A mi me pasa lo mismo, incluso sufro de sudoración excesiva en las manos, cuando tengo que enfrentar algo, por más que sé que estoy en lo correcto se me quiebra la voz al expresarlo.
El cerebro es quien controla todo nuestro sistema.
Los nervios sí se pueden controlar porque por más que creas que hay personas que no los tienen, el que no lo demuestren igual que tú no los hace inexistentes. Recuerda que el hecho de sentirte nerviosa no implica que lo que haces está mal, simplemente te falta creer que eres capaz de hacer las cosas. Si tienes que pararte frente a las personas y te pones nerviosa es porque quizá no estás tan segura que el público pueda comprenderte. Si discutes con alguien tal vez más predomine el miedo a la reacción y tus emociones.
Tienes que confiar que todo lo que sale de tu boca está basado en la verdad. Claro que si discutes es normal que tiembles, la rabia es quien predomina. Tienes que ensayar frente al espejo y prepararte para todo tipo de situaciones. Lleva contigo una botella con agua para que te tomes tu tiempo y bebas un poco, nadie va a reclamarte por eso. No exageres tu actitud para aparentar que no estás nerviosa, tenemos el derecho de sentirnos así y respirar para calmarnos. No hables como comercial de teléfono, de esos que hablan a la velocidad de la luz, sé pausada, lee mucho para que nunca te falte vocabulario. Grábate leyendo en voz alta, grábate hablando sola, camina siempre erguida y natural, intenta mirar a los ojos a las personas, pero no demasiado, si no cuando sea necesario. Vístete cómoda, la ropa que te pongas es también un factor que determina tus expresiones.
Aporta, en temas que te interesen APORTA. Manifiéstate con gestos (lenguaje no verbal), y si tienes que trabajar, relájate, piensa que nada puede salir mal si te lo propones. Si sudaras como yo te aconsejo llevar un paño, y no te avergüences nunca de lo que pase. Eres un ser humano, no un robot. La gente siempre estará allí para burlarse, de eso no debes preocuparte, ese es un tipo de inseguridad de todos los acomplejados. No intentes ser otra persona, si predominan en ti ciertos rasgos y no te dañan, no los cambies; si tienes rasgos en ti que no te dejan avanzar o dañan al resto: mejóralos y si no se puede, elimínalos, pero tampoco te conviertas en una persona distinta solo por parecer segura. Recuerda que existen personalidades distintas en todo el mundo y cada una tiene una manera de enfrentar los problemas.
Comienza por aceptarte y crear tus propias soluciones, verás que poco a poco dejarás de concentrarte tanto en si estás nerviosa o no y comenzarás a expresarte libre cual misma avecilla.