Anónimo
Me doy vergüenza, no valgo nada.
Soy una chica de 21 años que ahora mismo tiene la vida por los suelos, no tengo estudios, ni lo básico, quiero hacer un superior de turismo, pero tengo que hacer la prueba de acceso, y la haré. El caso no es ese, el caso, esque me da vergüenza hablar y conocer gente, por el simple hecho de que cuando me preguntan por mis estudios, temo a ser rechazada y a que no me valoren intelectualmente, me da vergüenza decir que no tengo estudios, pero es que es la verdad, y quisiera decir otra cosa, para poder conocer a gente y tener relaciones amistosas o de cualquier tipo, no he tenido una vida demasiado buena, en el ámbito de estudios, ya que siempre he tenido problemas y caía en depresiones. Siento vergüenza cuando me presentan a alguien y me dicen que están en la Universidad o cualquier estudio superior, y yo me quedo callada intentando cambiar de tema, pero al fin y al cabo la verdad siempre sale, y no quiero seguir más asi, necesito que alguien me ayude, para poder relacionarme, aunque el problena quizás lo tenga yo.
Bueno pues quizás tu problema está más ligado a la autoestima, mira no porque no tengas estudios vales menos, las personas valen por si mismas, por el simple hecho de existir y ser único en el mundo, tu vales por ser tú, por tus cualidades y las cosas buenas que haces, el estudio te brinda mayor preparación, pero no más valor, todos somos iguales, no te sientas más y además mencionas que vas a presentar el examen y estás tratando de comenzar o retomar tu vida en ese ámbito, eso está bien que hagas lo que te gusta y luches por tus sueños, sigue así y conseguirás lo que deseas, y siéntete suficiente por ser tú😊
3 respuestas más de otros expertos
Hoy te sientes vergüenza por ti misma porque no tienes estudios, mañana te sentirás mal porque no tienes una casa tan bonita como los demás, después estarás infeliz porque no tienes otra cosa, etc – así, comparándote con los demás, valorándote según lo que tienen y como son los demás, y pensando que eres inferior si no eres como los otros, nunca te sentirás bien.
Por supuesto, está bien tener estudios, pero tu motivación debería de basarse en tu deseo de estudiar algo que te guste, que sabes que te ayudaría trabajar en algo que te agrada, y no en el simple hecho que tus amigos estudian.
Ten en cuenta que hay personas que han conseguido mucho en su vida, que son respetadas y valoradas en la sociedad y que, sin embargo, no tienen estudios. Verás, el intelecto no depende de tus estudios sino de muchos otros factores. Por supuesto, los estudios te dan conocimientos, te auydan a desarrollar ciertas cualidades, aptitudes, pero la mejor universidad siempre ha sido y siempre será la vida misma.
Si te interesa de verdad a estudiar el turismo, ni siquiera hace falta que esperes a entrar a la escuela – hoy en día, gracias al internet y al material que se puede encontrar allí y en las librerias, uno puede aprender de todo lo que le interesa, solo faltan ganas de hacerlo. Pero más que esto, yo te sugiero que empieces por los estudios sobre la mente humana, sobre la autoestima, la confianza en uno mismo (no me refiero que vayas a una universidad a estudiarlo sino que leas sobre ello)– que esto te serviría en tu vida más que cualquier otra disciplina que puedas aprender en una universidad.
La entiendo entiendo muy bien, mis sugerencias van a la atención de su salud espiritual. El sentimiento de dignidad personal y autoestima es esencial para la felicidad. Debido a la imperfección humana y a las flaquezas que esta provoca, hay quienes tienen una opinión negativa de sí mismos, en muchos casos desde la niñez. Tal vez resulte difícil superar sentimientos muy arraigados, pero se puede conseguir; la solución estriba en aplicar la Palabra de Dios.
La mayoría de la gente desea tener cierto grado de felicidad y piensan que es muy difícil lograrla, sin embargo a mí me ha servido mucho meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28). Dedique unos 5 minutos diarios a leer la Biblia y verá cómo empiezan a cambiar las cosas. Deseando su mejoría y valorando su tiempo.
Lo que te diría es que cuando hables con la gente, no estés pensando en tus intereses, como en agradar, ser valorada, etc., sino que piensa en hacer el bien de verdad, lo cual hará desechar los intereses vanos y pondrá los que no sean malos en sí mismos, en su sitio y orden, supeditados a lo fundamental, guiados hacia el bien.
Yo te diría que dés gracias a Dios por todo; quizá algo que hoy te desagrada, te pueda proteger de enredos, etc.
Lo importante es lo que valgas ante Dios. Te recomiendo estar en gracia de Dios, y cumplir los Mandamientos de Dios y de la Iglesia. También, frecuentar los Sacramentos y hacer oración.