No creo que sean imaginaciones tuyas. No quiero asustarte, pero podrían estar pasando dos cosas: o que tu pareja está cansada de vuestra relación (lleváis 5 años y la monotonía y el aburrimiento pueden estar afectando la relación) o que haya alguien en ese gimnasio a quien le apetece ver.
Ahora bien, la confianza es la base de una relación, y si amamos a alguien, tenemos que confiar en él/ella; sin embargo, las relaciones son vivas y sufren constantes cambios, y hay momentos que necesitamos confirmaciones de que podemos seguir confiando en una persona o que – por muy triste que sea reconocerlo – ya no. Asimismo, a veces necesitamos cambiar nuestra actitud para averiguar si aún le importamos a la persona que amamos.
Por tanto, yo te sugiero que hagas lo siguiente:
Primero, cambia totalmente tu táctica. No le digas más que quieres ir al gimnasio con él, no te pongas triste cuando él se va, no te quejes más de ello sino sigue sonriente y contenta. De hecho, ni siquiera te recomiendo quedarte en casa cuando él va al gimnasio –no te quedes sola, esperándolo, sino quédate con tus amigas, ves a un centro comercial, a una biblioteca – a donde sea, para no quedarte en casa. Lo mejor sería que incluso tú abandonaras la casa primera – preparada, bien vestida, perfumada – le das un beso, le dices “que se lo pases muy bien cariño, en el gym!" – Y te vas. Si te pregunta, le dices que no te apetece estar sola en casa y quieres salir – sin dar más explicaciones.
No hay nada más aburrido y cansino para un hombre que una chica que le ruega que no la deje sola, que quiere ir con él, que le está esperando, que no sabe qué hacer sola en casa, etc. Él te tiene en casa y sabe que tú no te desaparecerás, que estás esperando a que vuelva, que ya no tiene ni mover un dedo que tú estés con él y que lo ames… Solo lo reclamas que él pase más tiempo contigo, y él, sin embargo… no tiene ganas de hacerlo. Si tú cambias tu actitud, será él quien se preguntará “¿Y qué pasa con ella? ¿Por qué ya no insiste en ir conmigo al gimnasio? Entonces, se despertaría de ese “aburrimiento” y se daría cuenta que no quiere que tú pases las tardes a saber donde, mientras él está en el gimnasio…Ten en cuenta, que la única manera de hacer que el otro cambie, es empezando cambiar a nosotros mismos, a nuestro comportamiento – rogar, pedir pocas veces sirven, miesntras las acciones, la actitud es lo que más se “oye” en las relaciones.
Segundo, como ya he mencionado que podría ser que haya alguna persona a quien le interesa ver en el gimnasio, deberías de comprobarlo. Entiendo que ambos vais el mismo gimnasio y que, al fin y al cabo, estás libre ir allí cuando quieras, sin permiso de tu novio. Te sugiero que una tarde cuando él se va, pasado un tiempo, también vayas allí, preparada para hacer deporte pero con otro objetivo principal – para investigarlo.
Si él te ve, simplemente le dirás que te apetecía ir al gimnasio y que no te puede prohibir que vayas a la hora que él va (sin enfadarte, sin reprocharlo - con una sonrisa). Dirías que respetas su deseo de estar solo allí y por tanto, te apartarás a otra sala, para no molestarlo. En esa visita podrías comprobar si de verdad está en el gimnasio (dices que suele pasar allí tres horas y es bastante tiempo como para hacer algo más) y … si está solo.
Te recomiendo empezar por la primera parte – cambiando tu actitud. Y si ves que a él no le sorprende tu comportamiento, que le da igual o que incluso parece más contento por ese cambio, y si no hay cambio en su actitud, - entonces, sería el momento para investigar si no hay nada que lo atrae en ese gimnasio…
Es lo que haría yo, en tu lugar.