En realidad, lo que subyace bajo tu consulta es una pregunta sobre las creencias. Vivimos según nuestras creencias sean. Hemos desarrollado muchas creencias sobre todos los aspectos de la vida que en muchos casos fueron establecidas en nuestra infancia y primera juventud y de las que no somos realmente conscientes. Es decir, tomamos decisiones creyendo que lo que hacemos es conforme a un pensar racional atendiendo a las circunstancias presentes para obtener resultados futuros, pero en realidad muchos de estos procesos mentales vienen influenciados sino determinados por creencias elaboradas en un pasado lejano que permanecen solapadas en las capas más profundas de nuestro subconsciente.
En tu caso la experiencia que tuviste con tus padres definió la creencia que aún hoy mantienes sobre el efecto que los hijos tienen en la pareja: " ahora el matrimonio será aburrido, se acabará el amor que tienen los dos y todo será sobre los hijos, ellos se olvidarán de que son pareja " ésta es tu creencia.
¿Es correcta esta creencia? En primer lugar, lo que tienes que entender es que ésta es simplemente la creencia que tu has aceptado tener (subcosncientemente) y por tanto va a definir tus pensamientos sobre este tema, condicionará tus acciones y finalmente (salvo que la cambies) acabará determinando tu destino.
¿Cuál es la creencia correcta? Muy simple, la creencia que nos funciona. La creencia que nos ayuda a progresar, a ser mejores, a conseguir nuestros sueños. Si tú deseo, meta, objetivo es algún día tener hijos, formar una familia dentro de un entorno marcado por el amor, la admiración, y el respeto mutuo esta creencia que tus padres crearon en tí con su comportamiento no te será de ayuda y por tanto no será la creencia correcta para conseguir tal fin.
¿Es verdad que los hijos acaban con el amor de los papás? Es un hecho suficientemente probado por numerosos estudios que los niños que se educan dentro de un entorno familiar en donde los padres se muestran afectuosos entre sí y mantienen una buena comunicación con su hijos derivan en relaciones matrimoniales más satisfactorias y en hijos más capacitados para reproducir ese mismo comportamiento cuando son mayores y se deciden a formar sus propias familias. De la misma forma, sabemos que para aquellas parejas que no se aman, que no tienen un relación equilibrada, que no comparten la ilusión por un proyecto de vida común la venida de los hijos introducen un elemento más de conflicto.
Por lo tanto la respuesta es que los hijos contribuyen muy positivamente a las parejas que SABEN AMARSE y delatan aún más a aquellas otras parejas que no. Es decir, no son los hijos el problema, no son los responsables, no son los culpables, los hijos tan sólo vienen a reforzar el amor de aquellos matrimonios que se aman, respetan y admiran o bien apuntalan el conflicto, la tensión y la falta de comunicaición para aquellas otras parejas que probablemente nunca debieron comprometerse el uno con el otro y por tanto jamás debieron tener hijos en común.
Solución: Tienes varias opciones si quieres tener hijos.
1. Sigues manteniendo esa vieja creencia: Te será más difícil formar una familia feliz puesto que tu creencia está en disonancia con tal meta. Dicho de otro modo, esa creencia te inducirá a un nivel subconsciente (este es el problema, que todo es subconsciente) a imputar a tus hijos la responsabilidad por la falta de amor en tu pareja lo que deriva en hábitos de conducta que ya experimentaste en tu infancia.
2. Cambias tu creencia: Una vez que eres consciente de que tu no fuiste la culpable de que tus padres se comportaran como lo hicieron, una vez que te das cuenta de que los verdaderos responsables del amor que existe entre la pareja es la misma pareja y no sus hijos, te liberas del lastre que la vieja creencia supone y afrontas el futuro consciente de que mantener el amor y educar a tus hijos en esa creencia tan sólo depende de lo que tú creas, pienses y hagas a partir de ahora: elegir a la pareja adecuada, establecer correctos hábitos de pareja, mantener metas comunes, etc.
Cambiar creencias que fueron cimentadas en nuestra infancia no es tarea fácil pero es posible. Requiere conciencia, perseverancia, motivación y mucha acción. En cualquier caso, yo te animo a que lo intentes o busques a alguien que te ayude a hacerlo pues el resultado de nuestras vidas depende radicalmente de las creencias conscientes o subconscientes que alimentamos.
Espero que te haya ayudado en cuyo caso te animo a que cierres la consulta y la valores adecuadamente.
Un saludo.
Rafael Martinelli
Consultorio online para cambiar tu vida.
Skype: rafaandalucia2