Adicional a la sugerencia que te brinda Luís, y que comentas que anteriormente no presentabas ningún indicio de tartamudez, vale la pena considerar los siguiente:
Sí bien, una parte de los problemas de salud que aparecen se deben a factores ambientales (polución, espacios contaminados, bacterias, etc.), otros a accidentes (caídas, golpes, virus, etc.), otra buena parte de nuestros malestares provienen del estado emocional en el que nos encontramos.
No sé cómo estés emocionalmente ultimamente, pero tú problema puede deberse, no necesariamente a un problema neuronal o motriz, sino a un aspecto psicológico que te marcó o que puede estar actuando y sobre el que no seas consciente aún.
A veces la inseguridad, la baja autoestima, la falta de motivación, la necesidad de reconocimiento o el temor a la crítica, pueden manifestarse como enfermedades, incapacidades e incluso dolores en partes específicas del cuerpo.
Sí esto llegase a ser el origen de tu tartamudez, lo primero es no culparte ni sentirte mal contigo mismo. Es normal que suceda. Lidiar con los propios miedos no es nada fácil y nadie tiene incorporado el manual para hacerlo.
Por eso, vale la pena que acudas con un profesional que te pueda orientar para encontrar aquello que te está verdaderamente afectando. Un psicoanalista o un psicólogo sistémico (este último puede ser el más indicado), son muy buenas opciones para dar con el problema real y encontrar una solución.
También te sugiero que realices actividades que refuercen positivamente tu confianza propia y seguridad: algún arte marcial o yoga, por ejemplo.
Ánimo y espero que estas palabras te sirvan para tu bienestar.
Nos cuentas cómo avanzas...