Tener una relación de pareja a distancia es complicado, no nos vamos a engañar. Cuesta mucho no tener cerca a la otra persona, no poder sentirla ni compartir momentos íntimos.
Esta separación puede ser una prueba para la unión de la pareja. Así que deberías plantearte una serie de preguntas desde el principio, para no llevarte sorpresas: ¿Cómo es vuestra relación? ¿Te sientes feliz y cómoda "a su lado"? ¿Sois capaces de comunicaros de forma constructiva y respetuosa? ¿Os apoyáis y crecéis mutuamente? ¿Te sientes a gusto, querida, respetada, tenida en cuenta y valorada por tu pareja? ¿Y tú, le haces sentir así a él/ella? ¿Qué esperáis cada uno de la relación a corto, medio y largo plazo? No es lo mismo separarse unas semanas de vacaciones que unos meses (o años) por temas de trabajo y con pocas perspectivas de poder volver a juntaros en la misma ciudad… Pero lo importante realmente es la actitud y la motivación de cada uno para continuar en pareja.
Todas las relaciones son un ente "vivo", se van transformando según las circunstancias, los momentos vitales y con vuestro propio crecimiento personal. Así que es importante trabajar para generar los cambios que queréis ver en vuestra relación. No tratéis de hacer las cosas como antes, tenéis que buscar un nuevo sistema que os funcione. Y para eso debéis sentar bien las bases de vuestra "nueva" relación y adaptaros a la situación. Hablad de forma totalmente abierta, libre y clara sobre qué queréis cada uno en esta nueva fase, qué cosas están permitidas y qué cosas no. Cread nuevas "reglas", así sabréis como actuar, qué cosas evitar, a qué cosas hay que darle más importancia, etc. Es muy beneficioso recordar los valores que os unen y os mantienen fuertes: la comprensión, la conexión, la empatía, la confianza, la fidelidad… Los valores son la base sobre las que se asienta vuestra relación.
Vais a vivir cambios fuertes, que afectarán a cada uno individualmente y a cómo os relacionáis entre vosotros. En general, la persona que se marcha lejos es la que más cambios experimenta. Conocerá gente y lugares nuevos. Se enfrentará a experiencias inéditas y tendrá que adquirir habilidades y capacidades que antes no tenía para hacer frente a todas esas novedades. Por eso viajar es algo que hace crecer mucho a las personas. Te transforma profundamente. Y es algo maravilloso, pero hay que tener en cuenta el peligro que puede entrañar: que el otro no acepte que su pareja haya cambiado, que se lo tome como una traición, que se frustre por creer que es una persona distinta y que ya poco queda de quien se enamoró. Además es posible que, durante un tiempo, tu pareja hable mucho de su viaje, sus experiencias, sus anécdotas... y tú te sientas cada vez más y más lejos de él/ella. En lugar de enfadarte, te animo a que le des un enfoque más maduro. Contágiate de su entusiasmo, alégrate por él/ella. Agradece y aprovecha su crecimiento, también te beneficiará a ti. Disfruta de esa persona renovada, con anécdotas y aprendizajes interesantes que descubrir. Deja de ver el cambio como una amenaza. Tu pareja quiere compartir contigo lo que ha experimentado. ¡Quiere hacerte partícipe de su vida! Date cuenta de que tú también has evolucionado y vivido cosas nuevas aunque te hayas quedado aquí. Haberle dado un poco de aire fresco a vuestra relación es una buena oportunidad para salir de la rutina y miraros con nuevos ojos, redescubriros y volveros a enamorar.
"Confiar no es saberlo todo de la otra persona, es no necesitar saberlo". Date cuenta de que, a cada segundo, tu pareja está decidiendo seguir contigo y no estar con ninguna otra persona ¡A pesar de la complicación de la distancia! Si mientras estabais juntos te demostró que es fiel, te respetaba y te trataba bien, no hay motivo para preocuparse ahora. Confía. Dale libertad. No trates de tenerle atado. No puedes (ni debes) controlarlo todo. Sólo te hará sufrir y estar tensa todo el día. Si tu pareja se siente inspeccionada como si estuviera saliendo con Hacienda, sentirá que no confías en él/ella y cada vez se irá apartando más.
Lo ideal sería que ambos hayáis acordado esa distancia, de mutuo acuerdo y con libertad. Pero incluso en ese caso, es bastante fácil que te llegues a sentir enfadada con la situación, por no poder disfrutar libremente de tu pareja como antes. Además, es fácil que durante este periodo te notes triste, preocupada, frustrada, temerosa, sola… No te tomes la distancia como un abandono, como algo personal. Piensa en los motivos reales por los que tu pareja se ha tenido que marchar. Seguramente no tengan nada que ver contigo.Debes responsabilizarte de tus emociones y de tus reacciones. Es un momento perfecto para aprender sobre Gestión Emocional o incluso ponerte en manos de un profesional especializado que te ayude a comprenderte y a sacar lo mejor de este periodo complicado. Así evitarás que el enfado y frustración que sientes se vuelva en tu contra y termines saboteando la relación sin querer.
Que tengáis un buen día y analiza lo que os digo.