¿He hecho todo mal? ¿Qué puedo hacer con mi vida?
Tengo 25 años, soy hombre, creo que tengo fobia social
En mi niñez siempre fui tímido y no lograba mantener amistades.
Tuve problemas con mi orientación hasta hoy en día vivo reprimiendo el hecho de que he tenido experiencias homosexuales. Osea comenzó desde que me desarrollé tuve confusión y pase a la porno y durante años la consumí, luego pase a la experiencia y hoy en día aún a veces lo hago, y creo que todos mi problemas son por culpa de eso. Ejemplo el miedo a socializar.
Soy muy torpe en el ámbito social.
Casi todos los días me la pasó solo, no chateo, no utilizo las redes sociales ya que hasta en eso llegar mi miedo a exponerme en redes.
En varias ocasiones me salí de la U por el miedo social este año estoy en una virtual.
Quiero conseguir empleo pero igual no se que hacer.
Mi pregunta sería que debo hacer
2 Respuestas
I. Hola joven, esas inquietudes son muy comunes y tiene respuestas. Por el momento, me llamaron la atención los comentarios del siguiente artículo que encontré en una revista antigua. Analiza con cuidado a ver si tiene alguna lección para ti, me dejas saber. De antemano, muchas gracias por tu tiempo, aprecio y valoración.
‘¿Qué haré con mi vida?’
PREGUNTE a una persona de mediana edad: “¿Qué quiere hacer con su vida?,” y a menudo recibirá una mirada de desconcierto. La mayoría de los adultos ha establecido un modo rutinario de vivir, quizás sin pensar mucho en ello. Tal vez nunca hayan decidido lo que quieren hacer con su vida ni se interesen ya en esta pregunta. Es posible que hasta sientan cierto miedo ante preguntas como ésta, por temor de que el plantearlas seriamente sea una invitación a una ‘crisis de la mediana edad.’
Es diferente lo que sucede en el caso de los jóvenes. La pregunta: “¿Qué quieres hacer con tu vida?” Es importante para ellos, aunque no estén seguros de la contestación. No sorprende el que a menudo los jóvenes se interesen más que los adultos en buscar ‘el significado de la vida.’ Pero, ¿dónde pueden hallarlo?
¿Están las respuestas en la educación?
Si eres joven, pasas gran parte de tu tiempo en la escuela. Es natural que pienses que la educación, de algún modo, te mostrará el significado de la vida, pero dichas esperanzas a menudo conducen a desilusión. “Cuando ingresé en la universidad,” dijo un estudiante de honor, “pensé que añadiría a mi vida talentos, capacidades y logros nuevos. En vez de eso, cada curso que he tomado, cada buen libro que he leído y cada idea que he considerado seriamente me ha privado de algo. Me siento como una cebolla a la que han pelado, capa tras capa, hasta que ya no queda nada, nada en absoluto.”
¿Qué ha sucedido? En vez de descubrir el significado de la vida, este estudiante, llevado de un lado a otro por argumentos y contraargumentos igualmente plausibles, se confundió. Después de perder la fe en lo que creía originalmente, no le quedaba cosa alguna que reemplazara sus creencias anteriores, y estuvo a punto de llegar a la conclusión de que la vida carece de significado.
Esto hace recordar una observación muy sabia que se hizo hace unos 3.000 años, en el sentido de que “el hacer muchos libros” [u “opiniones”] no tiene fin, y el aplicarse mucho a ellos le es fatigoso a la carne.” (Eclesiastés 12:12) El tratar de hallar el significado de la vida en los ‘grandes libros’ y en las grandes ideas del hombre es algo que resulta en frustración, porque tales libros e ideas se contradicen constantemente entre sí, como bien descubren en poco tiempo los estudiantes.
¿Ofrece esperanza la ciencia?
“Tanto la ciencia como la tecnología, que solo unos años atrás fueron aclamadas como las soluciones seguras para todos nuestros problemas sociológicos, que son cada vez más complejos, están en aprietos en estos días,” admite el Dr. Lewis Thomas, ensayista sobre asuntos científicos que tiene muchos lectores. Max Delbruck, ganador de un premio Nobel, es aún más franco. Dijo: “Es obvio que la ciencia no va a resolver nuestros problemas.”
Los adultos de hoy día fueron criados al son de refranes optimistas como: “Una mejor vida mediante la química.” Por otra parte, los jóvenes han crecido viendo el lado más oscuro de la ciencia. “Todo el mundo habla acerca de los nuevos adelantos relacionados con los secretos de la naturaleza. Pero por alguna razón no puedo tragarme eso,” escribió recientemente un estudiante universitario a su profesor. “Adelantos, adelantos... ¿adónde nos llevan? Bombas atómicas, contaminación, drogas que causan terror: ¿Es esto lo que encierran las fronteras de la ciencia?”
“Por favor, no me conteste con frases estereotipadas en cuanto a la brecha que existe entre la ética y el conocimiento científico,” continuó diciendo el estudiante. “Lo he escuchado todo cientos de veces. La gente cree que nuestra ciencia es buena, pero que nuestra ética es mala. Esto es exactamente lo que no puedo tragar. ¿Estoy loco? ¿Son en realidad cosas tan separadas la moralidad y el conocimiento?”
Este joven estudiante estaba sacando a relucir un punto importante. El conocimiento sin moralidad, como cuando se usa el conocimiento de la física nuclear para construir bombas atómicas, puede ofrecer invenciones brillantes, pero, ¿nos ofrece esperanza tal conocimiento? ¿Da a la humanidad alguna razón para vivir? ¿O sencillamente aumenta la probabilidad de que los hombres terminen por destruirse a sí mismos?
“Creo que el curso futuro de la historia no se decidirá mediante más descubrimientos científicos,” dijo el Dr. Delbruck, “sino mediante preguntas sobre los valores humanos.” En otras palabras, es más importante saber la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto que saber cómo construir una bomba más eficaz.
Pero parece que hoy el mundo se interesa mucho más en las bombas que en lo que es correcto o incorrecto. Los jóvenes perciben esto, lo cual puede llevarlos a que se den por vencidos en cuanto a tratar de hacer lo correcto. “Tengo quince años de edad,” escribió un jovencito. “No fumo marihuana ni uso drogas, aunque muchas veces he querido hacerlo. Trato de no robar, ni destruir propiedades ni hacer daño a otras personas ... lo que quiero decir es que toda mi vida he tratado de hacer lo correcto. Entonces, hace solo unos meses, comprendí que daba lo mismo. Sea cual sea la clase de vida que yo viva, no va a alterar el estado de las cosas. Ahora no me importa si vivo o muero. Parece que la gente mayor no entiende por qué queremos ‘arruinarnos la vida.’ El punto es que ya no tiene importancia.”
¿Puede ayudar la religión?
A menudo se alega que la ciencia no está supuesta a enseñar a la gente qué es correcto y qué es incorrecto... eso es algo que la religión tiene que hacer. Pero los jóvenes de hoy no parecen estar muy satisfechos con lo que la religión ha logrado. Un clérigo de Gran Bretaña que entrevistó a 10.000 jóvenes descubrió que la fe religiosa está decayendo rápidamente entre los jóvenes de ese país. En los Estados Unidos, una encuesta Gallup que se efectuó recientemente indica que, aunque la mayoría de los adolescentes estadounidenses creen en Dios, tres cuartas partes de ellos no tienen mucha confianza en la religión organizada.
¿Qué perturba a estos jóvenes? “El que las iglesias no sirvan genuinamente a las personas a quienes Cristo amó ... el que tantos miembros de las iglesias adopten una actitud superficial; el que las congregaciones no puedan tratar con los fundamentos de la fe y atraer a los jóvenes sobre una base espiritual sólida; la falta del sentimiento de entusiasmo y cariño dentro de la comunidad eclesiástica, y sentimientos negativos en cuanto al clero que está a cargo,” informan los que efectuaron las encuestas. Es significativo el que añadieran que “de cada diez adultos jóvenes, cuatro declaran que el nivel de honradez y ética personal del clero es ‘solo promedio,’ ‘bajo,’ o ‘muy bajo.’
Puesto que no confían en la ciencia, ni en la educación ni en la religión, ¿es de extrañar que tantos jóvenes estén a la deriva hoy? ¿En qué pueden cifrar su confianza? “Cuando pedí a mi hija que me ayudara suministrándome cierta información que tratara sobre los adolescentes,” escribió una madre, “gustosa e instantáneamente suministró la cita: ‘Los adolescentes son los cadáveres del mañana.’” Un adolescente de diecinueve años de edad, de Lausana, Suiza, lo expresó así: “¿Por qué he de afanarme tanto como mi padre? ¿Por qué no he de divertirme, si quizás todos estemos muertos en unos cuantos años?”
A menudo se acusa a los jóvenes de ser superficiales y materialistas. Pero desde su infancia la televisión ha estado predicándoles sobre las virtudes de la gratificación instantánea. De hecho, sería extraño el que los jóvenes de hoy no fueran materialistas, cuando se considera la “educación” que han recibido. Por otro lado, ¿dónde pueden conseguir estímulo los jóvenes de hoy para ser nobles y abnegados? No de la televisión. No del ejemplo de los líderes políticos y financieros del mundo. No de las religiones principales. Entonces, ¿dónde pueden conseguirlo?
Ayuda del Creador del hombre
Algunos jóvenes han concluido que es tonto el deseo de creer en algo. Según lo expresó un estudiante de la Universidad de Columbia, en los E.U.A.: “La gente se interesa básicamente en sí misma.” Sin embargo, ¿conduce realmente a la felicidad esta actitud? Si eres joven, ¿realmente crees que una vida llena de egoísmo va a hacerte feliz? ¿Qué hay en cuanto a las personas egoístas que conoces? ¿Son verdaderamente felices ellas? Tal como lo expresó cierto sabio: “Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos.” (Eclesiastés 5:10) ¿Por qué no?
Porque tal como la gente fue creada con la necesidad de cosas materiales, como comida, ropa y abrigo, también tiene necesidades espirituales. El dinero no puede satisfacer estas necesidades. La vaga, pero persistente, necesidad que los jóvenes tienen de entender ‘el significado de la vida’ es una necesidad espiritual. También lo es la necesidad de expresar amor altruista y recibirlo. Estas cosas no se pueden comprar, prescindiendo de lo que los anuncios comerciales televisados digan.
Sin embargo, el hecho de que el hombre tenga necesidades espirituales no significa que esté capacitado para satisfacerlas. Si eres joven, probablemente comprendas que, aunque tienes necesidad de alimento, ropa y abrigo, no estás tan equipado para satisfacer dichas necesidades como lo están tus padres. De igual modo, nuestro Padre celestial está mejor equipado para satisfacer nuestras necesidades espirituales. Recuerda: El nos creó con estas necesidades.
Pero, ¿cómo se comunica uno con el Creador para ver satisfechas sus necesidades? En los últimos diez años muchos jóvenes, desilusionados con las iglesias principales de la cristiandad, se han unido a otras organizaciones religiosas. Algunas de éstas, como la Iglesia Unificada, alegan que son cristianas. Otras, como la Misión de la Luz Divina, no. Todas ellas alegan que pueden satisfacer las necesidades espirituales de los jóvenes, pero, ¿verdaderamente están ayudando a sus seguidores a acercarse a nuestro Creador? Muchas de ellas ni siquiera enseñan que exista un Creador, y solo hablan vagamente de una “primera causa.” Hasta entre las religiones que afirman que adoran al Creador, ¿cuántas enseñan a sus seguidores que él tiene tanto nombre como personalidad?
“Porque, ¡Mira!,” dice el profeta Amós, “el Formador de las montañas y el Creador del viento, y Aquel que informa al hombre terrestre lo que es el intenso interés de su mente, Aquel que torna el alba en lobreguez, y Aquel que pisa los lugares altos de la tierra, Jehová el Dios de los ejércitos es su nombre.”—Amós 4:13.
Sí, Jehová es el nombre de nuestro Creador, la Persona mejor capacitada para satisfacer nuestras necesidades espirituales. ¿Notaste, joven, en el versículo bíblico que se citó arriba, que Jehová se interesa en dar a conocer a la humanidad Su voluntad? El está dispuesto a ‘darnos a conocer lo que es el intenso interés de su mente,’ o, como expresa eso la Nueva Biblia Española: “Descubre al hombre sus pensamientos.”
Cuando uno aprende acerca de Jehová Dios y estudia Sus pensamientos, se pueden obtener contestaciones excelentes a la pregunta: ‘¿Qué haré con mi vida?’ ¿Te gustaría saber de algunos jóvenes que han hecho precisamente eso?
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De amistad. Me identifico con tu situación. A tu edad y siendo más joven me sentía incapaz de relacionarme con los demás, luego con el tiempo me di cuenta que tenía una herida de vínculo, de apego con los demás, que hacía que buscara mi refugio para aislarme. En ese aislamiento recurría también a las adicciones y terminaba más confundido. Esa confusión, esa adicción lo pude superar y por eso quiero manifestarte que no estás solo, que podrás cambiar, encontrarte con tu verdadera y maravillosa indentidad, con tu verdadero yo para que puedas relacionarte con los demás sin miedos ni complejos.
Te dejo mi correo por si deseas que nos pongamos en contacto : [email protected] o nos seguimos escribiendo por aquí aunque no llegan notificaciones y no sé cuando hay un mensaje nuevo.
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