Quiero saber si tengo un trastorno bipolar
Soy una persona que no tiene emociones estables, es decir, en un minuto puedo sentirme triste/deprimida y al otro puedo sentirme re feliz y activa. Otra cosa que me pasa mucho es que me enojo con facilidad y tiendo a hablar de manera un poco agresiva. También que puedo tener mucha autoconfianza (ejemplo: "soy genial") y al siguiente minuto no (ejemplo: "doy asco"). No se si es algo que les ocurre a la mayoría de los adolescentes o es un trastorno bipolar.
2 respuestas
En un punto es algo que le ocurre a todo el mundo.
También es verdad que a adolescencia es un momento de inestabilidad. Física y mental.
En la medida en que tú misma registras lo que te pasa, podrás acomodarte para cambiar. Esa es la diferencia entre estar loca y no estarlo.
De todos modos si ves que esto que te pasa te perjudica la vida cotidiana (te va mal en la escuela, ect) puedes ir a psicoterapia.
El asunto del "diagnóstico" es algo que no sirve de mucho. No somos un diagnóstico. Somo una mezcla única de un poquito de todos los diagnóstico que hay. Eso es lo que nos hace únicos. Esto lo aprendí con mi psicóloga. Le pregunté por el diagnóstico y me dijo que ella no trabaja con diagnóstico. Lo mejor es identificar un problema (real) y ocuparse. Un problema real sería que vas mal en la escuela o que no puedes dormir o que te da acaso la comida en general.
Luego el "sube y baja" de emociones es algo a lo que deberás acostumbrarte. Es raro porque es nuevo, pero ya aprenderás a convivir con esas emociones. Sin negarlas, pero sin dejar que te paralicen la vida.
Me parece que esto más fácilmente estaría relacionado con la personalidad o forma de ver las cosas y de actuar, sobre todo si ves que estos cambios obedecen a motivos concretos, como ciertas circunstancias exteriores, tu reacción al respecto, etc. La personalidad en la adolescencia no ha alcanzado la madurez, aunque a ninguna edad es algo totalmente estancado, sino que a cualquier edad puede y debe mejorar.
Yo te animaría a centrarte en lo que depende de tu voluntad (ya que las emociones son involuntarias, aunque no son ajenas a los actos voluntarios previos de las personas). Y de lo que comentas dices que te enojas con facilidad y que tiendes a hablar de manera un poco agresiva; y yo te diré que esto lo puedes mejorar, si reaccionas pensando no en tus intereses superficiales, sino que piensas en hacer todo el bien que puedas a todos los implicados, aunque algo te haya incomodado. Por supuesto que procura que tu comportamiento externo sea lo más correcto posible, pero para lograrlo tienes que crecer por dentro en auténtica buena intención.
Te diría que no pongas tu confianza en tener pocas o muchas cualidades, para lo cual te ayudará el no ponerte a ti como centro, sino que te animaría a poner tus cualidades al servicio de buscar y hacer el mayor bien de verdad que puedas, con lo cual tú saldrás ganando en lo fundamental. Todo lo que tienes de bueno se lo debes a Dios, y Él no da los talentos para que la persona se envanezca, degradándose con ello, sino que para que los use para el fin para el que la ha creado.
Y para hacer todo esto te recomiendo estar en gracia de Dios, cumplir los Mandamientos, que están ahí para que la persona no se equivoque, y elija el camino recto y justo, y no el falso, mentiroso, e injusto; todo lo que prohíben los mandamientos es porque va en contra del amor de verdad, y sí a favor del degradante egoísmo. Te recomiendo hacer oración e ir viendo todo lo que puedes mejorar según Dios. Y alégrate no cuando las cosas te salgan a tu gusto, sino cuando te hayas vencido a ti misma, y hayas hecho la Voluntad de Dios, que es la Verdad.
Y en cualquier caso esto siempre te sentará bien y te ayudaría a concretar mejor la situación.
Gracias por la información pero soy atea
Cualquier ser humano ve la disyuntiva entre actuar bien de verdad o actuar pensando en sus vanos o desordenados intereses. Cada vez que pienses en tus intereses vanos o desordenados, y los pongas como prioritarios, te estarías degradando como persona, ya que no estarías actuando conforme a tu capacidad de amar de verdad, venciéndote a ti misma. Y esto trae muchas consecuencias; entre otras cosas, aunque la persona no lo quiera reconocer conscientemente en su mente, todo su organismo se resiente.
Dices que te enfadas, pues párate a pensar qué ocurrió, qué te dijeron, qué pensaste al respecto, qué intención te guiaba en tu reacción; y ahí podrás ver si te guiaba hacer el bien o te guiaba el guiarte por tus intereses o vanos o desordenados, anteponiendo estos a hacer el bien, lo cual no te interesaba en absoluto, o posponías a otros intereses de menos valor.