¿Cómo puedo controlar mi bipolaridad?

Soy bipolar y un poco antisocial

Me gustaría saber que puedo hacer para cambiar mi aspecto, ya que el ser bipolar me induce pensamientos suicidas y en ocasiones he pensado en quitarme la vida.

Me da miedo que puedo cometer errores de los cuales me pueda arrepentir.

¿Cómo hago para tratar con mi bipolaridad y ser más sociable?

2 respuestas

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Fíjate, ¿Ya has ido al médico y te han diagnosticado que tienes trastorno bipolar? Pues según los doctores Barbara D. Ingersoll y Sam Goldstein, el trastorno bipolar (denominado también trastorno maniacodepresivo) es “un estado caracterizado por episodios depresivos alternados con períodos elevados (estado de ánimo exageradamente eufórico y energías excesivas) que alcanzan niveles muy superiores a los que son normales del buen humor”.
Esta fase elevada se denomina manía, y sus síntomas son, entre otros, pensamientos acelerados, locuacidad extrema y una menor necesidad de sueño. De hecho, el paciente puede pasar días sin dormir y no manifestar pérdida de energías. Otro síntoma del trastorno bipolar es el comportamiento extremadamente impulsivo sin pensar en las consecuencias. “La manía suele afectar al pensamiento, al juicio y a la conducta social hasta el punto de ocasionar graves problemas y situaciones embarazosas”, dice un informe del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos. ¿Cuánto dura la fase maníaca? A veces tan solo unos días; en otros casos persiste varios meses hasta que sobreviene la fase de depresión.
Existe un mayor riesgo de padecer trastorno bipolar entre quienes tienen antecedentes familiares de este mal. Pero hay buenas noticias. El libro The Bipolar Child (El niño bipolar) dice que si el problema “se diagnostica pronto y se trata debidamente, estos niños y sus familias pueden llevar una vida muchísimo más estable”.
Debe tenerse en cuenta que no basta la presencia de un solo síntoma para diagnosticar depresión o trastorno bipolar. Normalmente, lo que conduce al diagnóstico es un cúmulo de síntomas manifestados a lo largo de un período de tiempo.

¿Tenías conocimiento de todo eso? Buenooo, yo te sugiero que le des atención a tu salud espiritual al meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28). Tengo más información sobre el tema en cuestión pero no puedo compartir todo por aquí se haría mucho. Si no es molestia podemos comunicarnos por mi correo [email protected] así podría enviarte lo que te he mencionado.

I. Holaaaaaa. Un proverbio escrito por un antiguo rey dice: "Como agua fresca para un alma cansada, así es una buena noticia de una tierra lejana". He querido saber de ti nuevamente, pues le comenté a mi esposa lo que ha sucedido contigo y de la respuesta que compartí contigo. ¿Cómo estás? Fíjate, investigamos sobre cómo ser más sociable y encontramos algunas sugerencias útiles.

Empieza por cosas pequeñas. Ser sociable no significa que tengas que ser tan extrovertido que llames la atención o que te conviertas en alguien muy solicitado. Intenta hablar con las personas de una en una. Puedes ponerte la meta de comenzar una conversación al menos con una persona cada vez que estés en un grupo. Trata de sonreír y de mirar a los ojos cuando hables.
Rompe el hielo. “¿Cómo?”, te preguntarás. Pues bien, cuando te interesas de verdad por los demás, normalmente no cuesta tanto encontrar de qué hablar. Un joven español llamado Jorge dice: “He visto que el simple hecho de preguntarle a alguien cómo está o qué tal le va en el trabajo, puede ayudarte a conocerlo mejor”. Un chico llamado Fred da esta sugerencia: “Si no sabes qué decir, empieza a hacer preguntas”. Por supuesto, no quieres que a la persona le parezca que la estás sometiendo a un interrogatorio. Si esta parece reticente a la hora de contestar, trata de contarle algo sobre ti mismo.
Sé un buen oyente. La Biblia aconseja “ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar” (Santiago 1:19). Al fin y al cabo, la conversación es un intercambio de ideas y no un monólogo. Así pues, tu timidez al hablar podría resultarte ventajosa a este respecto. La gente valora a las personas que saben escuchar.
Únete al grupo. Una vez que domines el arte de la conversación con una sola persona, intenta hablar en grupos. A veces, la forma más sencilla de mantener una conversación es uniéndote a una que ya ha comenzado. Naturalmente, el discernimiento y los buenos modales son esenciales. No te entremetas en lo que es, a todas luces, una conversación privada. Pero cuando sea evidente que un grupo está charlando, intenta unirte a él. Ten tacto; no interrumpas ni trates de tomar el control. Escucha un rato, y, cuando te sientas cómodo, quizás te apetezca hacer algunos comentarios.
No te exijas perfección. A veces, a los jóvenes les preocupa demasiado hacer un comentario desafortunado. Una muchacha italiana llamada Elisa explica: “Siempre temía decir algo desastroso si hablaba”. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que todos somos imperfectos, y que, por tanto, es imposible que nuestra habla sea perfecta.
No pierdas el sentido del humor. Es cierto que resulta embarazoso decir algo inapropiado, pero como indica Fred, “si te relajas y te ríes de ti mismo, se olvida todo rápidamente. Estarás haciendo una montaña de un grano de arena si te pones nervioso, te sientes frustrado o te preocupas”.
Sé paciente. Ten en cuenta que no todas las personas responden enseguida. Un incómodo silencio durante una conversación no implica necesariamente que no le gustes a tu interlocutor o que deberías darte por vencido. Quizás solo esté preocupado o sea tímido, al igual que tú. En situaciones como esta, sería bueno que le dieses a la persona un poco más de tiempo hasta que llegue a sentirse a gusto contigo.
Intenta hablar con adultos. A veces los adultos comprenden bien a los jóvenes que combaten el problema de la timidez. Así que no tengas miedo de comenzar una conversación con una persona mayor que tú. Kate dice: “Me siento cómoda entre adultos porque sé que no me van a juzgar, ni ridiculizar, ni hacer pasar un mal rato como quizás harían los de mi edad”.

¿Qué te parecen esas sugerencias? Adelante, sin rendirte, puedes tomar el control de todo lo que te sucede. Muchas gracias por tu tiempo y aprecio, espero saber de ti. Un abrazo.

¡Gracias! 

I. Excelente que te gustara la información. Dime, por favor, ¿Cómo te sientes? ¿Qué has hecho? Cuídate.

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Tienes que mejorar tu alimentación para mejorar tu salud mental. En la web http://librosdesalud.es tienes mucha información útil.

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