Crisis de ansiedad y síntomas de desmayo, habitualidad en la primera

Llevo tiempo corriendo y hace cuestión de unos meses experimento síntomas de ansiedad y sensación de desmayo al finalizar la carrera e ir recuperando la normalidad. Soy opositor a fuerzas y cuerpos de seguridad y hasta ahora no me había pasado, fui al médico y me mandaron pastillas para la ansiedad cosa que dejado de lado porque quiero salir por mí mismo, la cosa es que se ha incrementado y ahora al ir en metro o al ver alguna masificación de personas pues me entran los síntomas de ansiedad y sensación de pérdida de conocimiento! Todo es a raíz de que estudio, trabajo y mi nivel de exigencia cada vez que suspendo se multiplica. Necesito que me ayudeis a enfocar este tema.

4 respuestas

Respuesta

Si un especialista te recomienda algo, hazlo. No te das cuenta pero estás agravando tu problema y en esas pruebas tienes un psicólogo que te hará pasarlo muy mal si no llegas en las condiciones mentales óptimas.

No sé como está tu alimentación, como vas de preparado y en que tiempos estás haciendo las pruebas, pero si es ansiedad se supone que vas justo. Si te explicas un poco más quizás te podamos ayudar.

Llevó ya 10 años preparando la oposición y siempre me quedo en temario, mi debilidad está en que cada año me pongo más nervioso y me cuesta concentrarme más en el examen, mi alimentación tras realizar las pruebas físicas cambia totalmente, de apenas comer comida grasa a descuidarme por completo. Las pruebas no las tendría hasta dentro de 9 meses, pero este año he querido presentarme a más de una oposición es decir, estaba para policía Nacional solamente y ahora quiero ver si con municipal de Madrid me pongo menos nervioso. Gracias

Siempre debes comer sano, eso lo primero.

Luego tienes que pensar que las pruebas físicas son lo que son, es decir, las sabes. Sabes lo que necesitas y sabes si llegas. De ser así y estar dentro de la marca, has de buscar el modo de abrir tu mente y ver que falla en el teórico. Cambia el método de estudio, busca trucos, prueba métodos. No te enroques en meterte el temario sin más. Prueba a estudiar formando frases clave y a analizar los descartes obvios que algunas respuestas te dan por si mismas.

No sé que más decirte, sólo ánimo y que al final lo lograrás.

Respuesta
  • Puedo llegar a la conclusión de que tienes estrés por la rutina agotadora de actividades que realizas. Amigo Rafael, tú puedes ganarle la batalla. ¿Qué edad tienes?

El estrés puede afectarnos de muchas maneras, entre ellas:

  • Problemas de salud

  • Desgaste emocional

  • Dificultades para dormir

  • Depresión

  • Deterioro de sus relaciones personales

El estrés activa el asombroso sistema de emergencia del cuerpo, el cual libera hormonas que elevan el ritmo respiratorio, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. También aumenta la concentración de glóbulos y glucosa en la sangre. Este conjunto de reacciones prepara al cuerpo para enfrentarse a la fuente de estrés. Una vez que el estrés baja, el cuerpo vuelve a la normalidad, pero si no disminuye, puede provocar tensión crónica; es como si el cuerpo fuera un motor que está siempre acelerado. De modo que, para estar saludables física y mentalmente, tenemos que aprender a manejar el estrés.

El estrés en sí no es malo. La Asociación Americana de Psicología lo compara a la tensión de la cuerda de un violín. Si hay muy poca tensión, el sonido será apagado y desafinado; si hay demasiada, será estridente o la cuerda se romperá. Además comenta: “El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo”.

Por otro lado, las personas tienen temperamentos distintos y algunas son más saludables que otras. Lo que le provoca tensión a una persona quizás no afecte a otra. Sin embargo, si su rutina lo tensa tanto que no le permite relajarse ni reaccionar bien ante situaciones difíciles, lo más seguro es que padezca estrés crónico.

Hay quienes recurren a las drogas, el alcohol o el tabaco para “manejar” su estrés. Otros modifican sus conductas alimentarias o pasan mucho tiempo frente al televisor o la computadora. No obstante, nada de esto ataca la raíz del problema; al contrario, podría empeorarlo. Entonces, ¿cuál es la manera correcta de manejar el estrés?

A muchos les han servido los principios de la Biblia. ¿Pueden estos consejos de probada eficacia ayudarte?

Con lo que sabes de tus actividades fíjate si esta es tu fuente de estrés RUTINA AGOTADORA

Trabajar, estudiar, viajar todos los días, todas las cosas que relaizas.. Estas son cosas que suelen disparar el nivel de estrés, y sin embargo tenemos que realizarlas. ¿Qué hacer entonces?

  • Trata de encontrar momentos para relajarte y descansar. La Biblia dice: “Mejor es un puñado de descanso que [dos] de duro trabajo y esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:6).

  • Pon tus prioridades en el orden debido y lleva una vida sencilla. Si es posible, reduce tus gastos o pasa menos tiempo trabajando o en las actividades que realizas, prepara un horario para cada una.

  • Lo que me ayudó mucho hace unos años fue meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).

El mejor comienzo para aliviar el estrés

“Hacer ciertos cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo” para aliviar el estrés, aseguran los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. “Empiece por [tener] una alimentación saludable y bien balanceada —aconsejan—, al igual que dormir bien y hacer ejercicio. También reduzca la cafeína y la ingesta de alcohol y no use nicotina, cocaína ni otras drogas psicoactivas.” Además, recomiendan tomar días libres, pasar tiempo con familiares o amigos y aprender alguna manualidad o tocar un instrumento.

Si luego deseas hacer más con relación a tu salud espiritual, acepta la invitación que se hace en el siguiente vídeo de 1 minuto y 17 segundos titulado: ¿Por qué estudiar la biblia? Ahí tienes el enlace:

 https://www.jw.org/es/publicaciones/videos/#es/mediaitems/AllVideos/pub-wsb_2_VIDEO

Muchas gracias por tu tiempo, aprecio y recibe un saludo fraterno, amigo Rafael.

Respuesta

Algo que te vendría bien el mejorar es tu nivel de exigencia. Las personas con este tipo de ansiedad suelen ser personas a las que les gusta tenerlo todo controlado.

Y para evitar esto lo que te recomiendo es depurar o rectificar tu intención lo más posible, de tal manera que ya no consideres imprescindibles ciertos resultados, sino que hagas tu parte, si lo consideras adecuado, pero siempre confiando en Dios, al estar haciendo lo que Él manda, ya que Dios sabe mejor lo que conviene, y nunca hay que pretender algo como sea, etc. (y fíjate que a veces el pretender hacer más, sin recto rumbo, sino que pretendiendo un objetivo como sea, realmente, como no podía ser de otra manera, es hacer menos claramente) Si el objetivo último en la vida es Dios, hacer lo que Dios dice, hacer el bien, dentro de esto puede haber claro está objetivos legítimos, pero planteados sin obsesión, ya que uno no se guía por sus intereses particulares en primer lugar, sino que por hacer el bien de verdad. Todo por supuesto que estando en gracia de Dios, y cumpliendo los Mandamientos de Dios y de la Iglesia; y también te recomiendo frecuentar los Sacramentos y hacer oración; afianzarte en esto es lo que te recomiendo en primer lugar. Y quién sabe, a lo mejor Dios tiene planes para ti diferentes a los que piensas.

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La ansiedad suele ser un temor al futuro. Este temor no viene solo, es generado por alguna situación de estrés vivida poco antes, con cierta impotencia, en soledad y con la sensación de no encontrar solución posible a aquello que nos preocupa.

Si hasta la fecha no experimentabas ningún tipo de conflicto mientras corrías, y teniendo en cuenta que el hecho de decidir probar otra alternativa a la convencional puede ser porque piensas o sientes que el origen puede tener más de emocional que de orgánico, trata de averiguar qué situación de estrés pudiste vivir poco antes de la aparición de dicha ansiedad, 2 días antes a lo sumo o incluso durante el transcurso de ese día en que apareció.

Asegúrate de recordar cuál fue la última vez en la que te encontraste en las mismas circunstancias (correr, espacio público, personas en masa, etc.) en las que no pasó nada, y cuál fue la primera vez en la que en las mismas circunstancias sí pasó. Entre ambos puntos ha habido un estrés al que no prestaste demasiada atención pero quedó grabado en tu inconsciente en espera de una situación más adecuada para poder ser resuelto.

Cuando en un momento de nuestra vida, sea a la edad que sea pero sobre todo durante la infancia y adolescencia, vivimos una situación de conflicto (estrés emocional no gestionado adecuadamente y experimentado como un hecho más o menos traumático y con inseguridad o de forma temerosa), todos los elementos que intervienen en esa situación (sonidos, palabras, olores, personas, espacio, temperatura, colores, etc.) quedan grabados en nuestra psique con el único propósito de preservar la supervivencia, sea física o sea emocional, para que en una posible situación futura similar a la conflictiva se active un sistema de alarma y evitar volver a pasar por el mismo trauma. Todos y cada uno de los elementos mencionados quedan "engramados" y reciben la misma información. Así que en numerosísimas ocasiones, la presencia posterior de uno o varios de esos elementos ha sido suficiente como para actuar como "detonante".

En este caso dicho detonante generó la ansiedad para que tu cuerpo bombeara más sangre y aportara más oxígeno, generara más rápidamente las hormonas del "peligro" (hormonas del miedo) como ya sabrás como deportista: adrenalina, glucagón, cortisol, prolactina... y facilitar la huida o el ataque.

De todas formas, hasta que no identifiques qué fue lo que provocó la ansiedad, hasta que descartes o confirmes si fue una causa orgánica o emocional, no descartes ningún otro método: médico, meditación, respiración, etc. Yo estoy convenciada de que todo es mental (Bioneuroemoción®, el origen emocional de las enfermedades, la influencia que tienen nuestros pensamientos en el ADN, etc.) pero cada persona tiene su propia forma de percibir el mundo, así que te sugiero que no des nada por sentado pues tu salud y tu bienestar es lo más importante.

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