Le firmé a mi novia un contrato que le daba libertad de mantener relaciones sexuales con otro hombre
Muy buenas. Perdone la extensión de la pregunta pero creo que es necesario.
Soy un hombre poco dotado, muy poco dotado. En posición flácida no existe, se
introduce en mi cuerpo y solo se aprecia un agujerito y los testículos. En estado de
itifalia, en días excepcionales alcanza cuatro centímetros y muy muy delgadita. Le
aseguro que no le exagero lo más mínimo. Un día fuimos a la playa con una pareja
de amigos que tienen un bebé de meses y como es natural la madre procedió a
cambiarle el pañal en la playa por que se había orinado encima, al quitárselo, le
dio el aire en sus partes y al bebé se le puso dura. Cuando llegamos a casa mi
mujer me estuvo repitiendo una semana que cómo era posible que el bebé tuviese
el doble de pene que yo. Le aseguro que la tenía bastante más grande y gruesa
que yo. Perdone la larga introducción y los detalles.
Estoy casado desde el año 1992, y mi mujer nunca tuvo otro novio. Se casó siendo
virgen. Desde ese día hasta hoy no he podido penetrarla ni una sola vez, porque
no me llega. Da igual la postura que use, las he probado todas. La que más se
acerca es la del misionero, pero solo llego a rozar sus labios con la puntita, y con
eso me corro. Evidentemente le doy con el dedo, con la lengua, con aparatos de
juego erótico, etc. Pero yo notaba que ella necesitaba tener alguna relación-
Penetración con algo diferente al látex.
Está claro que el amor estaba por encima de todo, etc., etc. Hemos visitado todos
los médicos, psicólogos, terapias, asesores e incluso cirujanos (por si me operaba).
La operación está descartada por no garantizarme nada. En cuanto a lo demás he
tomado viagra, cyalis, etc. Y esto sigue enano. He utilizado bombas de succión,
elongadores de pene,... Y nada funciona.
Hace como unos tres años comencé a bromear con mi mujer sobre que mantuviese
relaciones sexuales sin amor con otro para que supiese lo que es y ella se enfadó
muchísimo. Las bromas siguieron y siguieron hasta que poco a poco ella fue
cambiando un el tono de agresividad por otro también negativo pero menos fuerte.
En fin, seguimos así y yo pasé a sacar la conversación cuando estaba tocándole el
clítoris con el dedo o con la lengua. Así llegó a deshinibirse lo suficiente para
imaginar que se la metía otro. Finalmente, meses después, oí lo que quería: que
tenía mucha necesidad de ser penetrada por un pene de carne pero que no lo iba a
hacer porque me quería y que no iba a consentir que yo encolerizase por celos y
rompiésemos lo nuestro. Además decía que no necesitaba nada más que yo. En
vista de que me lo decía con tanta seguridad, pensé que como me quería tanto y
que conmigo tenía suficiente calidad sexual iba a dar otro paso más. Le supliqué que
lo hiciese con otro, que si ella quería yo se la daba por escrito y que estaría mucho
más feliz y mucho más enamorado de ella si se acostaba con otro pero sin que
nunca me dejase, porque a quien quería era a mí.
Al final me llevé un sorpresón que no imaginaba. Yo siempre pensé en contratar a
un profesional que viniese a casa y lo hiciese con ella, cobrase, se fuese y fin. No
debí explicarme muy bien.
Un día cuando estábamos tocándonos, empezó a hablar del tema y cuando estaba
muy caliente dejó caer que el día anterior lo había hecho con su compañero de
oficina Javier y que todavía estaba caliente de pensar en su pene. Yo me quedé
helado. Reaccioné bien porque yo la había echado en los brazos de otro. No le dije
nada del profesional y ahí quedó todo.
No volvimos a hablar más del tema, hasta que meses después, comenzó a
rozarme mis partes con su pie y poco a poco me calenté, me desnudé y siguió con
su pie hasta que me corrí. Inmediatamente se escondió (como siempre) y ella se
sonrió (algo que nunca había hecho). Entonces yo le pregunté si todavía recordaba
el día que se la metió Javier. Ahí, mi pichita se escondió tanto que creo tardé un
mes en encontrarla. Me dijo que se acordaba de todas y cada uno de las veces que
se la había metido. Es decir, seguía follando con su compañero.
Discutimos y discutimos porque yo le dije que era solo por una vez. Ella me enseñó
el papel y me pidió que le enseñase donde decía que era solo una vez. Tenía
razón, eso no lo habíamos especificado. La bronca siguió, días. Hasta que la
situación se hizo insoportable porque yo la había insultado bastante (puta,...) y ella
puso sobre la mesa que lo mejor era que nos separásemos, pero no para irse con
él (es casado), sino para no acabar mal nosotros. Ella me quería pero no podía
soportarlo más. Dos semanas después, yo volví a casa y le supliqué que me
perdonase, que había sido culpa mía y que estaba dispuesto a recuperarla y hacer
borrón y cuenta nueva. Le dije que me parecía bien que se hubiese acostado con su
compañero a petición mía y que además lo necesitaba pero que ahora ya podíamos
volver otra vez a nuestra vida anterior.
Entonces me volvió a sorprender. Me dijo que me quería, que volviéramos a nuestra
vida anterior, pero que ella iba a seguir acostándose con Javier al menos un tiempo
porque había estado mucho tiempo sin ser penetrada y ahora lo necesitaba. Pese a
lo que pueda creer, tras varios intentos de negociación infructuosa, cedí y le dije
que si me perdonaba y volvíamos podía ser penetrada por su compañero. De esto
hace más de dos años y nos han pasado mil aventuras, pero ella sigue follando
con Javier y yo no sé como decirle que ya vale, que lo deje ya. ¿Cómo podría
hacerla cambiar de idea sin dejarla?, ¿Cómo podría convencerla de que mi actividad
sexual es tan buena como la de él?, el amor está muy bien pero...
Soy un hombre poco dotado, muy poco dotado. En posición flácida no existe, se
introduce en mi cuerpo y solo se aprecia un agujerito y los testículos. En estado de
itifalia, en días excepcionales alcanza cuatro centímetros y muy muy delgadita. Le
aseguro que no le exagero lo más mínimo. Un día fuimos a la playa con una pareja
de amigos que tienen un bebé de meses y como es natural la madre procedió a
cambiarle el pañal en la playa por que se había orinado encima, al quitárselo, le
dio el aire en sus partes y al bebé se le puso dura. Cuando llegamos a casa mi
mujer me estuvo repitiendo una semana que cómo era posible que el bebé tuviese
el doble de pene que yo. Le aseguro que la tenía bastante más grande y gruesa
que yo. Perdone la larga introducción y los detalles.
Estoy casado desde el año 1992, y mi mujer nunca tuvo otro novio. Se casó siendo
virgen. Desde ese día hasta hoy no he podido penetrarla ni una sola vez, porque
no me llega. Da igual la postura que use, las he probado todas. La que más se
acerca es la del misionero, pero solo llego a rozar sus labios con la puntita, y con
eso me corro. Evidentemente le doy con el dedo, con la lengua, con aparatos de
juego erótico, etc. Pero yo notaba que ella necesitaba tener alguna relación-
Penetración con algo diferente al látex.
Está claro que el amor estaba por encima de todo, etc., etc. Hemos visitado todos
los médicos, psicólogos, terapias, asesores e incluso cirujanos (por si me operaba).
La operación está descartada por no garantizarme nada. En cuanto a lo demás he
tomado viagra, cyalis, etc. Y esto sigue enano. He utilizado bombas de succión,
elongadores de pene,... Y nada funciona.
Hace como unos tres años comencé a bromear con mi mujer sobre que mantuviese
relaciones sexuales sin amor con otro para que supiese lo que es y ella se enfadó
muchísimo. Las bromas siguieron y siguieron hasta que poco a poco ella fue
cambiando un el tono de agresividad por otro también negativo pero menos fuerte.
En fin, seguimos así y yo pasé a sacar la conversación cuando estaba tocándole el
clítoris con el dedo o con la lengua. Así llegó a deshinibirse lo suficiente para
imaginar que se la metía otro. Finalmente, meses después, oí lo que quería: que
tenía mucha necesidad de ser penetrada por un pene de carne pero que no lo iba a
hacer porque me quería y que no iba a consentir que yo encolerizase por celos y
rompiésemos lo nuestro. Además decía que no necesitaba nada más que yo. En
vista de que me lo decía con tanta seguridad, pensé que como me quería tanto y
que conmigo tenía suficiente calidad sexual iba a dar otro paso más. Le supliqué que
lo hiciese con otro, que si ella quería yo se la daba por escrito y que estaría mucho
más feliz y mucho más enamorado de ella si se acostaba con otro pero sin que
nunca me dejase, porque a quien quería era a mí.
Al final me llevé un sorpresón que no imaginaba. Yo siempre pensé en contratar a
un profesional que viniese a casa y lo hiciese con ella, cobrase, se fuese y fin. No
debí explicarme muy bien.
Un día cuando estábamos tocándonos, empezó a hablar del tema y cuando estaba
muy caliente dejó caer que el día anterior lo había hecho con su compañero de
oficina Javier y que todavía estaba caliente de pensar en su pene. Yo me quedé
helado. Reaccioné bien porque yo la había echado en los brazos de otro. No le dije
nada del profesional y ahí quedó todo.
No volvimos a hablar más del tema, hasta que meses después, comenzó a
rozarme mis partes con su pie y poco a poco me calenté, me desnudé y siguió con
su pie hasta que me corrí. Inmediatamente se escondió (como siempre) y ella se
sonrió (algo que nunca había hecho). Entonces yo le pregunté si todavía recordaba
el día que se la metió Javier. Ahí, mi pichita se escondió tanto que creo tardé un
mes en encontrarla. Me dijo que se acordaba de todas y cada uno de las veces que
se la había metido. Es decir, seguía follando con su compañero.
Discutimos y discutimos porque yo le dije que era solo por una vez. Ella me enseñó
el papel y me pidió que le enseñase donde decía que era solo una vez. Tenía
razón, eso no lo habíamos especificado. La bronca siguió, días. Hasta que la
situación se hizo insoportable porque yo la había insultado bastante (puta,...) y ella
puso sobre la mesa que lo mejor era que nos separásemos, pero no para irse con
él (es casado), sino para no acabar mal nosotros. Ella me quería pero no podía
soportarlo más. Dos semanas después, yo volví a casa y le supliqué que me
perdonase, que había sido culpa mía y que estaba dispuesto a recuperarla y hacer
borrón y cuenta nueva. Le dije que me parecía bien que se hubiese acostado con su
compañero a petición mía y que además lo necesitaba pero que ahora ya podíamos
volver otra vez a nuestra vida anterior.
Entonces me volvió a sorprender. Me dijo que me quería, que volviéramos a nuestra
vida anterior, pero que ella iba a seguir acostándose con Javier al menos un tiempo
porque había estado mucho tiempo sin ser penetrada y ahora lo necesitaba. Pese a
lo que pueda creer, tras varios intentos de negociación infructuosa, cedí y le dije
que si me perdonaba y volvíamos podía ser penetrada por su compañero. De esto
hace más de dos años y nos han pasado mil aventuras, pero ella sigue follando
con Javier y yo no sé como decirle que ya vale, que lo deje ya. ¿Cómo podría
hacerla cambiar de idea sin dejarla?, ¿Cómo podría convencerla de que mi actividad
sexual es tan buena como la de él?, el amor está muy bien pero...
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Respuesta de the_baby_one
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