Me siento atrapada. No veo la salida.
Hace tiempo me fui de España a vivir y trabajar al extranjero, como medida desesperada, por problemas laborales. Mis hermanos, me ofrecieron su ayuda con todo el cariño, para que no me fuera y porque nos queremos. No acepté su ayuda, por no molestarles y no ser una carga para ellos.
No me está yendo bien en el extranjero. Tengo problemas de comunicación, pues no domino demasiado el idioma. Un familiar muy cercano que reside donde estoy en el extranjero, me ha fallado y no me está ayudando nada y además, estoy teniendo problemas de salud, por el clima. Ya tengo 60 años y aunque mi mente es joven, mi cuerpo no acompaña.
Mis hermanos insisten en ayudarme, me han ofrecido sus casas para vivir con ellos, su ayuda, su apoyo. Todo eso con la aprobación y apoyo explícito de sus parejas, (mis queridos cuñado y cuñada).
Estoy planteandome volver a España y aceptar la ayuda de mi familia, pues me siento, sola, deprimida y con problemas de salud. No volvería sin nada, pues tengo dinero ahorrado y no sería una carga económica para ellos, por lo menos de momento. Mis hermanos están en buena posición económica y me han dicho, que no ne preocupe de nada.
Volver se ha convertido en una necesidad, pero la idea de molestar y entrometerme en su vida, no deja de perseguirme y atormentarme y no me deja que acabe de decidirme.