Si ya has descartado cualquier tipo de impedimento orgánico mediante un análisis médico, por si acaso, la mayoría de nuestros bloqueos emocionales tienen un origen en algún momento de nuestra vida durante la infancia o adolescencia y todos ellos vienen de nuestras creencias, conscientes o inconscientes, heredadas o adquiridas.
Por ejemplo: si mi historia familiar hubo una situación en la que un miembro femenino del clan se quedó embarazada sin desearlo o en circunstancias traumáticas, esa memoria inconsciente queda grabada en el inconsciente como una información que necesita ser reparada. Dicha información pasa de generación en generación (epigenética) para que la generación siguiente tenga la oportunidad de sanar, de cambiar esa información por otra más adecuada para garantizar la perpetuación de la especie (biología evolutiva).
Una forma de "reparar" esa memoria de estrés traumático que vivió la mencionada ancestra puede ser la de que una mujer no pueda tener hijos, o la de que un hombre no pueda fecundar, sea cual sea la causa, orgánica o no.
Averigua la historia de tu familia. Trata de identificar qué creencias limitantes hay en tu clan respecto al sexo, a la procreación, al papel de la mujer, al del hombre, etc. Encontrarás muchísimas y entre ellas hay de limitantes y de potenciadoras. Pon especial atención a las que consideras limitantes pues son éstas las que precisamente están involucradas en todos y cada uno de nuestros conflictos personales.