Mi novio quiere irse a vivir conmigo, pero para mí es muy pronto

Llevo tres meses escasos con mi pareja, una relación a distancia en la que solo nos hemos visto durante 3 semanas. La comunicación es diaria y muy buena, hablamos de todo y hay mucho afecto y comprensión. El es americano y vive en su país y me propone venirse a vivir conmigo. Él está dispuesto a dejarlo todo para estar juntos y ya que los alquileres son muy caros donde vivo me sugiere vivir juntos. Está claro que en algún momento de nuestra relación tiene que llegar este momento de tomar decisiones para estar más cerca pero la idea de venirse a vivir conmigo me está dando mucho miedo porque vivo en un piso mínimo y además es que siento que aún no hemos estado juntos lo suficiente para conocernos más.

Él está muy entregado conmigo desde el primer día y me ve como su prioridad hablando mucho de un futuro juntos e incluso de estar juntos el resto de nuestras vidas. Una parte de mí lo ve como algo bonito y como el típico hombre perfecto que está ahí siempre y otra parte piensa que es como un sentimiento demasiado rápido. Yo estoy acostumbrada a tomarme las cosas más despacio y me da miedo que sea una persona dependiente, ya que me habla a veces de que es alguien a quien le cuesta mucho decir que no y es un "people pleaser", aunque está haciendo terapia. Me habló de dependencia emocional en sus relaciones pasadas, pero creo que si está haciendo terapia puede haber algún cambio. Tengo miedo a tomar una mala decisión basándome en lo bien que me trata y estar ignorando banderas rojas. No quiero hacer algo sin estar 100% segura. Él me dice que si no funciona se va y punto y que no me preocupe por eso, pero este tema me quita el sueno. Estoy algo perdida. ¿Algún consejo?

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Lo siento, pero las cosas así no son saludables y hazlo saber pues aún no se conocen. Si bien es cierto que compartir el alquiler es conveniente que ese no sea un factor decisorio para una apuesta de vida juntos.

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Como tú bien dices, "es muy pronto".

Hay que esperar que pase el "furor" de los primeros meses, conocerse más a fondo, tener discusiones y peleas. Ver como se resuelven y esperar como mínimo un año, que se "bajen los humos".

Ya, con todo más calmado y conociendo a la otra persona, la decisión será más acertada.

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