Anónimo
¿Necesito ir al psicólogo?
Hola, llevo tiempo pensando en acudir al psicólogo por lo que os contaré a continuación, pero aín no me he decidido porque soy una persona sumamente tímida, y no estoy segura de ser capaz de contarle al psicólogo todo lo que debo.
Desde siempre he sido una persona tímida, insegura, y en mi adolescencia tuve muchos problemas para hacer amigos, aunque eso ahora se ha solucionado. También padecí un trastorno alimentario durante 3 años, que solucioné sin acudir a ningún médico.
Mis problemas actuales derivan de mi inseguridad de toda la vida, y de unos problemas que tuve con mi jefe hace un par de años. En aquel momento él tenía mucho estrés en el trabajo y lo pagó conmigo, de forma que a mi me empezaron a dar mareos. Los médicos no sabían lo que era, dijeron que eran vértigos, pero a mi se me pasaron con valerianas y unas vacaciones. Desde aquel momento empecé a bloquear inconscientemente todo lo que se refería a mi trabajo, lo que es un problema, porque me dedico a la investigación y hay que trabajar mucho mentalmente tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. Sí que he sido capaz de hacer todo lo que se refiere a trabajos manuales y recogida de datos, pero no me consigo concentrar en cuanto tengo que pensar.
Además, supongo que será a causa del estrés al que estoy sometida actualmente (he comenzado a escribir mi tesis doctoral, sin ser capaz de concentrarme en ella) cada noche, cuando me voy a la cama, deseo no volver a despertar, para librarme de los problemas de la forma más fácil.
¿Crees qué debo ir al psicólogo? ¿Me puedes dar algún consejo para ser capaz de hablar con el psicólogo y no callarme nada?
Muchas gracias.
Desde siempre he sido una persona tímida, insegura, y en mi adolescencia tuve muchos problemas para hacer amigos, aunque eso ahora se ha solucionado. También padecí un trastorno alimentario durante 3 años, que solucioné sin acudir a ningún médico.
Mis problemas actuales derivan de mi inseguridad de toda la vida, y de unos problemas que tuve con mi jefe hace un par de años. En aquel momento él tenía mucho estrés en el trabajo y lo pagó conmigo, de forma que a mi me empezaron a dar mareos. Los médicos no sabían lo que era, dijeron que eran vértigos, pero a mi se me pasaron con valerianas y unas vacaciones. Desde aquel momento empecé a bloquear inconscientemente todo lo que se refería a mi trabajo, lo que es un problema, porque me dedico a la investigación y hay que trabajar mucho mentalmente tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. Sí que he sido capaz de hacer todo lo que se refiere a trabajos manuales y recogida de datos, pero no me consigo concentrar en cuanto tengo que pensar.
Además, supongo que será a causa del estrés al que estoy sometida actualmente (he comenzado a escribir mi tesis doctoral, sin ser capaz de concentrarme en ella) cada noche, cuando me voy a la cama, deseo no volver a despertar, para librarme de los problemas de la forma más fácil.
¿Crees qué debo ir al psicólogo? ¿Me puedes dar algún consejo para ser capaz de hablar con el psicólogo y no callarme nada?
Muchas gracias.
1 respuesta
Respuesta de psionline
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Un buen profesional conseguirá que te sientas cómodo, y, quizá no en la primera sesión, pero muy pronto empezarás a hablar. No se trata de un interrogatorio, ni de una confesión. El terapeuta no esta ahí para juzgar lo que dices, sino para escucharlo. A lo mejor te pones a hablar de cosas que te parece que se desvían de la inquietud que te llevó a la consulta, pero eso es igual. Lo importante es conseguir hablar con total libertad (lo que llamamos asociación libre). Ello acabará sacando a la luz lo que pueda esconderse tras tus preocupaciones.
También es cierto que has de llevar mucho cuidado al elegir al Psicólogo. Hay muchos modos de trabajar que no lo hacen en la dirección que te indico. Muchos, por ejemplo, tratarán de ofrecerte pautas de comportamiento para forzar la superación de los problemas sociales que refieres. Otros, incluso, serían capaces de diagnosticarte una depresión y medicarte. Pero todo eso no hace más que impedir escucharte. Las cosas que te pasan, y la manera que las relatas, nos puden hablar de qué te pasa más allá de los problemas aparentes. Cuando tenemos problemas para concentrarnos, normalmente es que estamos inconscientemente concentrados en alguna otra cosa. Lo mismo ocurre con las relaciones sociales, cuando nos cuesta entablarlas, muchas veces ocurre que en realidad no las queremos (aunque creamos tener miedo de que sean ellas las que no nos quieran), porque estamos pensando en otras personas (quizá imaginarias).
No digo que este sea tu caso, la raíz de lo que te ocurre sólo puede encontrarse con el trabajo: el tuyo hablando con libertad, y el del profesional escuchando y ayudándote a comprender lo que dices (aunque te parezca extraño, decir algo no significa que se lo comprenda bien). Por tanto, te recomendaría que el terapeuta al que acudieras trabajara desde el punto de vista psicoanalítico. Al principio quizá te cueste hablar, pero verás (por los comentarios que te hace) que te escuchará de una manera que no te han escuchado nunca, y eso te ayudará a hablar, con libertad, de lo que no has hablado nunca con nadie. No te sentirás interrogado, sino libre y con ganas de hablar.
También es cierto que has de llevar mucho cuidado al elegir al Psicólogo. Hay muchos modos de trabajar que no lo hacen en la dirección que te indico. Muchos, por ejemplo, tratarán de ofrecerte pautas de comportamiento para forzar la superación de los problemas sociales que refieres. Otros, incluso, serían capaces de diagnosticarte una depresión y medicarte. Pero todo eso no hace más que impedir escucharte. Las cosas que te pasan, y la manera que las relatas, nos puden hablar de qué te pasa más allá de los problemas aparentes. Cuando tenemos problemas para concentrarnos, normalmente es que estamos inconscientemente concentrados en alguna otra cosa. Lo mismo ocurre con las relaciones sociales, cuando nos cuesta entablarlas, muchas veces ocurre que en realidad no las queremos (aunque creamos tener miedo de que sean ellas las que no nos quieran), porque estamos pensando en otras personas (quizá imaginarias).
No digo que este sea tu caso, la raíz de lo que te ocurre sólo puede encontrarse con el trabajo: el tuyo hablando con libertad, y el del profesional escuchando y ayudándote a comprender lo que dices (aunque te parezca extraño, decir algo no significa que se lo comprenda bien). Por tanto, te recomendaría que el terapeuta al que acudieras trabajara desde el punto de vista psicoanalítico. Al principio quizá te cueste hablar, pero verás (por los comentarios que te hace) que te escuchará de una manera que no te han escuchado nunca, y eso te ayudará a hablar, con libertad, de lo que no has hablado nunca con nadie. No te sentirás interrogado, sino libre y con ganas de hablar.