Antebrazo derecho

Es posible que debido a la recuperación de la fractura y al tiempo de inmovilización al que se le habrá sometido, el antebrazo no haya trabajado todo lo que debiera y derivado ello, la musculatura que lo conforma se haya debilitado, quedando hipotrofiada (con menor volumen y fuerza del que debiera).
Si no hay doolor, hormigueo ni otros síntomas que puedan indicar lesión nerviosa, no hay que preocuparse en exceso. Simplemente, tienes que llevar a cabo un pequeño fortalecimiento de tu antebrazo, con ejercicios sencillos que puedes comenzar haciendo con gomas elásticas de diferentes colores (que representan diferentes resistencias), hasta pequeñas pesas o muñequeras lastradas.
Debes trabajar la flexión de muñeca (acercar la palma al antebrazo), la extensión (alejar la palma del antebrazo), las desviaciones laterales (llevar el meñique hacia la derecha y el dedo gordo a la izquierda) y la fuerza de los dedos, con plastilina, pelotas blanditas o similares que agarrarás con los dedos haciendo puño y estirando los dedos.
Ya verás como mejorará, aunque siempre con paciencia. Comienza con pocas repeticiones y ves aumentando sin llegar hasta la fatiga intensa que pueda causarte más molestias.