Dejar a la pareja y no morir en el intento III
Erich Fromm lo reduce todo a la pregunta: ¿Te quiero porque te necesito? ¿O te necesito porque te quiero? Y esta es la gran cuestión. Que al final yo la quería porque la necesitaba, para rellenar mis huecos vitales, para tapar mis heridas emocionales, para compensar mis carencias... Y eso no es amor maduro. Es una putada darte cuenta, porque hay una gran amistad, pero ... Parece que nada más.
Después de varios meses ella ha seguido montando la casa, así que le pedí separar las cuentas del banco, con lo que ella me dijo que era casi como dejarlo ya. Yo ya tenía estas cosas más o menos claras, y el tema no podía alargarse más, así que le pusimos fin a la relación una lluviosa tarde de primavera tomando una cerveza sin alcohol en un bar cutrillo de este nuevo barrio en construcción. Que manera más triste, pero que tranquilo me he sentido por fin desde haces meses, o años quizás.
Han pasado pocos días. Ahora tenemos pendiente el tema del piso. Yo quiero que se lo quede ella, porque se lo merece, ya que ella sí que ha puesto ilusión y todo, pero no sé si podrá pagarlo y si me dejará el banco salir de la hipoteca sin avales. Puede que al final nos quedemos sin piso los dos.
Mientras, nos llamamos de cuando en cuando para comentar algún tema común, o nos mandamos un correo. Ella dice que está bien, y yo sigo roto por dentro, sin saber quien soy ni a dónde voy, pero con la sensación de tener las riendas de mi vida otra vez en mis manos.
Dice el psicólogo que soy un Peter Pan, que tengo miedo del compromiso, que huyo de la situación que no me gusta, y pienso yo... Joder, pavo, pues vete tu a vivir con ella, ¿no? Porque no entiendo plantearme la vida con alguien con quien no sé comunicarme física y psicológicamente, por más que la quiera y me siga sorprendiendo su alegría y diversión.
A todo esto, ¿la pregunta cual es?
Sí, ahora ha pasado poco tiempo, pero a veces me hago preguntas, y me cuestiono si he hecho bien, si podía haber sido de otra manera, si podía haberlo arreglado antes, si podía haber reconducido el tema. Sé que me enfrento a lo que "debía" o "tenía" que haber hecho, que se suelen llevar mal con aquello que "quería" hacer.
Y esta es la pregunta, que sé que no tiene respuesta, y viviré con ella toda mi vida restante:
¿He hecho bien?
Y ahora me alegro de pensar en vivir con esta y otras dudas en mi cabeza, porque ay de aquel que tenga todo claro y no tenga ninguna duda, ya que con total certeza se podrá decir de él, que esta fiambre.
Bueno, y nada más. Ya os he contado mi aventura. Un ejemplo de que se puede salir de una pareja sin morir en el intento. Me ha venido bien para ordenar ideas y para desahogarme. Además podéis opinar al final sobre la pregunta en cuestión.
Saludos.
Después de varios meses ella ha seguido montando la casa, así que le pedí separar las cuentas del banco, con lo que ella me dijo que era casi como dejarlo ya. Yo ya tenía estas cosas más o menos claras, y el tema no podía alargarse más, así que le pusimos fin a la relación una lluviosa tarde de primavera tomando una cerveza sin alcohol en un bar cutrillo de este nuevo barrio en construcción. Que manera más triste, pero que tranquilo me he sentido por fin desde haces meses, o años quizás.
Han pasado pocos días. Ahora tenemos pendiente el tema del piso. Yo quiero que se lo quede ella, porque se lo merece, ya que ella sí que ha puesto ilusión y todo, pero no sé si podrá pagarlo y si me dejará el banco salir de la hipoteca sin avales. Puede que al final nos quedemos sin piso los dos.
Mientras, nos llamamos de cuando en cuando para comentar algún tema común, o nos mandamos un correo. Ella dice que está bien, y yo sigo roto por dentro, sin saber quien soy ni a dónde voy, pero con la sensación de tener las riendas de mi vida otra vez en mis manos.
Dice el psicólogo que soy un Peter Pan, que tengo miedo del compromiso, que huyo de la situación que no me gusta, y pienso yo... Joder, pavo, pues vete tu a vivir con ella, ¿no? Porque no entiendo plantearme la vida con alguien con quien no sé comunicarme física y psicológicamente, por más que la quiera y me siga sorprendiendo su alegría y diversión.
A todo esto, ¿la pregunta cual es?
Sí, ahora ha pasado poco tiempo, pero a veces me hago preguntas, y me cuestiono si he hecho bien, si podía haber sido de otra manera, si podía haberlo arreglado antes, si podía haber reconducido el tema. Sé que me enfrento a lo que "debía" o "tenía" que haber hecho, que se suelen llevar mal con aquello que "quería" hacer.
Y esta es la pregunta, que sé que no tiene respuesta, y viviré con ella toda mi vida restante:
¿He hecho bien?
Y ahora me alegro de pensar en vivir con esta y otras dudas en mi cabeza, porque ay de aquel que tenga todo claro y no tenga ninguna duda, ya que con total certeza se podrá decir de él, que esta fiambre.
Bueno, y nada más. Ya os he contado mi aventura. Un ejemplo de que se puede salir de una pareja sin morir en el intento. Me ha venido bien para ordenar ideas y para desahogarme. Además podéis opinar al final sobre la pregunta en cuestión.
Saludos.
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Respuesta de dijkstra
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