La fe es una virtud sobrenatural; la fe es un don de Dios que uno no puede darse a sí mismo. El autoconvencimiento hace más referencia a querer creer poniendo medios naturales; por supuesto que esto no excluye el tener auténtica fe, e incluso puede significar el tener algún grado de fe que se quiere reforzar. El que uno ponga medios naturales no excluye el que existan medios sobrenaturales, al igual que las causas segundas no excluyen la causa primera.
Por supuesto que la mejor manera de reforzar la fe, o el alimento de la fe, es la virtud de la caridad, también sobrenatural, pero que uno puede ejercitar estando en gracia de Dios.
Las tres virtudes teologales las adquieres con el Bautismo. Y así como con el pecado mortal se pierde la gracia de Dios, y por supuesto que la caridad, la fe, aunque esté muerta al no estar alimentada por la caridad, suele persistir, favoreciendo el arrepentimiento, la vuelta a Dios, etc., siendo en este caso la Confesión Sacramental la segunda tabla de salvación para adquirir de nuevo la gracia de Dios y la caridad.
Mucha gente no quiere creer porque teme las exigencias de esta fe, cuando todo lo que brinda la fe, y su vivencia, es beneficio, aunque exige ciertas renuncias, por supuesto que beneficiosas.
Realmente la fe es difícil de perder. Y más bien creo que el intento de autoconvencimiento tiene lugar en personas que no quieren creer por temor a tener que dejar su estilo de vida contrario a la fe, y por tanto, a la verdad, a la justicia, y al bien de verdad.