Lógicamente todo eso aporta información, no necesariamente encasillable, ya que todo depende de muchos matices, aunque haya grandes rasgos. Lo primero sería ver la consistencia de tales fantasías; luego, se podrán ver las motivaciones, emociones implicadas, etc., pero hay que tener en cuenta que la información no es el objetivo de la consulta, sino que lo es el tratamiento, que es el que guía, y, además, con el que se obtiene la información necesaria, omitiendo la que podría ser contraproducente y perjudicial.
Me parece más importante el estimular lo que, en definitiva, será el contrapeso, el amor de verdad. Si tú intentas hacer el máximo bien con tu vida, puedes estar tranquilo, de que en un momento, con la gracia de Dios, no cometerás una barbaridad, ya que así como no se llega al culmen de la santidad sino que por grados, tampoco se llega a lo peor en un momento.
En la oración podrás ver con Dios las raíces del mal, siempre con la intención de mejorar, y pedir luz y fuerzas para amar de verdad, independientemente del mal que pudieran hacerte o que pudieras pensar que te hubieran hecho. Date cuenta, además, de que el gozo espiritual, es incomparablemente superior al gozo físico. Pensar que se va a encontrar uno bien haciendo daño es un claro engaño; además de tratar el interior, como te decía, mejor tratar esas fantasías como meras obsesiones y sencillamente no alimentarlas, sino que practicar lo que se denomina la parada del pensamiento, dejar de pensar en ello sin más, sin darle ni una vuelta más; y si esto resulta difícil, atender a otra cuestión; esto en lo que respecta al aspecto más supeficial, como te decía que no es el único, ni el principal.