¿Puede un pensamiento estar dentro de otro?

Espero haber enfocado bien tu duda porque tal y como haces la pregunta podría interpretarse de varias maneras.

Para empezar a centrar el tema, decir que entiendo que se puede hablar de “pensamiento”, en tanto se busque el sentido a lo que se piensa.

El pensamiento es libre. La acción en cambio, requiere de “sentido” y es aquí donde el pensamiento deja de ser libre.

El “sentido” se encuentra condicionado por la persona, más concretamente por el concepto que el individuo tiene de sí mismo y de la realidad.

Pensar, sirve para encontrar el sentido a lo que se hace, (normalmente antes de hacerlo).

Podríamos preguntarnos si existe una forma correcta de pensar. A este particular, diría que el individuo se equivoca, cuando no encuentra el sentido para hacer lo que es mejor para él, entendiendo por “mejor” lo “conveniente” que se diferencia de lo placentero por servir al individuo y no a sus emociones y sensaciones.

No obstante, lo relevante aquí no es descubrir lo que da sentido a la acción humana sino el hecho de que la acción requiere de un sentido.

Un pensamiento dentro de otro

Sí, si entendemos que la razón es única y que en cada persona existe un orden de prioridades en cuanto a lo que tiene sentido.

Bajo este prisma, el pensamiento se desarrolla de modo fractal, de forma que en su desarrollo se conservan y reflejan sus ideas originales, que son muy pocas.

Cada pensamiento que se lleva a la acción (no los que no pasan a la acción) se justifica y se basa en otro pensamiento cuyo sentido es de rango mayor.

El “sentido” se organiza en una jerarquía de modo que una acción basada en un sentido, no puede o no debería contravenir un sentido de rango mayor. El “sentido” se organiza de modo que al final, solo hay un sentido que prevalece sobre los demás, el sentido que llegado el caso se tratará de preservar. No obstante, esto sufre alteraciones porque el ser humano también se caracteriza por ser capaz de actuar no solo en contra de la naturaleza sino paradójicamente, en contra de sí mismo.

Lo que hacemos

Una forma de explicar la estructura del pensamiento y su relación con la acción, es tratando de definir “lo que hacemos”. Definir lo que hacemos es difícil o puede no estar claro porque nunca se corresponde con la apariencia de lo que hacemos, sino que obedece al motivo por el que lo hacemos. Lo que hacemos en apariencia es circunstancial, lo que importa es la necesidad que cubrimos haciéndolo.

Ejemplo

Clara, madre de familia, sale todas las mañanas a buscar el pan. Sin embargo, eso no define su acción. Clara va a buscar el sustento para su familia y probablemente el hecho de salir a buscar el pan Clara lo asocie a lo que hacía su madre cuando era niña, así que para ella, tiene un significado mucho más profundo ya que al imitar lo que hacía su madre, supone una vivencia interior con un significado que solo ella puede valorar, y esto es solo un ejemplo. Además, Clara va a interactuar con sus vecinos, a relacionarse con la sociedad, a hacer toda una serie de cosas que por sí mismas no tiene ningún sentido sino fuera por el sentido que cobran al pertenecer al contexto en el cual están las cosas que ahora dan sentido a su vida.

De su escala de valores, es de donde Clara obtiene lo más preciado para ella, entre lo que cabe suponer que se encuentra el amor de su familia, el realizarse profesionalmente, el realizarse socialmente, el contribuir a la sociedad en la forma en que ella entiende que ha de hacerlo para sostener y disfrutar de su vida, sin embargo, si todo eso llega a tener algún sentido es por lo que Clara realmente es y llegado el caso, eso será lo último en desaparecer y por lo tanto es lo que está presente en todo lo que hace.

Un pensamiento está dentro de otro, porque todo lo que se hace tiene un "porque" que se refiere a algo que importa más que lo que se hace y que es el motivo por el que se hace, lo cual, conduce indefectiblemente en último término a lo que uno es. Todo lo que se hace está dentro de lo que se es, por lo tanto, todo lo que se piensa para hacer lo que se hace, está también dentro de lo se es y ocupa un nivel en la escala de valores, de modo que al dar sentido a esa acción, no se compromete un valor de rango más elevado, es decir, un pensamiento mayor.