No digas “no he hecho nada para merecerme esto”, o “lo he dado todo”, porque suena a que te crees muy bueno. Por el contrario, da gracias a Dios por todo, y pídele perdón por todas las veces que uno no ha amado de verdad por preferir su vanidad, etc., pensando seriamente en rectificar, poniendo los medios que brinda la Iglesia como la Confesión frecuente, oración, etc.
Lo que te recomiendo es acercarte a la Iglesia, acercarte a Dios. Estudiar con más profundidad la Doctrina Católica. Puedes empezar por la tercera parte del Catecismo de la Iglesia Católica, la Vida en Cristo.
No vivas para ti mismo, sino que piensa en dar la vida como la dio Cristo. Eso sí que es darlo todo, pero, como ves, para eso, queda un gran trecho. Darlo todo no es hacer las cosas por mero agrado o para agradar, sino que es hacerlas para hacer el bien, negándose a uno mismo, negándose a todos los intereses vanos y desordenados. Cuando uno quiere algo temporal para sí como sea, esa misma atadura ya le impide el poder darlo todo.
Sé santo. Da gracias a Dios; quizá Dios te quiera por otro camino, o quizá por ese pero más viviéndolo todo según Dios, y para Dios. Puedes hacer muchísimo bien; anímate a darlo todo, pero de verdad. Y entonces al ser consciente de los propios pecados no verás injusto lo que Dios permite, quizá para el remedio propio, sino que dirás como los santos, que poco castiga Dios para lo que merecen los propios pecados, y también verás una oportunidad de ganar gracia y gloria eterna en cada una de las situaciones que Dios te brinda, si realmente uno es capaz de, quizá sobreponiéndose con esfuerzo a los intereses vanos y desordenados, responder con amor de verdad.
No digas “no he hecho nada para merecerme esto”, o “lo he dado todo”, porque suena a que te crees muy bueno. Por el contrario, da gracias a Dios por todo, y pídele perdón por todas las veces que uno no ha amado de verdad por preferir su vanidad, etc., pensando seriamente en rectificar, poniendo los medios que brinda la Iglesia como la Confesión frecuente, oración, etc.
Lo que te recomiendo es acercarte a la Iglesia, acercarte a Dios. Estudiar con más profundidad la Doctrina Católica. Puedes empezar por la tercera parte del Catecismo de la Iglesia Católica, la Vida en Cristo.
No vivas para ti mismo, sino que piensa en dar la vida como la dio Cristo. Eso sí que es darlo todo, pero, como ves, para eso, queda un gran trecho. Darlo todo no es hacer las cosas por mero agrado o para agradar, sino que es hacerlas para hacer el bien, negándose a uno mismo, negándose a todos los intereses vanos y desordenados. Cuando uno quiere algo temporal para sí como sea, esa misma atadura ya le impide el poder darlo todo.
Sé santo. Da gracias a Dios; quizá Dios te quiera por otro camino, o quizá por ese pero más viviéndolo todo según Dios, y para Dios. Puedes hacer muchísimo bien; anímate a darlo todo, pero de verdad. Y entonces al ser consciente de los propios pecados no verás injusto lo que Dios permite, quizá para el remedio propio, sino que dirás como los santos, que poco castiga Dios para lo que merecen los propios pecados, y también verás una oportunidad de ganar gracia y gloria eterna en cada una de las situaciones que Dios te brinda, si realmente uno es capaz de, quizá sobreponiéndose con esfuerzo a los intereses vanos y desordenados, responder con amor de verdad.