La única defensa auténtica, y la que te recomiendo (porque no la has puesto en práctica, de lo que se ve) es la buena intención; en este caso, por ejemplo, tienes que pensar en el bien de verdad de él (lo cual sin duda que será muy bueno para ti, al sobreponerte al orgullo, y otros intereses vanos o desordenados, etc.); piensa que él se ha perjudicado realmente de que tú no hubieras respondido con amor de verdad, ya que pudiendo haberle dado un buen ejemplo, quizá humillándote, de momento no lo has hecho.
Quién es más responsable, lo veremos el día del juicio final. No puedes decir que él empezó, ya que entonces nadie querría ser responsable de nada, y todo el mundo buscaría disculpas.
Claro que se es responsable de cualquier conducta, aunque sea en respuesta a la de otra de otra persona. Y esto realmente no es una carga, sino que una oportunidad, conforme a la dignidad humana.
Puedes hacer el bien, puedes amar de verdad, ¿no te alegra esto? Dios nos ha brindado esta posibilidad que además de hacer a las personas felices en la tierra, tiene un gran premio en el cielo.
Lo primero que te recomiendo es poner los medios para poder amar de verdad. Acude a confesarte con un Sacerdote católico. Y una vez recuperada la gracia de Dios, esfuérzate en vivir el amor de verdad; no vivas para ti mismo, sino que aprovecha tu vida para hacer todo el bien de verdad que puedas; y en las situaciones concretas, no las mires según tus intereses vanos o desordenados, sino que piensa en hacer el bien de verdad. Por supuesto que si haces el bien a alguien te haces bien a ti mismo (otra cosa sería si te dedicases a vanas complacencias y luego te encontrases resentido si no recibieses algo que esperabas, etc.; es decir, si actuases por interés, aunque fuese emocional, y vieses este defraudado, caso en el que no se haría bien a nadie, ni a uno mismo); y para hacer el bien por ejemplo a este chico, tienes que anteponer su bien de verdad (el darle un buen ejemplo en este sentido) a tus intereses vanos o desordenados, como quedar tú muy lucido ante él, o ante el vecindario, etc.
No cabe duda de que el Evangelio, la Cruz, es humillante en alguna ocasión, o en muchas, contrario a las tendencias desordenadas del ser humano. Por eso que debes admirar la maravilla de la Doctrina Católica, que realmente considera al ser humano; y en cambio, todos los errores, se han valido de la satisfacción de los intereses vanos o desordenados, del halago de las pasiones, para intentar convencer (que no se logra con esto un convencimiento real, ya que tampoco se alude a la recta razón, sino que es más bien un dejarse llevar).
Puedes hacer mucho bien. Puedes ser un gran santo. Frecuenta los Sacramentos y haz oración. Cuando veas a este chico, siempre con conducta correcta, y con auténtica buena intención (pensando en su bien), te diga lo que te diga; y mientras no te ves fuerte en este sentido (aunque la gracia de Dios siempre ayuda; pero la imprudencia no es virtud), mejor no arriesgarte a alguna situación que te pueda enredar; en la oración.