Mi marido ha perdido a un hermano con el que estaba muy unido. No expresa sus sentimientos.
Hola a todos, les explico mi caso. Recientemente mi marido a perdido a su hermano al cual estaba muy unido. El dice que esta bien, pero como no expresa sus sentimientos, no levanta cabeza. Al mismo tiempo debido a esto yo no consigo concentrarme en el estudio de las oposiciones que me estoy preparando. Mi pregunta es si alguien conoce algún tipo de libro que me ayude a poder ayudar a mi marido y a mi a poder concentrarme y poder volver a disfrutar de la vida y de nuestros hijos igual que antes. Gracias
1 respuesta
Respuesta de psionline
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Ese "igual que antes" sólo es posible si resucitáis al hermano de tu marido, lo cual, en el estado actual de nuestros conocimientos, no parece fácil.
Esa pérdida no puede ser dejada de lado sin más, necesita un proceso de elaboración. Ahora hay que aprender a vivir sin el hermano de tu marido, y eso no se consigue de la noche a la mañana. Tú intentas presentarte a unas oposiciones a las que tu cuñado no podrá ya aspirar, es decir, tú sigues viva y el no, tu marido sigue vivo y su hermano no, y eso nos impide a veces seguir adelante, porque sabemos que no lo merecemos más que el que ha muerto. De esto sólo se sale aprendiendo a vivir con esta injusticia, que algún día podría recaer sobre nosotros. A veces, nuestra reacción de rebeldía ante la muerte de los otros (aquí: de no estar dispuestos a seguir viviendo si el otro no vive, de no poder esforzarte por unas oposiciones a las que el otro no puede aspirar), es una reacción de rebeldía ante la conciencia de que esa misma muerte nos ha de llegar algún día a nosotros.
www.filosofiapractica.com
Esa pérdida no puede ser dejada de lado sin más, necesita un proceso de elaboración. Ahora hay que aprender a vivir sin el hermano de tu marido, y eso no se consigue de la noche a la mañana. Tú intentas presentarte a unas oposiciones a las que tu cuñado no podrá ya aspirar, es decir, tú sigues viva y el no, tu marido sigue vivo y su hermano no, y eso nos impide a veces seguir adelante, porque sabemos que no lo merecemos más que el que ha muerto. De esto sólo se sale aprendiendo a vivir con esta injusticia, que algún día podría recaer sobre nosotros. A veces, nuestra reacción de rebeldía ante la muerte de los otros (aquí: de no estar dispuestos a seguir viviendo si el otro no vive, de no poder esforzarte por unas oposiciones a las que el otro no puede aspirar), es una reacción de rebeldía ante la conciencia de que esa misma muerte nos ha de llegar algún día a nosotros.
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