Ivania, si usted dice que lo soñó, al mismo tiempo no puede ser real y si fue real no tendrá razón para dudar lo que sucedió. Para que lo entienda mejor, analice los siguientes comentarios.
¿Qué han aprendido acerca de los sueños los investigadores?
“Todo el mundo sueña,” dice The World Book Encyclopedia (1984, tomo 5, pág. 279). “La mayoría de los adultos sueñan por unos 100 minutos durante ocho horas de sueño.” De modo que los sueños son una experiencia humana normal.
El doctor Allan Hobson, de la Facultad de Medicina de Harvard, dijo: “Son estímulos ambiguos que pueden interpretarse de cualquier manera, según la predisposición del terapeuta. Pero su significado se da según el punto de vista del interesado... no lo da el sueño mismo”. Al informar sobre este tema, la sección científica “Science Times” del periódico The New York Times añadió: “Dentro de la escuela que atribuye gran valor a los sueños, existen muchos enfoques en lo que toca a descifrar el mensaje sicológico de un sueño, cada uno reflejando diferentes puntos de vistas teóricos. Un freudiano le hallará a un sueño cierto tipo de significado, mientras que un seguidor de las ideas de Jung le hallará otro, y un gestaltista le hallará otro más. [...] Pero la idea de que los sueños tengan algún significado sicológico es objeto de intenso ataque por parte de los neurocientíficos” (10 de julio de 1984, pág. C12).
Por otro lado, si aún le perturba lo que soñó le recomiendo darle atención a su salud espiritual mediante meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28). Eso lo podrá lograr al apartar tiempo para leer por 5 o 10 minutos los libros de Salmos, Proverbios y Eclesiastés en su Biblia. ¡Éxitos!