Es normal querer vernos bien en forma pues eso nos da un sentido de logro y satisfacción, sin embargo, no siempre nuestra figura será la ideal. Aún así tenemos que aprender a aceptar la realidad y no pensar tanto en lo que los demás puedan decir. Al final ¿Quién debe hacer a uno feliz? ¿Qué edad tienes ahora?
Por otro lado, la Biblia nos aconseja "le digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense de un modo que demuestre buen juicio,"
(Romanos 12:3). Así que, hasta cierto grado, es necesario pensar en uno mismo. Precisamente por eso nos lavamos los dientes y cuidamos otros aspectos de nuestra figura corporal como lo has vendo haciendo.
Pero ¿y si tu imagen te tiene tan mal que no puedes dejar de pensar en eso? Entonces convendría que te hicieras esta pregunta: ¿Quiero lucir bien solo para complacer a los demás? Recuerda amigo Francisco, que el cuerpo va cambiando a medida que vamos madurando y avanzamos en edad, o cambiamos de actividades, de hábitos alimentarios y otras cosas. Hay cosas de tu apariencia que no podrás cambiar. Por eso es mejor aprender a vivir con ellas. Si lo logras, seguramente los demás ni las notarán. Cuida tu salud. Eso te ayudará a verte lo mejor posible. Y si alguien te juzga por tu apariencia, en vez de valorarte por lo que eres, ese no es tu amigo. Trata de verte bien. Y no te preocupes demasiado por lo que no puedes arreglar; eso te hará daño.
Sé realista y mantén una actitud equilibrada. Fíjate en lo que dice un muchacho: “Es cierto que a veces me siento un poco acomplejada, pero eso solo me pasa cuando me concentro en mis defectos. He visto que si hago ejercicio y me alimento bien, las cosas mejoran”.
La mejor transformación
Si logras tener una opinión equilibrada de tu físico, no solo te sentirás bien, hasta te verás mejor. La Biblia te puede ayudar a conseguirlo. Mira los consejos que da:
Trata de estar satisfecho. “Es mejor ser feliz con lo que se tiene que querer siempre tener más y más. Ese afán [...] no tiene sentido. Es como tratar de atrapar el viento.” (Eclesiastés 6:9, La Palabra de Dios para Todos.)
Haz ejercicio, pero sin exagerar. “El ejercicio del cuerpo sirve para algo.” (1 Timoteo 4:8, Versión Popular, 1983.)
Sé bello por dentro. “El simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová [Dios], él ve lo que es el corazón.” (1 Samuel 16:7.)
¿Qué más puede ayudarte a lograr esa transformación? Lo que me ha ayudado a mi, meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).
Estoy a tu orden para seguir compartiendo sugerencias que levantarán tu autoestima, sin presión, en tu tiempo. Puedes escribirme a mi correo [email protected] Muchas gracias por tu tiempo, por tu aprecio y valoración.