Efectivamente, los padres nos enseñan los modelos de comunicación, entre otras cosas, y mientras somos pequeños, no solemos cuestionarlos.
Sin embargo, cuando uno llega a cierta edad (normalmente en la adolescencia), y si es inteligente, empieza a darse cuenta que no todo el ejemplo que ve en sus padres le parece correcto. Así, cierta actitud de los padres puede convertirse para un joven no como un ejemplo de comportamiento que ha de seguir sino al revés – un ejemplo de cómo uno NO quiere ser.
Es normal que sientas la inseguridad a la hora de querer darles un abrazo a tus familiares o a tus amigos ya que en tu casa no te lo enseñaron a expresar tus sentimientos de esa manera. Sin embargo, si tú te has dado cuenta que no te gusta ser así, que te gustaría poder hacerlo con facilidad (expresar tus sentimientos) no te queda otra que aprenderlo. Lo que te frena son los miedos – el miedo a hacer algo diferente, el miedo a la reacción de la gente, etc. Pregúntate a ti misma: ¿Qué es lo que temes? ¿Qué puede pasar si le vas a abrazar a tu madre o le dirás que la amas? ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Ten en cuenta que no solo los padres enseñan a sus hijos sino también al revés – los hijos a sus padres. Esa comunicación fría que tus padres seguramente la traen de sus experiencias de su niñez, puede ser que tampoco sea la correcta para ellos, que quizás inconscientemente también les gustaría ser diferentes sino que no pueden hacerlo… Tú, sin embargo, ves alrededor tuyo la gente que expresa sus sentimientos con abrazos, con palabras, y si ese modelo te gusta y te emociona, seguro que puedes adaptarlo para tu conducta - sin forzarlo, poco a poco...
No puedes esperar a que tus padres empiecen a actuar diferente pero si tú cambias tu actitud, puede ser que ellos se den cuenta que es algo que a ellos también les hace falta…
Si tienes la necesidad de abrazar a alguien – simplemente abrázalo – supérate a ti misma y mira lo que pasa. Es una muy buena sensación cuando nos damos cuenta que podemos "dar ordenes" a nosotros mismos, cuando podemos ganar contra el miedo que nos envenena por dentro.
Detectar lo que no te gusta en ti mismo y cambiarlo es una de las tareas más bonitas y más importantes que ha de enfrentar un ser humano que quiere ir evolucionando y que quiere ser feliz.
Rechaza a creer que tú eres así y nunca podrás ser diferente simplemente porque tus padres han sido así - uno siempre puede cambiar a uno mismo, siempre y cuando se da cuenta que quiere hacer ese cambio.