando a mí y a mi familia con sus comentarios, que yo ya tenía mis propios problemas -estoy en el paro- y no iba ella a amargarme más la vida.
Sin embargo en el fondo tengo sentimientos contradictorios y esto me martiriza. Por una parte, deseo perderla de vista y hasta ponerle un pleito para que me pague mi herencia. Por otra parte, la veo viviendo sola y sufriendo por ser como es y me siento culpable por no hacer nada por ayudarla. No se como librarme de estos sentimientos de rabia y culpabilidad a partes iguales.
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Respuesta de persefone28
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