Mi marido no quiere sexo

Hola! Mi ra mi problema es que desde hace unos meses, quizá un año, me siento super frustrada, veras mi problema es que tengo 31 años y mi marido 36, ¿es joven verdad? Pues no le apetece tener sexo, a lo mejor lo hacemos 1 vez cada quince días y a mi eso pues no me llena, a ver no pienses que soy una ninfómana, jajajaja, pero eso es poco soy joven y bueno me gusta disfrutar del sexo, el dice que esta cansado, siempre trabaja mucho, pero eso no debería ser así, incluso he adelgazado porque a raíz de tener a nuestrea segunda hija he cogido unos kilos y bueno sigue igual, no me digas de cuernos porque te puedo asegurar que no, cuando sale de trabajar se viene a mi casa, ¿qué le puede estar pasando? Hay algo que le pueda dar para ayudarlo alguna infusión o algo, es que porque a el no le apetezca yo no tengo porque sufrir sus desganas... Que verdad es de FOLL.. MENOS QUE UN CASADO jajajja, bueno espero que me puedas ayudar un saludo y gracias de antemano.
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En los hombres la falta de apetencia sexual tiene algunas causas, una es por enfermedad, hipertensión, diabetes etc. también el exceso de trabajo, la rutina el stress, son principales en estos casos.
Otra muy frecuente, es que pierden la pasión con su esposa, puede ser por varias razones, algunas de ellas son: Descuido en la apariencia personal, sobrepeso, falta de higien bucal (mal aliento), comportamiento ordinario de parte de la esposa frente a su hombre ejemplos: hacer necesidaes fisiológicas en su presencia, tirarse pedos, no ser discreta con la sangre de su menstruación es decir dejar de ser femenina, la mujer debe cuidar todos estos detalles, el tono de voz que utiliza para hablar con su hombre, si la voz es gritos, alta es contraproducente, el tono de voz debe ser agradable, femenino, dulce, es bien difícil que un hombre no desee a una mujer, agradable, limpia, bien perfumadita, sexi, coqueta, con una voz dulce y sensual.
Te recomiendo, que busques un lugar diferente al acostumbrado, o si es el mismo, por lo menos darle un toque romántico, cambiar el look del lugar, colocar flores en la cama, un varilla de olor especial, una música suave, debes darle un buen baño, y rozar su pene de vez en cuando, cuando lo veas erecto, empezar por darle besos poco a poco y después realizar lo que puedas del siguiente ritual:
Cómo chupar un pene
Chupar el pene a un hombre es uno de los más puros placeres en la vida. Es triste pensar que muchas mujeres no aprecian lo divertido que puede ser. La razón es que no saben cómo hacerlo correctamente y así no acaba por ser divertido. Porque si lo hechas a perder, no conseguirás tu premio. La polla no se endurecerá, el hombre no pasa un buen rato y la mujer siente el fallo. Pero aquí vienen las buenas noticias: es fácil aprender a ser una fabulosa chupadora de pijas. Y voy a decirte exactamente cómo.
No tiene importancia el lugar que escojas, puede ser en casa en la cama o aparcada en el Bulevar del Ocaso, pero busca todo el nivel de intimidad que necesites para sentirte relajada y cachonda. Para el propósito de este libro, digamos que estás en un sofá. Estás con un hombre que le gusta y sabes que a él le apetecería una buena mamada en este momento.
Deslízate en el suelo entre sus piernas y abre su bragueta. Busca y palpa su polla. Si está caliente para ti, ya estará dura. Si es nervioso, puede estar aún doblada en sus calzoncillos. Mantén agarrado su pene y sube a su cara y bésale. Observa si puedes sentir una respuesta abajo. Cualquier movimiento es una buen signo.
Ahora sácale el miembro y mira cómo está. Si está tieso, lo estás haciendo bien, en otro caso, aquí está el que hacer: Sácale las pelotas. Si los pantalones están muy tirantes, bájalos. Ahora sujeta sus pelotas en la mano izquierda y la polla en la derecha. Apriétala poco a poco hacia abajo en dirección a la base del mango y disponte a chupar.
Recorre tu lengua sobre tus labios para tenerlos listos y húmedos y mira la cara de tu hombre. El quiere mirar como le chupas. A los hombres les gusta mirar. Ahora abre tu boca ligeramente para atormentar y excitar a tu hombre y acércate junto a su polla. Respira en él, sóplale con tu aliento caliente. Saca tu lengua de nuevo y tócale, atorméntalo.
Asegurándote que tu lengua está goteante de humedad, comienza en la base de su mango y lame hacia arriba, lentamente. Gira tu cabeza de lado y simula morderle, suavemente colocando tus dientes en su carne.
Humedécelo de nuevo con tu lengua y usa tu mano para esparcir el líquido alrededor si es necesario. Una polla húmeda se ve y suena más cachonda que una seca.
Tu izquierda entretanto está tocando sus pelotas, quizás arañándolas ligeramente con tus uñas. Puedes también querer buscar debajo y detrás de las pelotas para encontrar ese área tan sensitiva justo antes del ano, o incluso pasar tus dedos sobre su agujero muy levemente. Ya que el músculo que causa la erección comienza ahí atrás, esto producirá una reacción en su pene.
Después que hayas lamido su mango un montón de veces y está todo húmedo y duro, tu hombre comenzará a retorcerse con frustración si no comienzas a tomarlo en serio. Una rápida mirada a su cara te hará saber cuando estás llevando las cosas demasiado lejos. Atormentar es bueno... hasta un punto. Un poco de experiencia chupando pollas te enseñará cuando se ha alcanzado este punto. En uno de tus balanceos hacia arriba con su lengua, desde la base de su mástil al borde de su capullo, no te detengas.
Continúa tu larga, húmeda lamida sobre la punta del pene, insistiendo en el agujero del centro. Mantén tu lengua en él, si puedes, pero no chupes su cabeza aún.
Ahora recorre con tu lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por la piel tierna encarada hacia ti. Aquí es donde la mayoría de los hombres son más sensibles. ¡Pero no todos los hombres! Hay una cosa que una buena chupadora de penes tiene que aprender a hacer, tan pronto como estés cómoda, que es: Hacer preguntas. Cada hombre es único, y también su verga.
Estruja el mango y mira si brota un líquido claro. Si lo hace, baña tu lengua en él y espárcelo. Se extenderá contigo y parecerá fantásticamente erótico a tu compañero. Ahora, muestra como te gusta la sustancia.
Acércate a la cabeza de la polla como si fuese un helado de crema de chocolate y mete todo el capullo en tu boca caliente. Mantenlo allí.
Escúchale gemir. Ahora baja rápidamente y mete tanta pija como pueda caber dentro de tu boca. No temas, no te ahogarás. Si doblas tu cuello de la manera correcta, puedes meterla limpiamente en tu garganta.
Permanece así, con el pene dentro de tu boca, durante un momento. Siéntela dentro tuyo. Esto puede ser al menos tan exquisito como tenerla en tu conejito. Crece en ti. En este momento puedes hacer varias cosas. Esta es una de ellas:
Deslízala hacia atrás hasta el extremo de la polla y chasquea tu lengua contra ella. Tu hombre tendrá un hormigueo ahora, queriendo profundizar más en tu garganta. Pero no le dejes imponerse. Si lo hiciera, ¿se iría en dos minutos y esto es divertido?
Moviéndote tan rápido como el pueda aguantar (no le dejes correrse aún), deslízate arriba y abajo por su pene como si estuvieras follándolo. Si está muy cerca de correrse, para, o al menos frena. Si no puedes introducirla hasta el final, puedes engañarlo un poco usando tu mano derecha para completar la sensación de tragártela a fondo. Parecerá como si la hubieses metido por completo en tu boca y hasta lo sentirá igual. Puedes también deslizar tus dedos, moviéndolos en forma de O alrededor de su mango, arriba y abajo con el ritmo de su chupada.
Esta es otra cosa. Además de sólo meter la polla en la boca, puedes mamarla que es bastante diferente. Hay mamadas profundas y pequeñas y ambas sientan condenadamente bien. Tu hombre puede tener una preferencia, no obstante, así que observa sus reacciones.
Tomando tan sólo el glande en tu boca, mámalo como si fuera un pezón o un pajita. Esto le sienta tan bien al hombre, que me pone el conejo caliente tan sólo pensar en ello. La otra mamada es larga, profunda, en la que tomas la polla completa y la chupas todo el tiempo hacia arriba como si fueras un aspirador y después abajo y lo haces de nuevo, chupando hacia abajo también.
Aquí hay una cosa importante que saber: Cualquiera de estos movimientos sentirán bien las primeras pocas veces o más, pero tras un rato, es como si la polla se vuelve inmune al sentimiento. Cuando notes esto, es el momento de cambiar al siguiente juego. No querrás que la polla se vaya a dormir. La quieres constantemente estimulada, casi, pero sin llegar, al punto del orgasmo.
Que es justamente donde estamos ahora. Tienes una furiosa erección en tu mano derecha y unas pelotas algo tensas en tu izquierda. Echate atrás y obsérvalo, ¿no es bello? Lleva tu mano derecha a la base del pene y aprieta allí. Esto provocará que el mango se llene y espese, y ahora el glande estará brillante y suave. Continúa manteniendo el pene en tu boca y chupa y prueba todos tus movimientos variados hasta que sepas que el hombre no puede soportar más y va a dispararse.
Lo que hagas ahora es entre tú y tu amante. Personalmente, yo prefiero observar el disparo. Me proporciona imágenes para mis sueños húmedos y además, es emocionante ver la leche a borbotones. Es asombroso cuanta cosa sale y lo lejos que llega el disparo. Si quieres mirar, lo sentirás venir con su mano derecha y sabrás cuando apartarte. Puedes incluso intentar coger algo con tu lengua si eres rápida. Puedes querer tragarlo, algunas muchachas lo hacen, y a montones de chicos les gusta que se lo traguen. Ten cuidado de retroceder un poco cuando estalle o si no te atragantarás y esto no es muy romántico. Cógelo en tu boca, mantenlo allí y después lo tragas.
Otra solución, y esta también es bonita, salvo que estés haciendo el amor donde no puedas ensuciar, es dejar los tibios, maravillosos jugos derramarse en tu boca y entonces deslizarlos alrededor de la ya húmeda pija. La hace tan escurridiza y deliciosa de tocar! Querrás recorrerla con tus manos, sintiendo la polla dura hacia arriba, esparciendo la reluciente leche sobre el capullo. Esto también crea una estupenda imagen sensual, para ti y para tu hombre.
Ahora le has hecho a tu hombre una mamada que no olvidará. Créeme, si sigues mis instrucciones, este tipo querrá saber más sobre ti. He oído a los hombres que una mujer entre cincuenta sabe como hacer una buena chupada. El resto actúa como si fuera un gran favor. Lo que es otro punto que debo remarcar. Si no te gusta chupar y has intentado aprender a que te guste y todavía no funciona, no te rindas. Quizás te guste con el tiempo. Los hombres dicen que las mujeres mayores son mejores chupadoras.
Pero debo advertirte, hay un montón por ahí a las que nos gusta chupar y vamos a ser una dura competencia para las que sois tímidas. Conozco mujeres que incluso tienen orgasmos chupando pollas.
Una nota final, esta vez para los hombres: No empujes. No hay nada más mortal que tener un hombre empujando tu cabeza ahí abajo. Espera. Si ella estuviera dispuesta, se pondrá en ello, quizá no hasta la segunda vez que hagáis el amor. Y si le das tiempo, aprenderá a gustarle. Si a ella no le gusta, quizás si le guste a tu siguiente amante.
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