¿Mi felicidad o la de mi hijo?

Planteado superficialmente, sí pudiera pensarse que hay alguna incompatibilidad entre tu felicidad y la de tu hijo, pero si se depura la intención, si se busca el bien de verdad, se ve que no tiene por qué haber discordancia alguna.

Entonces lo que te recomiendo no es pensar meramente en tu tranquilidad, o en disfrutar de la familia, sino que en el bien de verdad de todos. Esto también te dará mucha seguridad a la hora de actuar.

No cabe duda de que son muchas horas tanto diarias, como los fines de semana. Por supuesto que lo que fuese incompatible con por ejemplo ir a Misa los domingos, etc., eso ya sería malo y habría que eliminarlo al menos en esa medida. Y sin duda habrá que tener en cuenta otros factores, como estudios, por supuesto que el bien de la familia y de cada uno, etc.

También sería bueno ayudarla a ella a discernir, no dejándose llevar por lo que meramente apetezca, sino que por lo que es mejor.

Y tampoco puede parecerle mal a nadie si no la llaman quizá coincidiendo con que, como dices, no tiene grandes aptitudes para ese deporte; que no creo que hubiese que pensar que fuese por discriminación injusta. Que no te entristezca esto ya que si tu hija no tiene grandes dotes para ese deporte, quizá sea lo mejor para ella, mirado de cara a lo realmente importante.

¿Su hijo de 10 años desea hacerlo? Si la respuesta es si, debe acompañarlo a que siga y clarifique si es lo que quiere hacer, tal vez ni sepa que quiere aún.

Si la respuesta es no. Escuche a su hijo y llevelo a una actividad que le guste o usted mismo puede ayudarlo a descubrir sus capacidades.

Su felicidad no puede estar supeditada a los logros o fracasos de su hijo.

Slds