Problemas económicos

Lo primero de todo, decirte que esa tendencia que refieres de querer tener más, es habitual, al menos como tentación, a todo ser humano, aún en muy diversas manifestaciones (así, por ejemplo en una persona de tu edad será más transparente como refieres, y a otra edad, será de otra manera, quizá más sofisticada), pero por supuesto que puede vencerse esta tentación, y esto sólo puede hacerse con el contrapeso, con el amor de verdad. No pienses en vivir con tu novia sin estar casados; yo te aconsejaría hacer las cosas bien, y vivir el noviazgo dedicándoos a fortalecer el amor de verdad, que es lo que será la base auténtica para cualquier tipo de relación, y mirando el noviazgo, y posible matrimonio, desde la generosidad. Yo te aconsejaría que si ya has dado pasos equivocados en este sentido, con relaciones prematrimoniales, te arrepientas, y rectifiques; siempre cuesta un poco más rectificar que ya hacerlo bien desde el principio, pero siempre es posible, y será un gran signo de amor el que lo hagas, y será bueno tanto para ella como para ti, si tú decides pensar en el bien real de ambos, y no en la mera complacencia, y hacer las cosas de cualquier manera.
Con respecto al trabajo, yo te diría que no pienses en tu beneficio material y superficial, sino que piensa en aportar el mayor bien que puedas en la vida. No mires la situación de los demás, desde tus intereses, sino que míralo generosamente, de cara a mejorar lo que ves. Claro que hay muchas cosas injustas en la vida, pero esto no se soluciona con egoísmo, sino con amor de verdad, con personas que ponen por delante el hacer el bien de verdad a sus particulares intereses.
Curiosamente cuando tú pienses en hacer el bien de verdad, esto hará que no te falte nada de lo material necesario (aunque tú renuncies a tener la seguridad de verlo con los ojos); en cambio, si te encaminas a lo material, podrás obtenerlo o no, pero siempre te quedará sin cubrir lo fundamental. Yo te diría más bien que alégrate de no haber obtenido lo que te hubiera gustado, ya que quizá te hubiera aprisionado en ello; y la situación que tienes, de que no se hayan cumplido tus apetencias, te da una oportunidad para pensar en lo fundamental en la vida. Cuando elijas hacer el bien de verdad, eso ya nunca se queda sin recompensa y de eso nunca te arrepientes, pase lo que pase.
Con respecto a lo que dices del carrito, como te decía la tentación de la vanidad, es una tentación muy fuerte de todo ser humano; piensa que las 3 grandes tentaciones del ser humano son placer, poder (en la que estaría la vanidad, como te decía de muy diferentes maneras, y muchas veces muy sutiles), y tener, todas interrelacionadas, y que seguramente nos acompañarán, al menos como tentación, toda nuestra vida, pero podemos vencerlas, y eso lo hacemos, como te decía con lo contrario; si la tentación incita al egoísmo, se vencen como amor de calidad, y para eso se necesita decisión y voluntad. No esperes en principio que te acompañe el sentimiento, aunque, por supuesto, irás ganando terreno, y si realmente necesitas vender con un carrito, o cualquier puesto más humilde, verás la libertad que esto te da, porque ya que existen las tentaciones, si uno vive cualquier tipo de riqueza (tanto de dinero, como de cualidades personales), esto puede atarle más (igual que si el drogadicto, tiene en la mano su droga, le será más difícil el no consumir, aunque pueda, por supuesto, decidirse a no hacerlo).
Cuando te guíes por el amor de verdad, no quiere decir que se hayan acabado ni las tentaciones ni la sensación de vergüenza, sino sencillamente que tú has elegido el amor de verdad, y piensa que mostrándote humilde también haces mucho bien, y que de todo lo que hagas encaminado al bien de verdad nunca te arrepentirás.
Así como si vivieras en la opulencia, y te encaminaras a ello y pusieras la seguridad en ello, primero que a nadie engañarías, y segundo que no serías feliz tampoco; quizá volvieras a casa y te encontrarías solo. Si actúas bien vas sobre seguro.
Yo te recomendaría también el ayudarte de los sacramentos de la Iglesia Católica, ya que tenemos que ser humildes y ver que solos no podemos, ya que la tentación es fuerte.
Piensa en hacer todo el bien que puedes en la vida, por encima de tus intereses superficiales, encaminándote también a ayudar a las personas a lo mismo; quién te dice que a alguno que te viese en el carrito, y que pudiera reírse, no le pudieras ser de una gran ayuda; en cambio, el que tú pudieras lucirte de forma vana, no serviría a nadie
Piensa en lo que Dios quiere de ti, más que pensar en lo que a ti te apetecería; guíate por aprovechar la vida para hacer el bien; no te preocupes por las dificultades; siempre las habrá, pero con voluntad firme y la ayuda de Dios se irá caminando sobre seguro (las dificultades también ser verán como oportunidades para hacer el bien), y serás muy feliz de verdad; haz una hora de oración mental diaria por lo menos, intentando ir conformando tu vida y tu corazón al amor de Dios, superando las meras y equivocadas complacencias mundanas, y viendo lo que Dios, en su infinita sabiduría, te pide, y eso será lo mejor para ti y para todos. Por supuesto que descarta todo lo malo en sí mismo, y luego también habrá que renunciar a cosas que sin ser necesariamente malas en sí mismas, no son lo que Dios pide, con lo cual su elección sí sería mala, ya que no se dirigirían a Dios, sino a la vanidad (por muy disfrazada que ésta esté, incluso de intento de complacencia ajena); hay que encaminarse al bien real (no la mera complacencia, ni el mero bien material) de las personas, y que esto esté por encima de los propios intereses superficiales, y de los intereses superficiales en general; de esta manera se irá depurando la propia intención, la cual en principio puede estar muy contaminadas de vanos intereses personales; y de todo lo que hagas con recta intención, no se pierde nada, aunque sea malentendido de forma superficial.
Yo te diría que te pongas a hacer lo que puedas con lo que tienes; no te enredes con cosas que al final te van a quitar libertad real. Se trataría de tener un buen enfoque e ir caminando, sabiendo que vas sobre seguro.
Puedes hacer también estos Ejercicios Espirituales por Internet:
http://www.ejerciciosive.com.ar/pag_res2.asp?id=149
Como veo, los ejercicios son precisamente de tu país. Releyendo tu pregunta, claro que el que se ensalza será humillado, pero hay que tener cuidado con que también el deseo de haberlo hecho mejor no sea también precisamente por vanidad; que no te preocupe rectificar, lo cual, puede servirle también a otro, y eso forma parte de tu experiencia, con lo cual también se aprende mucho, y con lo cual también se puede hacer mucho bien. Si ves que te has equivocado, rectifica cuanto antes, da gracias por no haber tenido unas circunstancias que pudieran haberte aprisionado más en ciertos errores, y empieza a hacer las cosas bien de verdad, lo cual será siempre útil; si ves que te has equivocado, no pienses ahora en la vanidad de otra manera (en haber querido ser siempre perfecto por ejemplo; el pensar en los intereses superficiales de uno, como prioritario, siempre es equivocado); el cambio fundamental no es sólo en las formas (que como te dije, formas hay muchas, unas más transparentes; otros orgullos más sofisticados), sino en el fondo, a partir de un momento determinado, pasando incluso por la "humillación" de haberse uno equivocado, pero mirándolo ya generosamente, y no desde los intereses particulares; mirándolo desde el punto de vista de lo que uno puede hacer con ello, y con la vida en general, a partir de un momento determinado por el bien real, y dando gracias de poder rectificar.
Abajo te dejo algunas recomendaciones de libros y películas.