Problema matrimonial

Hola buanos días, somos un matrimonio de 30 años de casados con tres hijos dos ya son independientes y el tercero tiene 18 años esta estudiando y vive con nosotros. Ya que últimamente no nos llevamos bien, todo porque discutimos por lo mismo, de que yo gasto mucho, y ella también gasta mucho, así lo entiendo yó objetivamente. Por eso vamos a terminar mal, para mí es insoportable, y le quería propoer a mí esposa la separación, o dividir el dinero y cada uno que gaste de lo que le pertenezca.
Le comento como esta nuestra situación familiar, no tenemos separación de bienes ella gana sobre 1000 €. Yo sobre 1.900 €. Tenemos hipoteca compartida de 600 €. Y los gastos comunes normales.
Mí pregunta es: ¿Cómo podemos hacer el reparto del dinero? ¿Tengo qué pagar más yo por cobrar más? ¿O pagamos los gastos totales incluyendo los de la hija que está en casa a medias, y a cada uno le queda el resto de su respectivo sueldo?. ¿Y sí nos separáramos como sería el desglose. Muchas gracias de antemano.
Respuesta
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El problema que plantea es fruto, sin duda, del desgaste inherente a los muchos años de convivencia y los diferentes avatares que han tenido que ir solventado a lo largo de todos estos años.
Según entiendo, la preocupación principal radica en la distribución del dinero generado por la unidad familiar. O, dicho de manera más llana, la cada vez más difícil situación de afrontar los gastos con los ingresos, nada extraño, por otra parte, si se reflexiona que, mientras los ingresos producto del trabajo o de pensiones han quedado estancados, los gastos, por el contrario, no paran de subir.
Aplicado lo has aquí dicho a su caso concreto, creo, que la situación merecer ser motivo de reflexión conjunta; poner los números sobre la mesa y adoptar una solución ajustada a la realidad. Veamos: a) Los ingresos conjuntos son de 2.900 euros mensuales; b) Los gastos fijos (aparte de gas, luz, agua, etc,) son de 600 euros mensuales; c) Tienen un hijo estudiando; d) Pagan gastos de otra hija, mayor de edad... No creo detallar nada más.
Esta realidad, insisto debe ser motivo de reflexión. Si existen gastos privados de cada uno por su lado, resultará evidente, que al no tener control del uno sobre el otro, se llegan a extremos de tensión en el momento en que ni usted ni su mujer deban afrontar gastos necesarios perentorios, inesperados, etc. Por lo tanto, sería una buena solución adoptar el acuerdo de sumar los dos ingresos y, a partir de ellos, afrontar los gastos; con el compromiso mutuo de no comprometer nuevos gastos sin el acuerdo previo de ambos, eliminando los superfluos.
¿Por qué le antepongo esta solución a la de separarse o divorciarse? Sencillamente, por los gastos extra que va a suponer (Si la convivencia con su mujer llega a una situación extrema, la cosa sería radicalmente diferente). Me explico: Los elementos principales que se afrontan en toda separación o divorcio son: a) Intervención de abogado (que, a su vez, precisará de un procurador). Si deciden que se lleve a cabo de mutuo acuerdo, bastará con un solo par de profesionales, pero si no se ponen de acuerdo, cada uno deberá pagar "su" abogado y "su" procurador; b) De mutuo acuerdo, se redacta un convenio regulador que debe contener, entre otras medidas: 1) quién de ustedes dos tendrá la guarda y custodia de su hijo mayor que, aún siendo, por estar todavía estudiando, está bajo su directa responsabilidad; 2) al hijo de lo anterior, deberá asignar a uno de ustedes el uso de la vivienda familiar; 3) deberá fijarse una pensión de alimentos a favor del hijo estudiante, que deberá pagarse hasta que éste acabe sus estudios o pueda hacer vida independiente económica o, simplemente, no quiera estudiar o trabajar; 4) el cónyuge al que la separación o el divorcio le produzca un desequilibrio económico en relación con el que tenía durante el matrimonio, tendrá derecho a recibir una pensión compensatoria del otro; dónde, entre otros elementos a tener en cuenta para la fijación de su cuantía y duración, se cuentan los años dedicados a la familia; 5) se deberá proceder a la liquidación, en su caso, del régimen económico matrimonial... (Si el procedimiento no es de mutuo acuerdo, cada parte solicita del juez que le sean concedidas una serie de medidas como las comentadas)
Con todo ello, basándome en mi experiencia profesional, quiero significarle que antes de adoptar este paso, recapaciten en el sentido que apuntaba al principio: atemperar todos los gastos al conjunto de los ingresos, como si se tratará de un objetivo nuevo a lograr, es decir, que toda la familia pueda continuar viviendo sin necesidad de sobresaltos de todo tipo.
Si, pese a ello, su mujer no quisiera avenirse a sus razones y usted no pudiera continuar con este ritmo de vida, siempre quedará la separación o el divorcio. Pero esto es otra historia...
Historia de la que podemos hablar si de decide a seguir adelante, por supuesto.

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