Sirve para calcular el valor del usufructo ala hora de liquidar el impuesto de sucesiones. Para que lo entienda le pongo un ejemplo:
Una señora muere sin testamento y tiene cónyuge y varios hijos. El cónyuge tiene el usufructo de un tercio y la herencia está valorada en 90.000 euros., por lo tanto la parte sobre la que el viudo tiene el usufructo, está valorada en 30.000.
No sabemos cuantos años pasarán antes de que el usufructuario muera y por lo tanto no sabemos el valor real del usufructo, pero hay que liquidar el impuesto y asignar un valor a cada cosa.
Si el viudo tiene 60 años, se hace 89-60= 29. Entonces de eso 30.000, se considera que un 71 % es de los herederos y el otro 29% es del viudo y en este caso sería 8.700 para el viudo y 22300 para los hijos y eso es lo que se declara. Esto no significa que los hijos tengan que darle ese dinero al padre, al contrario, no tienen que darle nada, lo único que le tienen que respetar es el usufructo mientras viva, que puede ser mucho o poco según si vive mucho o poco.
Luego el valor real es otra cosa. Para que lo entienda le pongo otro ejemplo.
Imagine que lo que el difunto ha dejado es todo dinero. Los hijos se podrían repartir los 60.000 y dejar los 30.000 del usufructo en el banco para que su padre se quedara con los intereses, que son los frutos. El padre los podría poner en alguna cuenta que le diera un poco más de dinero, pero no podría gastar el capital. Tal como están las cosas ahora, para sacar 8700 euros de intereses tendría que vivir muchísimos años. En cambio, si en lugar de dinero hubiera tres apartamentos muy pequeños que valieran 30.000 cada uno, el padre podría alquilar el que tiene en usufructo y tal vez, con el tiempo sacara mucho más de lo 8700.
O sea que una cosa es el valor real y otra el que se asigna para impuestos.
Ahora imaginemos que la herencia es una casa valorada en 90.000 euros y los hijos la quieren vender. Si hay un usufructuario, aunque sea de una parte, podrán pedir mucho menos dinero que si venden la nuda propiedad. En este caso los hijos negocian con el padre para que renuncie al usufructo y así poder vender en mejores condiciones. Algunos padres renuncian gratis porque el beneficio es para los hijos, pero otros piden dinero por ello. No hay nada estipulado para este caso y hay que llegar a un acuerdo, que puede ser darle esa cantidad o otra que se pacte.