¿Están los Bancos exentos de respetar las normas jurídicas; o son diseñadas con especial laxitud y ambigüedad para ellos?
¿Por qué se les permite ciertas actitudes y comportamientos ventajosos que resultarían abusivos e ilegales en otros ámbitos?
Me refiero a utilizar directamente el engaño, las medias verdades, las promesas irrealizables, o hechas sin la intención de cumplirlas, o poder negar haberlas realizado. Exactamente aprovechando la misma impunidad que protege a los políticos de sus propias palabras.
Si en otras ocasiones o acuerdos sociales, la palabra tiene el mismo valor contractual y compromete legalmente ¿Por qué su incumplimiento no se considera estafa, fraude, delito?
Y de igual manera que un contrato obliga a ser cumplido por todas las partes, y no se permite alterar, modificar, o eliminar nada de forma unilateral y oportunisto o abusiva...¿Por qué se le permite a un Banco, ofrecerte, con un solo contrato, todo un lote de productos financieros que tú no quieres, pero cuya proposición no podrás rechazar, ni incumplir una sola coma? Y, pese a tener que aceptar todos y cada uno de los productos sorpresa, por fin consigues tres promesas ofrecidas por domiciliar la nómina, consistentes en librarte de todas las comisiones (las mismas que te ofrece cualquiera). Hasta que llega un no muy lejano día en que todo cambia sin previo aviso: empiezan a llegarte cargos a diario por el cobre de todo tipo de comisiones que no deberían cobrarte porque así lo establece el contrato. Pero, también se dice que el propio Banco puede anular, suprimir, cambiar, eliminar lo que quiera, de manera unilateral, porque esa también es otra cláusula aceptada por tu misma firma.
Da igual que pueda rozar la línea de la ilegalidad, el fraude, el timo, la publicidad engañosa. Ni la ley ni la justicia ampara al debíl, ni siquiera es capaz de proporcionar la sentencia ficticia de vivir en libertad, de poder decir si hemos conseguido desarrollar y mejorar lo que los griegos soñaron para el hombre y la Civilización.
El "Estado de Derecho" es un mito más que mutó en una horrible quimera, irónicamente, adoptada por las fuerzas de la oscuridad que se encargan de fomentar la parte más inhumana de nuestra alma.