Estoy entre la espada y la pared
Un chico dice que quiere conocerme y va a venir desde Zaragoza hasta Ciudad Real solo para estar conmigo y la verdad me apetece pero estoy cuidando de mis padres y no puedo dejarlos solos. Yo voy a pagar hotel y gasolina y él va a hacer un montón de kilómetros solo para verme y pasar una noche conmigo y se lo agradezco porque es como salir de la rutina pero me siento más culpable que no puedo evitar rechazar esa cita. No sé que hacer, si dejarlos solos una noche y que me critiquen por irme y volver al día siguiente, ¿no puedo vivir así tengo que esperar a que mueran para ser libre?
4 Respuestas
¿Qué edad tienes?
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El dejar solos a tus padres una noche, o muchas, es lo de menos. ¡ Ya eres mayor de edad ! Basta con decìrselo con anticipación cuando sea el, caso. No necesitas permiso de ellos. De lo que sí tienes que cuidarte es de tu cita con ese individuo. Son muy peligrosas las citas por internet. Avisa a alguien de confianza de donde vas a estar, y que sepa tu teléfono. Y no te expongas. Que utilice condón.
Tienes derecho a disfrutar "de vez en cuando" algo de la vida. Si no lo haces ahora de joven ¿cuándo? ¿Cuándo el botiquín pese mas que la maleta?
Deja a tus padres preparados para que pasen solos una noche, eso si puedes y su situación no requiere una atención constante por impedimento. No hagas caso de sus críticas.
Diviértete, como te digo, pero presta atención y lo digo por experiencia propia y ajena: "Las relaciones a distancia rara vez llegan a buen término".
Así que cuando conozcas al chico valora todas las posibilidades.
Supongo que ya hablaste de la limitación del cuidado de tus padres por lo que sería bueno que le llevaras a conocerlos.
¡Gracias! Pues si, son el motor de mi vida pero si ellos se van, no sé que hacer con mi vida y mi seguridad.
El motor de tu vida tiene que ser Dios, y eso siempre lo vas a tener. Y Él te irá pidiendo lo que tienes que hacer en cada momento. Haz tu parte, procurando mejorar día a día, y deja el resto en manos de Dios. Ayuda a tus padres también en el terreno espiritual, para que tengan una vida lo más rectamente enfocada según Dios, y que alcancen el destino final para el que nos han creado, que es el cielo.