Porque defendemos tanto nuestro ego?
He escuchado que somos capaces de matar por por defender nuestro ego, porque realmente es tan importante.., porque llegar tan lejos por esa creencia de lo que somos.. ¿o quizás orgullo?.. Algún entendidooo saludos
2 respuestas
Paul Valery, decía que cuando un hombre habla defiende dos cosas, una idea y a sí mismo. Esto puede verse en cualquier conversación.
El tema es que la verdadera necesidad del ser humano es el reconocimiento.
Hegel elaboró una explicación sobre lo que podríamos considerar el origen más primitivo y crudo de las relaciones humanas. Se trata de la dialéctica del amo y el esclavo.
Dialéctica del amo y el esclavo, de Hegel
El ser humano es un ser que desea, y el mayor deseo de un ser que desea, es obtener el deseo de otro ser que desea. Esta premisa expone crudamente, la naturaleza del ser humano. Ahora vamos a ver cómo satisfacer a esta naturaleza que es cuando el tema se vuelve realmente crudo.
El modo de obtener este deseo del otro, es someterlo. Se trata pues de imponerse al otro, en una lucha "a muerte". Estamos hablando de la supremacía de una conciencia sobre otra a base de pura voluntad.
Cuando dos individuos se encuentran, ambos tratan de imponerse el uno al otro. Es una cuestión existencial, porque de ello va a depender obtener o no lo que más necesitan que es el reconocimiento.
Todos tenemos ese deseo, sin embargo no con la misma intensidad y esto hace que uno de los dos ceda. Cede en el momento en que su miedo a morir, es más fuerte que su deseo de imponerse al otro. La rendición se produce por puro miedo. Llegamos así a un equilibrio en la relación donde queda establecido el papel de cada uno. Sin embargo, esto solo es el comienzo, y de este dramático inicio, fructificará lo insospechado.
El amo, se da cuenta de que en ese reconocimiento, no hay realmente motivo de satisfacción, ya que proviene de un esclavo. El esclavo, trabaja y entrega el fruto de ese trabajo, a su amo. El amo por su parte, no hace nada, salvo recibir esos frutos y tener una vida ociosa. Ahora viene un fenómeno curioso. El esclavo, para entregar esos frutos, debe trabajar la materia, es decir, la naturaleza, y al hacerlo, descubre la relación entre el trabajo y el hombre. Al transformar la naturaleza el hombre experimenta una sensación de creación, y eso le permite sentirse superior al amo. Las razones por las que es esclavo, las conoce muy bien, pero ahora además conoce las razones por las que se siente libre y digno, cosa que entiende que el amo jamás podrá sentir. Como resultado de esa vida, el esclavo crea la cultura. El trabajo engendra en el hombre, la necesidad de crear una cultura. La cultura es el recurso que el esclavo crea para huir de la esclavitud y exaltar su existencia, para ser lo que realmente es como ser y verse reconocido. Así, la cultura siempre nos habla del mundo del esclavo, sus manifestaciones son las la vida del trabajo y en ellas se recoge y ensalza todo lo que el individuo es como su identidad, sus costumbres, lo que hace para vivir, cómo y dónde vive y cómo se relaciona con los demás.
Así sucede que el amo, se convierte en animal y el esclavo en ser humano, porque el esclavo se gana el pan con su trabajo, crea su cultura, vive, se siente libre y digno. El amo, no tiene ninguna razón para hacer ninguna de estas cosas porque todo se lo da el esclavo y así su vida está vacía de todo aliciente, riesgo, necesidad o motivación.
Y así el amo codicia la vida del esclavo.
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El ego, es ni más ni menos que esto, el deseo de ejercer la supremacía de la que uno es capaz sobre los demás. No hay razón fundada para ello, únicamente obedece al deseo de hacerlo.
Esto encierra el paradigma de que el único tipo de relación posible que se puede establecer entre dos seres, es el de la dominación, que se rige por la ley natural, quien más deseo tiene de vencer al otro, vence.
Quien asume el papel de "esclavo" lo hace por temor, como ya hemos visto, pero eso no significa que esa sumisión sea incondicional y eterna. Todo depende de qué estemos hechos. El ser humano tiene una capacidad de sufrimiento que solo es comparable a su crueldad.
Me gustaría poder escribir que sabemos renunciar a esa lucha, no por miedo sino porque a pesar de saber que podemos vencer, sabemos que ese camino no conduce a nada, y que estamos más cercanos a comprender lo que supone aceptar el papel de esclavos.
Creo que el mayor logro de la humanidad sería que no tuviera que haber esclavos, no porque se hubieran liberado de sus cadenas, sino porque se hubiera renunciado a ponerlas.
Este fenómeno lo hemos planteado desde su aspecto más crudo que es de la esclavitud física pero ocurre lo mismo a menor escala y en distintos ámbitos donde no hace falta que se llegue a la violencia para que la violencia exista, aunque sea a nivel psicológico.
Hay personas que siempre tratan de imponerse, sea cual sea el tema de la conversación, entiendan o no de la materia. Sus recursos para hacer esto caen en lo más bajo de la moral y de la inteligencia, pero aunque parezca mentira consiguen su propósito, porque nada hay que pueda vencer al deseo, aunque esté guiado por la estupidez o la insensatez, y contra eso nada hay que hacer.
Por eso este tema es tan importante, y es que en ello nos va la clase de personas que queremos ser.
Es conveniente para uno mismo, hacer examen de conciencia y valorar cuándo ha reaccionado para defender lo que es moral y cuando para defender su orgullo.
Responder al orgullo de otro con el orgullo propio, lleva a peleas de gallos. Cuando uno detecta que es víctima de su orgullo, lo propio es sacrificarlo en el altar de la humildad. Conviene usar la cabeza y no las emociones, para saber cuándo y porqué merece la pena jugarse el tipo y cuando se decide que algo merece la pena, entonces hay que ir a muerte, sabiendo que lo único que nos va a poder frenar, es nuestro propio miedo.
Nuestra dignidad, es lo que somos y no es patrimonio nuestro, sino de la humanidad. Somos un granito de arena en el desierto, pero si dejamos que ese granito se vulnere, estaremos haciendo un mal mayor del que nos hacemos a nosotros y es que permitiremos que mañana sea al granito de al lado al que se trate de vulnerar. La dignidad en sí, es un bien común. Entrando en una linea más filosófica, se podría decir que la verdadera causa del dolor cuando se vulnera nuestra dignidad es la aflicción que sienten esos valores en sí. Evidentemente estoy dando entidad propia a dichos valores porque la tienen.
La dignidad reúne el conjunto de valores que el ser humano debe preservar. El ego, ninguno.
El ego, por su naturaleza, se asemeja a un ser todopoderoso cuyos poderes y dominios no tienen límite, por eso la ambición tampoco los tiene. Podríamos ver el ego, como la reminiscencia de una esencia todopoderosa y creadora, que solo puede ser Dios.
Quien cae en el infinito, se pierde y quien no sabe controlar su ambición, se pierde igualmente.
Es un tema que va con la persona pero en el que indudablemente tiene mucho que ver la educación. El ambiente o círculo social en el que uno se mueva, puede influir y mucho en el modo de afrontar la relación con los demás.
Creo que hay tres visiones que el ser humano tiene que tener y que ha de hacer encajar con la máxima consonancia posible. Una es, cómo ve el mundo. Otra, cómo se ve a si mismo independientemente del mundo y la tercera, cómo se ve a si mismo en el mundo.
Hay que tratar de pensar en cada cosa separadamente.
Si el mundo que vemos, choca con lo que entendemos que debería ser el mundo, ya tenemos un problema.
Si al tratar de vernos como somos al margen del mundo, no nos gusta lo que vemos, tenemos un segundo problema.
Finalmente, si no vemos clara cuál ha de ser nuestra forma de interaccionar con el mundo, tenemos el tercer problema.
Hay que trabajar en estos conceptos hasta encontrar el ajuste que nos permita vivir lo más placenteramente posible y manteniendo la cordura. Claro está que como parte fundamental de esa cordura y de ese equilibrio va a estar el papel que juegue en todo ello nuestra conciencia.
He olvidado decir que la dialéctica del amo y el esclavo no termina así, sino que justo en el punto en que el amo se da cuenta de que codicia al esclavo, entiende que ha de encontrar otra manera de hacer las cosas. Cada situación y momento histórico lleva asociado el modo en que se trata de reconducir esta situación. En el mundo modero, la cuestión de fondo sigue siendo la misma y estando presente, pero los cambios en la sociedad obligan a observar las formas bajo las que hoy en día aparecen estas figuras y a revisar cómo viven y operan cada una. Si nos fijamos ya nadie, o casi nadie, se enorgullece de someter a nadie. El ser humano entiende perfectamente que el único reconocimiento que tiene valor es aquel que proviene de otro ser libre, igual que él. Así que hora todo el mundo quiere ser el mejor. Esto lleva a incongruencias del tipo que para ser el mejor, sea necesario pasar por encima del vecino o emplear medios que para nada van acordes al fin que se predica. Lo que nos ha llevado a una crisis de valores, donde casi hemos perdido el norte y la vergüenza por completo. Todos los sistemas degeneran en malos sistemas, porque padecen del vicio del ser humano, y por eso conviene renovarse de modo permanente.
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Mucho no te puedo decir, por que tendría que ser una charla mano a mano, y puede que esto, sea incompleto, y poco entendible, pero haré lo que pueda. Mucho se habla del ego, pero uno de los problemas, es que el lenguaje es complicado, y se le da varias explicaciones a algunas palabras. Según lo veo, una persona, puede tener un ego muy alto, y no ofenderse por casi nada, o nada, en cambio, las que tienen un ego disminuido, por varias cosas concretas que he visto, solo algunas: resentimiento por que otro hizo más, por fracasar en la pareja, en el trabajo, en la vocación, en no ser el preferido de los padres, etc etc, eso hace a veces, no siempre, un ego que se enoja con todo el mundo, lo que pasa es que el ego se puede tomar como personalidad, como carácter, etc, si bien son cosas diferentes. A veces, el más inteligente es el que cede, el más inteligente escucha al otro por que puede aprender en lugar de querer tener la razón siempre, tener estima esta bien, sobreestima esta mal. Sds.
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