Llevó diez años con mi marido y no ayuda en casa aunque éste enferma. ¿Cómo cambio ese hábito?

¿Es normal que después de 10 años de casados mi pareja no colabore en nada básico de la casa ni tan siquiera cuando estoy enferma, ni tan siquiera cuando estoy con fiebre? ¿Puede ser que él no se dé cuenta de lo mucho que trabajo en la casa? ¿Es esto posible? ¿Es normal que le tenga que poner los bolsones de papel reciclado, vidrio, cajas enormes estorbando delante de la puerta durante más de 15 días y sólo tire una de ellas en ese tiempo? ¿Es normal que le ponga su ropa doblada para que la meta en los cajones y me la vaya amontonando cada vez más encima del mueble? ¿Es normal que no se dé cuenta de que se va dejando los vasos y tazas que usa, cereales, todo por el medio? Ya le he dicho que no pienso recogerle nada más de lo que vaya olvidando, y se lo dejo allí donde lo queda. Ya no sé que hacer. ¿Es lógico que me sienta como una esclava que no sabe de dónde sacar el tiempo para estudiar sus oposiciones? Procuro no complicarme con la limpieza pero la casa es grande y tampoco me gusta nadar en el desorden. Los estudios se llevan mucho tiempo y aún así no saco tiempo para ellos. La comida, la ropa... Todo es necesario hacerlo, pero ¿hasta qué punto es normal que él piense que hasta que yo no trabaje fuera de casa no tiene por qué mover un dedo para nada como me ha dicho? No sé cómo salir de esta situación. Mientras él sentado escribiendo novelas, leyendo libros... Me gustaría poder al menos sacar mis oposiciones para sentirme independiente económicamente y no tener que pensar que es él el que trae el dinero a casa, como él mismo ya me ha dicho. Tengo la sensación de que esto me corta las alas y me siento esclava. ¿Hasta dónde llega su obligación de ayudarme como esposo? Aunque esta relación me lo da todo y le quiero, a veces siento como si esta relación no me aportase nada y me siento indefensa. Tampoco tendría libertad para dejarla, si quisiera, porque no tengo independencia económica, aunque me gustaría encontrar alguna solución mejor a esto último dicho. Sin embargo él es una persona sensible, amable, cariñosa... Esto es lo que me confunde... Porque ¿Es normal que yo le diga que como he estado mala esos días, que por favor me ayude aunque sea colocando el lavavajillas para que yo tenga la cocina despejada para guisar, pero que lo necesito pronto, me diga que sí y luego no lo haga? Que alguien me lo diga por favor ¿QUÉ HACER? He estado con problemas de rodilla y espalda 6 meses, guisando, teniéndome que sentar porque no aguantaba de pie, volviendo a la cocina, pasándolo canutas y ni un dedo mueve...
Esta mañana le he dicho que no le pida peras al olmo. Que si no me encuentro bien no me pida que tenga la cena a la hora que él pide porque no se la tendré, porque si estoy enferma no soy capaz de hacer las cosas al mismo ritmo...
Necesito consejo por favor.

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Normal no es, pero infrecuente tampoco. Todo parte de la educación recibida, si tu marido no ha movido un dedo en casa y se ha criado en un ambiente en que el hombre no colaboraba en su casa, pues ha llegado con esa actitud al matrimonio, sin reparar siquiera en que la casa es cosa de dos, por otra parte, si tu durante 10 años se lo has dado todo hecho, pues normal que no salga de él la colaboración.
Ser ama de casa no es ser esclava de nadie (que no estamos en el S. XIX), y tus oposiciones suponen un esfuerzo tan duro como un trabajo, es como invertir en futuro y necesitas no sólo tiempo, sino especialmente tranquilidad mental.
Te recomiendo que pienses en simplificar las tareas: ¿Qué no recoge platos? Usa platos de plástico. Cocinar: lo mínimo indispensable y cena de embutido, cosas que te aligeren las tareas. Las tareas que no pueden dejar de hacerse, escríbelas en un papel y asígnale a él algunas y otras tu (supongo que lo de planchar te toca seguro). Si no cumple las suyas, pues tu no hagas tu parte. Tal vez cuando necesite una camisa planchada le puedas recordar que tú no completarás las tareas mientras él no lo haga.
Sé que es una situación tirante, pero no debes pensar en absoluto que el estar sin trabajo te hace su criada. Es más, insiste en que necesitas tus ocho horas de estudio, y que las cosas de la casa se hacen después de tu jornada con la oposición.
Gracias Almudena por contestarme. Muchas de las cosas que tu me cuentas, como lo de escribir en un papel, por ejemplo, ya lo estoy haciendo. Y lo de simplificar cenas también. Y dejarle, como te dije, las basuras en la puerta porque sé que a él le molesta "muy mucho" el desorden y sobre todo que lo vean los amigos que vienen a casa. Como yo estoy siguiendo una dieta lo de los embutidos no me viene bien, pero en cambio estoy haciendo grandes comidas para que sobre, si puede ser, para la noche siguiente. En eso ya siimplifico bastante. Como todo en cuatro líneas no se puede contar, te diré ahora, que él ha estado muchos años con una depresión, sin saber lo que le pasaba. Ahora se está casi casi recuperado. Pero tampoco le podía pedir yo a él más de lo que hacía entonces (él seguía trabajando) porque no le salían las fuerzas del cuerpo en esos momentos, la verdad. También te diré que yo llevo, además, 6 años de estudio de canto lírico, y en verano llega algo de dinero por mi parte a casa (poquito en comparación), porque canto ceremonias de boda. De todos modos vivimos muy entrillados económicamente hablando, porque si no fuese así traer a alguien que me limpie de vez en cuando en último caso ya lo había pensado. Esos estudios de canto me llevan también mucho tiempo y esfuerzo... Y la gimnasia de rehabilitación para la espalda y la rodilla que sigo haciendo... A veces me siento realmente desbordada, porque también tengo que tratar con mis clientes, enviarles dossiers informativos, etc. Todo eso es un verdadero trabajo, pero él no ve nada de eso. Y sin salir a ningún lado en verano porque no nos llega. Ni un día de descanso para mí. Una vez traje a una mujer que me ayudó a pegarle una buena limpieza a la casa (mientras yo estudiaba) y me planchó bastante y ella me preguntó que si mi marido no lo iba a notar, pues la llevé a escondidas porque él ya me había reprochado cosas y sé que iba a haber más reproches"con su dinero" (entonces yo no aportaba nada). Yo le dije que mi marido no notaba nada de nada nunca y ella se quedó perpleja diciendo que su marido la ayudaba en casa. Y así fue, no notó nada. Pero yo tenía una sensación de alivio tremenda. La cosa es que él trabaja por las tardes y estudia, también, por las mañanas, porque se está sacando una carrera por la UNED, a ver si así podemos alcanzar una mejor economía más adelante, pero aún así tiene muchos más ratos libres que yo, porque en el trabajo tiene muchas horas muertas (está para abrir el centro) y le da tiempo a estudiar unas cuantas hora y hasta de jugar en el ordenador sus partidas y todo. Yo sé que él también está haciendo esfuerzo, pero no emplea ni 5 miniutos para descargarme a mí, que también lo estoy haciendo. Ayer mismo tuve que emplear toda la tarde en una audición privada para unos clientes que se casan en julio. En fin, que tampoco se trata de ver aquí quién hace más y quién hace menos, sino de que me eche un cablecillo de vez en cuando... Me sentiría algo valorada en mis esfuerzos por lo menos. Ayer me dijo que había descubierto que a él le iba bien el sistema de la "rata acorralada" para motivarse intelectualmente, y para estudiar, o para cualquier motivación que él pudiera tener. Y en efecto he comprobado que obtiene los mejores resultados y la depresión se le aleja entonces. Le pregunté, a ver qué decía, de las cosas que había que hacer a veces en casa y que no motivaban nada en absoluto, pero que eran necesaria y me dijo: "Esas cosas ¡a la mierda!" Y yo le decía: "pero son necesarias y sin esas cosas no puedes hacer todo lo demás que quieres". Y el me seguía insistiendo: "¡A la mierda!" A mí me dejaba perpleja y lo único que se me ocurre es pensar en el sistema de la rata acorralada, que en el fondo es lo que tú me vienes diciendo. Pero no se me ocurren más cosas. Dentro de poco el nuevo bolsón de papel reciclado se habrá llenado y será uno más que le pondré en la puerta a ver si cada vez se siente más agobiado... Y así estoy. Me gustaría saber tu opinión ahora que te he matizado más todo esto. También creo que por lo menos una hora al día por lo menos para mí, relax, ocio, debería yo tener. Ya que ni siquiera vamos por ahí de copas, cine, ni nada de nada (a él no le gusta nada), por lo menos que me pueda relajar algo.
Lo primero preguntarte si tu marido tiene una depresión diagnosticada. Verás, no es muy común que una persona con depresión pueda trabajar, estudiar una carrera, jugar al ordenador, leer novelas...
Lo segundo, para ti: firmeza, que note que estás harta de la situación, que necesitas tu tiempo. No es cuestión de que "te gustara tener un rato para ti", es cuestión de que impongas la norma de que todos los días, de tal hora a tal hora necesitas tiempo para ti.
Está claro que no funciona que le pidas las cosas o se las sugieras, luego tendrás que tener una actitud firme, marcar tus condiciones de convivencia y no moverte ni un milímetro de ahí. Si os molesta el papel reciclado en la entrada, aprende a mirar para otro lado, ya lo tirará cuando vengan sus amigos. No termines cediendo, porque eso significa batalla perdida y que sepa que al final se saldrá con la suya.
Por último ten claro que su futura carrera no vale más que tu oposición, ambas son vías para mejorar vuestra posición, pero en tu caso es una vía para mejorar TU posición. No pierdas la perspectiva de que toda mujer necesita un grado de autonomía, tanto económica como personal, no puedes vivir centrada en tu pareja descuidando tu propia vida, es peligroso para ti y para la relación.
Ánimo, y espero que te mantengas firme!
Hola de nuevo Almudena. Te doy las gracias por lo que estás haciendo por mí. No puedes imaginar de cuánta ayuda me está sirviendo.
Te diré que realmente la depresión ha sido diagnosticada por un médico colegiado. Él iba a trabajar hecho polvo, y decía que venía del trabajo como si se quisiera morir. No comía y se dormía directamente en el sofá. Se había hecho análisis y le habían dicho que estaban perfecto y que era cansancio crónico o algo así. Se ponía a comer a las 6 de la tarde muchos días. Pero yo realmente me llegué a preocupar cuando un día eran las 11 de la noche y no despertaba. Yo viéndole allí tirado no aguantaba más la situación, ya despertándole y llorando diciéndole que tenía que ir al médico, que él no estaba bien... y él decía que para qué que para que le dijesen lo mismo. Cuando se despertaba lo único que hacía era matar marcianos y marcianos (ordenador) y escribir en ese caso eran poesías "como de muerte". Las novelas que escribe ahora son mucho mejores. Tiene escritos varios libros y uno de ellos titulado "Cartas de un hombre muerto". Son terriblemente grises y nada más que dan ganas de llorar cuando se leen. Por fin, después de 7 años, unos amigos nos hablaron de un médico muy bueno y fuimos. Tiene un aparato alemán que por lo visto es uno de los pocos capaces de calibrar el sistema nervioso según nos comentó (electrocupuntura) y le dijo que lo suyo era depresión por estrés, en parte endógena (hereditaria), pero que algo había de psicológico añadido, y le mandó medicación, la cual ha ido regulando hasta ahora y actualmente sólo toma un cuarto de pastilla. Él por su parte estuvo haciendo una terapia que venía en un libro de psicología cognitiva y leyendo para superar su depresión todo lo que podía. Es reacio a hablarle a ningún psicólogo. Y se le nota mucho el cambio que ha dado. Su trabajo tenía mucho que ver en todo este asunto. Ahora ya te digo que lo veo prácticamente bien porque está esperando a que le den su nuevo puesto de trabajo al que opositó y ha aprobado y está con la carrera que le gusta. Pero imagínate si estaba así qué tipo de relación sexual había en la pareja. Nula. Sólo 6 veces hicimos el amor desde que nos casamos y hasta esos 7 años después no hubo nada. Él no tenía fuerzas para nada... Yo me casé con 24 ahora tengo 35. Cuando se empezó a recuperar cogimos a deseo el sexo porque prácticamente era nuevo para los dos y hasta ahora iba bien porque imagínate como estaba yo; pues ansiosa. Y ahora no suele faltar el domingo que no haya, pero he empezado a darme cuenta de que últimamente me costaba llegar al clímax porque él realmente me daba pocos preliminares. Yo le he dicho que mi cuerpo necesita que "se le convenza", pero él no parece entenderlo del todo. Para resumirlo, que necesito que sea él el que venga a mí me bese apasionadamente y me acaricie con deseo, en vez de tener que ir yo y hacerlo todo como siempre. De hecho he empezado a dejar de tener ganas (psicológicas) de hacerlo con él porque me he dado cuenta de que tengo que ir yo a estimularle como si le estuviese pidiendo un favor, aunque después él también se emociona al cabo del rato. Siempre empezaba yo porque después de una semana la verdad es que necesitaba sexo desesperadamente, más no me siento a gusto últimamente cayendo siempre en esa trampa constante. Así que me he comprado un vibrador (en secreto) que mantiene mi deseo hacia él un poco más controlado. De esta forma ya han pasado tres semanas y aún estoy esperando a que se acerque apasionadamente a mí. Así que hoy le he visto ciertas ganas, por fin, pero se arrima, me hace una sola caricia y espera a que se lo den todo hecho, como siempre. Así que le he dicho que tengo que hacer en la casa todo lo atrasado que no pude hacer el jueves porque tuve que hacerles la audición privada a los clientes y se ha quedado a dos velas. Todo esto no lo hago por venganza. Yo le quiero mucho y no es mi intención ni mucho menos. He entendido, desde que me has orientado, que tengo que mantener cierta presión para conseguir mis objetivos. No sé si he entendido bien y si mi actuación es muy correcta. Tú que conoces mejor los funcionamientos de una pareja quizás puedas ayudarme sobre esto también. Yo con él me muestro cordial como siempre, de forma natural por supuesto, para que no piense que estoy enfadada sino muy enfrascada en mis asuntos. El caso es que él me observa con algo de extrañeza. Debe estar desconcertado. De algún modo se me tiene que notar un cambio.
Ayer me fui a escuchar un concierto de Navidad y le dije que tenia el pisto de calab. Que había sobrado y que si tenía hambre mientras yo no estaba que se hiciese un huevo pasado por agua. Cuando llegué, por supuesto, no había cenado. Entonces le dije que yo iba a estudiar, y me puse a ello. Al cabo de dos horas él había terminado sus estudios y a mí me faltaba un poquito del tema. Ya se iba a sentar a leer sus libros cuando le pregunté (eran las 12 de la noche) que qué iba a hacer. Entonces le dije que se fuera cociendo el huevo que a mí aún me faltaba... si es que tenía hambre, claro. Se lo pensó un segundo y se fue a la cocina resoplando. Yo le dije que sólo eran 4 minutos. Lo más curioso del caso es que cuando llegué allí estaba tan feliz preparando las cenas de ambos. Así que veo que el sistema de la "rata acorralada" funciona. Pero tiene él que comprender o necesitar lo que sea para hacerlo... Por lo menos he conseguido que cueza los huevos. Yo mientras tanto estuve, delante de él, fregando los cuatro platos que había y quedando la cocina despejada para el día siguiente, y experimentando gran alivio. ¡A ver si comprende! No sé si voy bien encaminada. Tú me dirás. Con respecto a lo del papel reciclado no cederé a pesar de ya haberme querido mi madre, una tía mía y una amiga dar lecciones de cómo debo tirarlo para que no se me acumule en la puerta. La ropa, ya guardó la que le había puesto hace una semana y le he vuelto a poner la limpia para que la vuelva a guardar de nuevo. La cama la he dejado por hacer, por aquello de que hoy estoy muy liada, para que cuando se vaya a acostar, hoy que es sábado y ya que ha estado todo el día en casa (ahora está en un compromiso), no tenga más remedio que recomponer las sábanas. En fin. Quisiera, si no te molesta, tu más sincera opinión y que me orientases a ver si estoy ya metiéndome en el buen camino. Sobre todo quisiera que me dijeses algo con respecto a la sexualidad, puesto que tú también sabes bastante acerca de eso y aparte de que no quiero ir contándoselo al primero que se presente, la gente en general creo que no sabría qué decirme.
Muchas gracias por todo, Almudena.
Veo que has enfocado muy bien las cosas, especialmente por lo que cuentas que has ido a un concierto y sacado tiempo para estudiar, ese es el camino que tienes que tomar para no amargarte y ser tú también persona, que sacrificarse está muy bien, pero a veces nos sorprendemos cuando vemos que las personas nos valoran más por nuestra autonomía que por nuestro sacrificio.
El sólo necesita un empujoncito para ponerse las pilas, no un empujoncito pequeño precisamente, pero sí constante. Con tacto y constancia, haciendo las cosas fluidas y naturales irá viendo que tu también necesitas un poco de apoyo.
Respecto al tema del deseo sexual y los preliminares, cada pareja es un mundo y la forma de iniciar el contacto es muy variable. Habitualmente es la mujer la que "siempre tine cosas que hacer", en este caso es tu pareja a la que le cuesta tomar la iniciativa, pero no lo tomes como algo malo. Si quieres que él se muestre más activo, puedes proponerle juegos, ver una película para adultos, cómprale por Navidad un libro con cierto contenido erótico... por otra parte puedes mostrarte sugerente en momentos dados, como si estuvieras seduciéndole. No te lo tomes como algo personal en el sentido "yo siempre tengo que tomar la iniciativa", los tempos a veces no son los mismos y tal vez necesite una cierta estimulación para encenderse.
La idea de comprarte un juguete me parece excelente si en este momento de tu vida necesitas un poco más de lo que estás recibiendo. Es algo completamente normal. Tienes una edad maravillosa para disfrutar del sexo, una edad en la que la mujer ha alcanzado una plenitud física y sexual y sabe lo que quiere.
Me ha gustado verte un poco más optimista y un poquito menos frustrada. No siempre tendrás avances, pero recuerda que para ganar la guerra a veces hay que perder alguna batalla!
Almudena.
Hola Almudena. Gracias por responderme. Tus consejos me vienen muy bien.
Creo que hice lo correcto para mí en estos momentos al comprarme el juguete. A ese respecto me siento mejor porque descubrí efectivamente que necesitaba más de lo que recibía y es una buena forma de solucionarlo. Mi familia siempre ha sido muy puritana con respecto a la sexualidad, pero yo siempre he intentado comprender las necesidades de mi cuerpo.
A mi marido, la verdad, no le van para nada ni ese tipo de películas, ni jueguecitos, ni nada de nada de lo que me dices. Es un poco soso para todo. Pero sí parece que al final me funcionó el encontrarme con él más satisfecha con respecto a mis necesidades sexuales, porque así fui capaz de definirle más lo que quería, aunque fuese con mi actuación, ya que las palabras no le entran. Cuando se arrimó a mí el domingo yo estaba en el sofá descansando un rato. Se tumbó a mi lado y me hizo una o dos minicaricias y se puso a esperar. Yo, porque en este caso "me he vuelto adivina" y ya sé lo que quiere, pero otra persona, la verdad, no se hubiera enterado. Así que pensé en dejar a mi cuerpo que él mismo decidiera y mi cuerpo en ese plan no se "coscaba" desde luego. Entonces le hice la siguiente pregunta: "¿Tú quieres algo de mí en estos momentos?" y en vez de decirme me apetece sexo contigo o algo así se comporta como un crío y me dice que anda por allí y que se ha tirado un rato. Así que yo me puse a esperar y por fin él se dio cuenta de que si no me acaricia en condiciones como que la cosa no funciona... Parece que al final todo fue bien.
Almudena, estoy más optimista porque necesitaba de alguien, en este caso tú, que eres experta en esto, me orientase. Cuando he intentado que algunas personas de confianza me ayudasen y me dieran claridad a qué debía hacer con el problema de que yo me cargaba con todo lo de la casa me han dicho que debía de ser así. Gente de mi familia, mi madre, alguna amiga, todas opinaban igual y decían que yo ahora estaba en casa y que no hacía nada. Y aunque yo les decía que yo hacía mucho y no podía con todo ellas me decían que estaba en casa y tenía todo el tiempo para mí, o que la vida era así y que había que aguantarse. Y ya en tiempo él me reprochó tantas cosas que vivo con miedo de convertirme en una egoísta e intrumentalizarlo, la verdad. Me dijo que sentía que yo me divertía, que estaba siempre cantando, en fin, se metió con todo lo que hacía yo (que todo mi afán era enfocarme para ganar algo de dinero extra estudiando canto, mientras preparaba algo más, y para sentir que valía para algo) y no me dejó nada mío en pie. Así que esta semana me ha ido bien, pero aunque no ha habido tensión entre los dos, yo tenía los nervios un poco alterados. Me costaba dormir hasta con valeriana y a veces tendía a sentirme culpable de muchas cosas, especialmente si me dedicaba a leer un poquito y él me veía. Es decir, la tensión la sentía yo y él no se daba cuenta de nada.
La verdad es que yo soy una persona pacífica y siempre me gusta bastante la armonía. Para gritos órdenes ya tuve los de mi padre, que eran constantes hacia todos, especialmente hacia mi madre. Por esto me gustaría seguir y de hecho sigo con lo que he hecho esta semana, sin rendirme como tú me has dicho, y que todo vaya de una forma fluida si puede ser.
Si tienes algún consejo más que decirme, que seguro que sí, no me importaría escucharlo.
Muchos besos y muchas gracias.
Me alegro de que vayas sintiéndote mejor.
El único consejo que puedo darte es que dejes a un lado los sentimientos de culpabilidad por intentar ser feliz en este mundo (que ya nos pone las cosas bastante difíciles). Los consejos de tu madre y amigas, no son malintencionados, simplemente son fruto de la educación que han recibido, de una orientación de vida dedicada al servicio al hombre. Ese mundo cargado de machismo (y no soy en absoluto feminista), hace que intentar encontrar nuestra propia felicidad nos parezca ser personas egoístas, cuando la realidad es otra.
Piensa en tu sentimiento de culpabilidad cuando estás un rato leyendo. ¿Observas la culpabilidad en tu marido cuando hace lo mismo y tu estás de acá para allá? Esa es la respuesta. Nadie es más que nadie.
Se te nota una persona inteligente y sensible, aprovecha tu instinto para ir "educando" a tu marido, y recuerda que sólo puedes hacer feliz a los demás, siéndolo tu misma.
Instrumentalizar y ser egoísta es dedicarte a derrochar dinero, a pasarte horas en el gimnasio, a recriminar a tu marido que no gane lo suficiente para tus caprichos. Sensatez es procurar el bienestar personal, el crecimiento personal. Egoísta es el que no te apoya en esa búsqueda. No equivoques los términos.
Y recuerda, grábatelo en la mente: nadie es más que nadie
Muchas gracias Almudena por entenderme y darme apoyo, y por hacerme ver la vida desde otros ángulos y perpesctivas distintas. Te llevaré siempre en mi corazón. Sólo con lo que has hecho por mi esta semana ya las cosas son distintas en mi casa y contemplo una esperanza. Comprendo el punto de vista de mi madre y amigas, puesto que yo misma he recibido la misma educación y tampoco tenía las cosas clara ni mis límites definidos con respecto a mi pareja. Seguiré mi instinto como tú bien dices, que parece haber salido bueno.
Besos.
Anabel.

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