Una vida llena de maltratos y diagnósticos
Tengo 20 años. En el 2015 fui diagnosticada con Trastorno Límite de la Personalidad. Luego, Depresión Mayor. Mis síntomas se enfocan en una enorme inestabilidad emocional, ansiedad, ataques de pánico, vacío, miedo al abandono, constante angustia, miedo, autolesiones y pensamientos e intentos suicidas. Tengo estrés postraumático a causa de abuso físico, psicológico y sexual, además de bullying durante 10 años. Me empecé a cortar en el 2014. Voy a terapia desde los 12 años. He tenido cuatro procesos terapéuticos. En el segundo, me refirieron al psiquiatra. Este me hizo mucho daño sobremedicandome con medicamentos en altas dosis que me dejaban sin conciencia, como alejada. Llegué a la capital de mi país e inicié un nuevo proceso terapéutico con una psicóloga Infanto juvenil y cambié de psiquiatra. Duré tres años con la psicóloga y fui referida tras cumplir la mayoría de edad. Llevo año y medio con mi actual psicóloga y cuatro años con mi psiquiatra. He tenido altas y bajas, pero en los últimos meses, empeoré de manera significativa. Tuve varios intentos de suicidio, mis crisis aumentaron de intensidad y los pensamientos también. En Diciembre 2018 me hablaron de ingresarme. El 12 de enero fui ingresada por una semana. Al mes tuve dos intentos de suicidio con sobredosis de pastillas. Mis síntomas empeoraban cada vez más: mis crisis eran violentas al punto de tener forcejeos con mi novio, empecé a disociarme, y los medicamentos perdieron su efecto. No soy capaz de dormir ni con 2 mg de clonazepam. Estoy sobremedicada, soy catalogada paciente de riesgo y mi psicóloga dice que puedo llegar a psicotizarme en cualquier momento. No tengo control de mi misma, de mis impulsos. Parecería inmune a los medicamentos. Suben y bajan dosis, los cambian, y sigo igual. Mi psiquiatra me dijo que la última opción era la terapia electroconvulsiva, pero que en mi caso no se podía. Ya no sé qué hacer. Incluso mis estudios me presionan. No puedo tolerar el más mínimo grado de estrés. Siento náuseas en las crisis. Me he alejado de todo y de todos.