Si no sabes si tus padres quieren, es porque seguramente ellos no quieren; y, además, no suele ser muy recomendable el abandonar la casa propia sobre todo a ciertas edades.
Descarta las malas soluciones, que ya no quiero ni nombrar; y además, curiosamente, ¿por qué no acudes a Quien tiene la solución de todo?, ¿Por qué no acudir precisamente a Quien pide: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."?
Te equivocas a la hora de afrontar esa situación ya que la estás mirando según el mundo, precisamente con el tirano y pesado yugo del mundo, según los particulares intereses, y no según Dios. No se trata de escapar por mera comodidad, con los posibles perjuicios que eso tendría, además, para tus padres, sino que verlo todo según Dios, viendo, incluso, las posibilidades que tiene esa situación, el bien que puedes hacer en ella, y gracias a ella, Ni que decir tiene que en cualquier sitio te encontrarías con ciertas dificultades, quizá no las mismas, pero sí otras; e, incluso, si dejas un sitio por ellas, podrías encontrarte más sensible al encontrarte con otras.
Se trata de afrontarlas bien, según Dios. En cuanto al aspecto exterior te recomiendo no volver a tratar el asunto, y extremando la corrección con todos. Y, luego, prepararte internamente, estando en gracia de Dios, y ayudando a tus padres a lo mismo. Si alguien actúa mal, tú responde bien. A cada uno le influyen más sus propias acciones, que lo que otro diga, o haga, así es que estate tranquila, ya que es más importante lo que depende de uno.
La actuación recta te quitará el miedo; si estás haciendo lo que Dios manda, ¿qué más? Lo que más previene las agresiones es una actuación justa; al contrario que la injusticia, que las promueve.
Lógicamente no tienes que enfrentarte con nadie, ni sacar de quicio a nadie, ya que con eso sí que podría haber un cierto riesgo por si a la otra persona no le frena el juicio; y ya se sabe que la ira lo mina un poco, o mucho, aunque, generalmente, si la persona está sana mentalmente la cosa no llega a mayores.
Por dentro tienes que trabajar, ya que, por supuesto, no se trata de acumular ira, ni indiferencia; tienes que sobreponerte a cualquier emoción de este tipo, y poner la voluntad de pensar en hacer el bien de verdad, según Dios, darle a Dios gracias por todo. ¿Quién te dice que esta situación no está ahí precisamente para que puedas ganar la salvación eterna?, ¿Crees qué estarías mejor si estuvieras más cómoda? No, claro que no; de cara a tu salvación eterna, e incluso a tu felicidad auténtica temporal, no. Es una verdad de fe el que se puede pagar la pena temporal correspondiente a los pecados, sufriendo con resignación ciertas situaciones (Concilio de Trento, Sesión 14, Canon 13: "Si alguno dijere, que de ningun modo se satisface á Dios en virtud de los méritos de Jesucristo, respecto de la pena temporal correspondiente á los pecados, con los trabajos que él mismo nos envia, y sufrimos con resignacion, ó con los que impone él sacerdote, ni aun con los que voluntariamente, emprendemos; como soii ayunos, oraciones, limosnas-, ú otras obras de piedad; y por, tanto que la mejor penitencia es solo la vida nueva; sea escomulgado." https://archive.org/details/BRes111445 ); así es que aprovéchate, y enhorabuena.
Acuérdate, siempre correcta, y sin perder de vista el objetivo de hacer el bien; frecuentar los Sacramentos, y hacer oración, pidiéndole a Dios luz y fuerza para amar de verdad. Y, llegados a este punto de tensión, tampoco te recomiendo ni ciertos señalamientos, y menos recriminaciones, etc.; sencillamente te recomiendo callar al respecto, al menos hasta que cese la tensión.