No confundas las supersticiones (atribuirle a un objeto, o a algo, una virtud que no tiene), con el seguro bien que se deriva de obedecer los Mandamientos de Dios. Date cuenta de que Dios prohíbe en los Mandamientos todo lo contrario a la caridad, al amor de verdad. Uno puede elegir el bien, amar, o bien puede dejarse llevar por sus tendencias desordenadas; ambos caminos son distintos y excluyentes, ya que no puede amar el que no se domina a sí mismo al dejarse esclavizar por sus tendencias desordenadas. Por otro lado, el amor, al elegir el bien de verdad, siempre exige el sobreponerse a los intereses vanos o desordenados.
Por supuesto que de cumplir los Mandamientos de Dios, y de estar en gracia, siempre se derivarán bienes para ti, no queriendo esto decir que consigas necesariamente un determinado resultado en el orden temporal. La rectitud de intención, a la cual supedites cualquier otro objetivo, te ayudará a no obsesionarte con resultado concreto alguno (si te fijas, además, no podrías asegurar sin ningún género de dudas que aprobar el examen antes es mejor que el que esto se retrase; no queriendo esto decir que no puedas plantearte objetivos intermedios, como podría ser este, pero siempre sin obsesión por conseguirlo finalmente, sino que poniendo los medios, y confiando, para lo cual, como te decía, te sirve el supeditarlo todo a hacer el mayor bien que puedas con tu vida).
Lo realmente importante en la vida es que consigas la vida eterna, para lo cual hay que morir en gracia de Dios (a lo cual te conduce el vivir en gracia de Dios, que además de conducir a la vida eterna, ayuda a vivir mejor estar vida terrena, viéndolo, y afrontándolo, todo, de otra manera).
Lo que te recomiendo es recuperar la gracia de Dios mediante la Confesión Sacramental (si estás bautizada como me imagino, y en la Iglesia Católica), lo cual te ayudará a cumplir los Manndamientos y a hacer la Voluntad de Dios, viviendo la virtud de la caridad.