El extrañaros por sí solo no va a mejorar la situación, que tiene que mejorar en el interior. El romper el noviazgo no creo que sea lo más conveniente si es que se quieren mejorar las cosas; piensa que esto además de dar lugar a echar de menos también puede traer tristeza, desilusión, etc.; así como mala impresión, de falta de formalidad o solidez, a ojos ajenos (por una separación quizá sin justo motivo; aunque por supuesto que un noviazgo no es como un matrimonio, que sí es indisoluble ). Otra cosa, por supuesto, es que se tenga y se respete un tiempo para pensar, para reflexionar, para orar (hablar con Dios), por supuesto que estando en gracia de Dios; esto es conveniente siempre. Y para hacer esto, así como para evitar estar enfadándose, nada mejor que guiarse por la caridad, por el amor de verdad, por hacer el bien, sobreponiéndose a las tendencias desordenadas de querer tener la razón para quedar bien, salirse uno con la suya, pasar un simple rato agradable, etc. Para hacer el bien de verdad, uno tiene que sobreponerse a las tendencias desordenadas, propias y ajenas, ya que hacer el bien no es hacer ni lo más agradable ni lo que a otra persona pensase superficialmente que le puede interesar. Por ejemplo, con respecto a los enfados, yo te recomendaría hacerte el propósito (mejor en la oración) de siempre hablar y actuar guiado por la caridad (no hablar por ejemplo, o hacer preguntas, guiado por simple curiosidad, por intentar quedar bien, quedar de atento, etc.), y responder correctamente ante las situaciones que se te puedan presentar, intentando tener la conducta exterior más correcta posible, y por otro lado, lo fundamental, trabajando el interior, no perdiendo de vista el objetivo de hacer el bien, y eso en cualquier situación que se te presente; y pensar en hacer el bien de verdad a todas las personas implicadas, aunque esto no coincida, como te decía, con meras complacencias. Y todo seguir llevándolo a la oración, para ir mejorando, ayudándose también de los Sacramentos de la Iglesia Católica, etc.