Que tal, escribo porque estoy preocupado ya que un jovencito adolescente cercano se la pasa fisgoneando en los baños y haciendo tocamientos a mujeres de lla casa cuando estas duermen, no se que hacer con este joven tengo miedo que sea algún trastorno anormal que pueda traerle problemas en el futuro, ayuden por favor.
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Respuesta de silviawav
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silviawav, Licenciada en psicololgía, estudios de maestría en psicologoía social
Lamento la tardanza, hace apenas un par de días regresé de vacaciones. 1. La curiosidad y el deseo de este jovencito es parte del desarrollo sexual normal, si éste tiene entre 10 y 15 años. 2. Que se convierta en un hábito el "fisgonear" y que haga tocamientos a las mujeres de la casa, es un problema serio de límites (de disciplina). Dados los puntos 1 y 2, se concluye que hay que orientar sexualmente a este joven. Pero, debo agregar un punto "3". 3. ¿No falta preocupación hacia la integridad de las mujeres de la casa? Si entre ellas hay alguna menor de edad, esta "vagancia" puede pasar a tener consecuencias más serias. A este joven le hace falta un espacio donde pueda aclarar sus dudas sobre sexualidad, le hace falta que alguien informado y de confianza le oriente sobre cómo satisfacer su deseo, y con este "cómo" me refiero a que hay cosas "permitidas" y cosas "no-permitidas". Las "no-permitidas" son las que violan el espacio de los demás.
Agradezco mucho tu respuesta, la verdad estoy muy preocupada, por el chico, pero con Tu respuesta me he puesto a pensar en la señorita también, es adolescente también. Quiero ayudarles a ambos para que esto no vaya a causarles algún trauma a ninguno de los dos, si puedes sugerirme algún libro o algunas ideas de como afrontar este problema te lo agradecería mucho. Había considerado llevarlo con algún ´psicólogo pero me es difícil ya que no conozco a ninguno de confianza, me da miedo llevarlo que pueda caer en manos equivocadas. Ahora también me gustaría llevar a la niña, ¿qué me sugieres?...
Es importante darle al asunto la importancia que tiene, sin dejar que la preocupación nuble la razón. Acudir con un profesional es lo más práctico; sin embargo, lo que más hace falta en este caso es educación sexual, y esa está a cargo de los padres -o de quienes estén a cargo de los chicos-. Estoy suponiendo que los "tocamientos" se refieren a "tocar" los senos, las nalgas o los muslos de la mujer, y estoy suponiendo que la mujer duerme vestida por lo que habrá poca piel de por medio. Si de esto se trata, las cosas son "manejables": entre más se aleje la realidad de este cuadro, más problemático es el asunto y acudir con un profesional ya no sería sólo una opción sino una necesidad. Corresponde hablar clara y abiertamente con este joven, y establecer reglas explícitas como "no ir a las camas de los otros mientras duermen". Él debe saber que se sabe lo que hace y que no es admisible; pero debe quedar claro que lo que es inadmisible es su conducta, no su deseo; su deseo, su curiosidad, sus "ganas" son normales y no están bien ni mal, pero lo que hace sí está "mal", porque invade el espacio privado del otro -y qué espacio más privado que el propio cuerpo-. En cuanto a la jovencita, si estuvo dormida mientras fue tocada, probablemente lo mejor sea, simplemente hacerle saber que este joven tiene la tentación de tocar a las mujeres de la casa, y que van a cuidar que esto no pase; pueden buscar estrategias juntas -como cerrar su puerta con seguro por la noche-. Hablar puede ser difícil, pero es la base para educar en sexualidad, y la educación es la mejor prevención. Es una gran idea apoyarte con buenos libros; busca los de la sexóloga Anabel Ochoa, sobre todo los que escribió para jóvenes y sobre jóvenes; leelos primero tú, y elige el que te parezca más claro para que lo lean todos los adolescentes de la casa. Sólo una nota: si te parece demasiado crudo el lenguaje de la autora, o demasiado "liberales" sus ideas, resiste un poco y continúa, está hablando desde el conocimiento.