Porque si el Principio de Placer constituye el fin, el Principio de Realidad constituye el camino.
Si buscamos placer, no hay más remedio que hacerlo dentro de los límites de la realidad, para lo cual, necesitamos conocer y evaluar las condiciones, límites y dificultades, que debemos sortear para alcanzar el placer. La fuente de placer debería ser óptima, en términos de esfuerzo y dolor, es decir, si el placer exige mucho esfuerzo, entonces no e placer. Lo mismo si es doloroso. Aunque un poco de dolor no va mal.
El sufrimiento por si solo no sirve, pero si enseña algo y se padece en su justa medida, permite asimilar y disfrutar el placer. La justa medida es la que debemos encontrar con nuestro Principio de Realidad buscando el equilibrio entre un placer y lo que cuesta alcanzarlo teniendo en cuenta los caminos que ofrece la realidad para alcanzarlo. Hay placeres insanos y hay cosas buenas que causan dolor. El placer y lo bueno, para el cuerpo y para el alma, son cosas que requieren de reflexión. (Platón)
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Si el principal objetivo del ser humano es satisfacer esta necesidad de placer, hay que entender que todo cuanto hace va encaminado a este fin.
Sin embargo, si observamos lo que hace el ser humano podemos no entender qué placer busca o cómo espera encontrarlo. La clave está en el Principio de Realidad.
El funcionamiento de dicho principio es tal, que puede volverse incluso contra el propio individuo y donde debería hallar placer, halle sufrimiento.
¿Dónde no hay placer? Donde no hay equilibrio. Consideramos que el placer debe darse en cuerpo y alma, no uno en detrimento del otro.
- No hay placer fuera de la realidad. Buscarlo ahí, es el modo más radical de rechazar la realidad. Si la realidad se percibe por lo horrible que hay en ella, se cree que algo tan podrido no es digno de ser fuente de placer. El placer entonces no se busca en lo real "en lo que es", sino que se vive según "lo que debería ser" donde los placeres son solo espirituales. Desear lo inalcanzable, es la ley del deseo, por lo tanto, el deseo más intenso es aquel que suscita algo inalcanzable. Todos los genios, artistas, escritores o personas corrientes que han vivido atormentadas por el afán de plasmar o encontrar solución a la miseria de este mundo, o de plasmar la belleza que hay en él, han sido "víctimas" de este principio. Seria vivir la vida espiritual en extremo, en detrimento de la física.
- No hay placer en un lugar tan extremo y recóndito de la realidad, que sea demasiado contrario al placer del alma. Esto sucede en la vertiente más extrema e insana de lo real, explorando lo que se puede hacer por el mero hecho de que la realidad lo permite, sin pararse a pensar en las consecuencias. Seria vivir la vida física en extremo, en detrimento de la espiritual.