¿Cómo se hace una buena felación?
Quisiera informarme... ¿me debo ayudar con las manos como si estuviera masturbando al ir introduciéndolo en mi boca...?
Gracias por la ayuda
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Respuesta de tricy
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Chupar una polla a un hombre es uno de los más puros placeres en la vida. Es triste pensar que muchas mujeres no aprecian lo divertido que puede ser. La razón es que no saben cómo hacerlo correctamente y así no acaba por gustarles, porque si no lo haces correctamente, no conseguirás tu premio. La polla no se endurecerá, el hombre no pasará un buen rato y la mujer sentirá el fallo como propio. Pero no hay que tener miedo, es muy fácil aprender a ser una fabulosa chupadora de pollas, y yo voy a decirte cómo.
No tiene importancia el lugar que escojas, puede ser en casa, en la cama o aparcada en el Bulevar del Ocaso, pero busca todo el nivel de intimidad que necesites para sentirte relajada y cachonda.
Por ejemplo, digamos que estás en un sofá, con un hombre que te gusta y sabes que a él le apetecería una buena mamada en este momento (siempre les apetece).
Deslízate en el suelo entre sus piernas y abre su bragueta. Busca y palpa su polla. Si está caliente para ti, ya estará dura. Si es nervioso, puede estar aún doblada en sus calzoncillos. Mantén agarrada su polla con la mano, sube a su cara y bésale. Observa si puedes sentir una respuesta abajo. Cualquier movimiento es una buen signo.
Ahora sácale la polla y mira cómo está. Si está tiesa, lo estás haciendo bien, en otro caso, aquí está el que hacer: Sácale las pelotas. Si los pantalones están muy tirantes, bájalos. Ahora sujeta sus pelotas en la mano izquierda y la polla en la derecha. Apriétala poco a poco hacia abajo en dirección a la base del mango y disponte a chupar.
Recorre tu lengua sobre tus labios para tenerlos listos y húmedos, y mira la cara de tu hombre. El quiere mirar como le chupas. A los hombres les gusta mirar. Ahora abre tu boca ligeramente para atormentar y excitar a tu hombre y acércate junto a su polla. Respira en él, sóplale con tu aliento caliente. Saca tu lengua de nuevo y tócale, atorméntalo.
Asegurándote que tu lengua está goteante de humedad, comienza en la base de su mango y lame hacia arriba, lentamente. Gira tu cabeza de lado y simula morderle, suavemente colocando tus dientes en su carne. Humedécelo de nuevo con tu lengua y usa tu mano para esparcir el líquido alrededor si es necesario. Una polla húmeda se ve y suena más cachonda que una seca.
Tu izquierda entretanto estará tocando sus pelotas, quizás arañándolas ligeramente con tus uñas. Puedes también querer buscar debajo y detrás de las pelotas para encontrar ese área tan sensitiva justo antes del ano, o incluso pasar tus dedos sobre su agujero muy levemente. Ya que el músculo que causa la erección comienza ahí atrás, esto producirá una reacción en su polla.
Después que hayas lamido su mango un montón de veces y está todo húmedo y duro, tu hombre comenzará a retorcerse con frustración si no comienzas a tomarlo en serio. Una rápida mirada a su cara te hará saber cuando estás llevando las cosas demasiado lejos. Atormentar es bueno... hasta un punto.
Un poco de experiencia chupando pollas te enseñará cuándo se ha alcanzado este punto. En uno de tus balanceos hacia arriba con su lengua, desde la base de su mástil al borde de su capullo, no te detengas.
Continúa tu larga, húmeda lamida sobre la punta de su polla, insistiendo en el agujero del centro. Mantén tu lengua en él, si puedes, pero no chupes su cabeza aún.
Ahora recorre con tu lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por la piel tierna encarada hacia ti. Aquí es donde la mayoría de los hombres son más sensibles. ¡Pero no todos los hombres! Hay una cosa que una buena chupadora de pollas tiene que aprender a hacer, tan pronto como estés cómoda, que es: Hacer preguntas. Cada hombre es único, y también su polla.
Estruja el mango y mira si brota un líquido claro. Si lo hace, baña tu lengua en él y espárcelo. Se extenderá contigo y parecerá fantásticamente erótico a tu compañero. Ahora, muestra como te gusta la sustancia.
Acércate a la cabeza de la polla como si fuese un helado de crema de chocolate y mete todo el capullo en tu boca caliente. Mantenlo allí.
Escúchale gemir. Ahora baja rápidamente y mete tanta polla como pueda caber dentro de tu boca. No temas, no te ahogarás. Si doblas tu cuello de la manera correcta, puedes meterla limpiamente en tu garganta.
Permanece así, con la polla dentro de tu boca, durante un momento. Siéntela dentro tuyo. Esto puede ser al menos tan exquisito como tenerla en tu conejito. Crece en ti.
En este momento puedes hacer varias cosas. Esta es una de ellas:
Deslízala hacia atrás hasta el extremo de la polla y chasquea tu lengua contra ella. Tu hombre tendrá un hormigueo ahora, queriendo profundizar más en tu garganta. Pero no le dejes imponerse. Si lo hiciera, se iría en dos minutos y ¿esto es divertido?
Moviéndote tan rápido como el pueda aguantar (no le dejes correrse aún), deslízate arriba y abajo por su polla como si estuvieras follándolo. Si está muy cerca de correrse, para, o al menos frena. Si no puedes introducirla hasta el final, puedes engañarlo un poco usando tu mano derecha para completar la sensación de tragártela a fondo. Parecerá como si la hubieses metido por completo en tu boca y hasta lo sentirá igual. Puede también deslizar tus dedos, moviéndolos en forma de "O" alrededor de su mango, arriba y abajo con el ritmo de su chupada.
Esta es otra cosa. Además de sólo meter la polla en la boca, puedes mamarla que es bastante diferente. Hay mamadas profundas y pequeñas y ambas sientan condenadamente bien. Tu hombre puede tener una preferencia, no obstante, así que observa sus reacciones.
Tomando tan sólo el capullo en tu boca, mámalo como si fuera un pezón o un pajita. Esto le sienta tan bien al hombre, que me pone el conejo caliente tan sólo pensar en ello.
La otra mamada es larga, profunda, en la que tomas la polla completa y la mamas todo el tiempo hacia arriba como si fueras un aspirador y después abajo y lo haces de nuevo, mamando hacia abajo también.
Aquí hay una cosa importante que saber: Cualquiera de estos movimientos sentirán bien las primeras pocas veces o más, pero tras un rato, es como si la polla se vuelve inmune al sentimiento. Cuando notes esto, es el momento de cambiar al siguiente juego. No querrás que la polla se vaya a dormir. La quieres constantemente estimulada, casi, pero sin llegar, al punto del orgasmo.
Que es justamente donde estamos ahora. Tienes una furiosa erección en tu mano derecha y unas pelotas algo tensas en tu izquierda. Échate atrás y obsérvalo, ¿no es bello? Lleva tu mano derecha a la base de la polla y aprieta allí. Esto provoca que el mango se llene y espese, y ahora el capullo estar brillante y suave. Continúa manteniendo la polla en tu boca, chupa y prueba todos tus movimientos variados hasta que sepas que el hombre no puede soportar más y va a dispararse.
Lo que hagas ahora es entre tú y tu amante. Personalmente, yo prefiero observar el disparo. Me proporciona imágenes para mis sueños húmedos y además, es emocionante ver la leche a borbotones. Es asombroso cuanta cosa sale y lo lejos que llega el disparo. Si quieres mirar, lo sentirás venir con su mano derecha y sabrás cuando apartarte. Puedes incluso intentar coger algo con tu lengua si eres rápida. Puedes querer tragarlo, algunas muchachas lo hacen, y a montones de chicos les gusta que se lo traguen. Ten cuidado de retroceder un poco cuando estalle o si no te atragantarás y esto no es muy romántico. Cógelo en tu boca, mantenlo allí y después lo tragas.
Otra solución, y esta también es bonita, salvo que estés haciendo el amor donde no puedas ensuciar, es dejar los tibios, maravillosos jugos derramarse en tu boca y entonces deslizarlos alrededor de la ya húmeda polla. ¡La hace tan escurridiza y deliciosa de tocar! Querrás recorrerla con tus manos, sintiendo la polla dura hacia arriba, esparciendo la reluciente leche sobre el capullo. Esto también crea una estupenda imagen sensual, para ti y para tu hombre.
Acabas de hacerle a tu hombre una mamada que no olvidará en la vida.
Créeme, si sigues mis instrucciones, este tipo querrá saber más sobre ti. He oído a los hombres que una mujer entre cincuenta sabe como hacer una buena chupada. El resto actúa como si fuera un gran favor. Lo que es otro punto que debo remarcar. Si no te gusta chupar y has intentado aprender a que te guste y todavía no funciona, no te rindas. Quizás te guste con el tiempo. Los hombres dicen que las mujeres mayores son mejores chupadoras.
Pero debo advertirte, hay un montón por ahí a las que les gusta chupar y son una dura competencia para las que sois tímidas. Conozco mujeres que incluso tienen orgasmos chupando pollas.
... y para terminar, los mandamientos que debe seguir una buena felatriz y que debes hacerle saber a tu hombre:
1. Lo primero y más importante: no estoy obligada a chupártela.
2. Extensión a la regla número 1: si lo hago, debes ser agradecido.
3. No me importa lo que viste en el video porno; lo habitual no es correrse en la cara de la chica. Te correrás cuando, donde y como yo diga.
4. Extensión a la regla numero 3: No, tampoco me lo tengo que tragar.
5. Mis orejas no son manillares.
6. Extensión a la regla numero 5: No me empujes la cabeza. Mi garganta tiene una capacidad limitada. Además, ¿acaso quieres que te pote en la polla?
7. No me importa lo mucho que te relajes, no está bien tirarse pedos.
8. Que tenga la regla no quiere decir que sea la semana de las mamadas. Que te entre en la cabeza, estoy hinchada y hecha polvo. Así que no me siento particularmente obligada a chupártela sólo porque tú no quieras o no puedas follar ahora.
9. Extensión a la regla numero 8: Decir que te duelen las pelotas por el calentón puede que haya funcionado en el instituto, pero ya no cuela. Si estás tan desesperado, hazte una paja y déjame en paz.
10. Si paro un momento para quitarme tu vello púbico de entre mis dientes, no me digas que lo acabo de arruinar. En ese momento pararé y te quedarás a medias.
11. Dejarme en la cama para ir a jugar videojuegos o ver la tele inmediatamente después es altamente irrecomendable para que mi comportamiento (mamada) se repita en el futuro.
12. Si te gusta como lo hago, lo mejor no es especular acerca del origen de mi talento. Simplemente disfruta el momento y alegrate de que sea tan buena. Mira también la regla numero 2 acerca de lo de ser agradecido.
13. No, no sabe particularmente bien. Y no me importa el aporte nutritivo de sus proteínas.
14. No, no lo haré mientras ves la tele.
15. Cuando oigas a tus amigos quejarse de que no se la chupan lo suficiente, mantén la boquita cerrada. No es apropiado ni compadecerse ni vacilar ante ellos.
16. Porque se te ponga dura todas las mañanas, eso no significa que tenga que darle a tu polla un "
No tiene importancia el lugar que escojas, puede ser en casa, en la cama o aparcada en el Bulevar del Ocaso, pero busca todo el nivel de intimidad que necesites para sentirte relajada y cachonda.
Por ejemplo, digamos que estás en un sofá, con un hombre que te gusta y sabes que a él le apetecería una buena mamada en este momento (siempre les apetece).
Deslízate en el suelo entre sus piernas y abre su bragueta. Busca y palpa su polla. Si está caliente para ti, ya estará dura. Si es nervioso, puede estar aún doblada en sus calzoncillos. Mantén agarrada su polla con la mano, sube a su cara y bésale. Observa si puedes sentir una respuesta abajo. Cualquier movimiento es una buen signo.
Ahora sácale la polla y mira cómo está. Si está tiesa, lo estás haciendo bien, en otro caso, aquí está el que hacer: Sácale las pelotas. Si los pantalones están muy tirantes, bájalos. Ahora sujeta sus pelotas en la mano izquierda y la polla en la derecha. Apriétala poco a poco hacia abajo en dirección a la base del mango y disponte a chupar.
Recorre tu lengua sobre tus labios para tenerlos listos y húmedos, y mira la cara de tu hombre. El quiere mirar como le chupas. A los hombres les gusta mirar. Ahora abre tu boca ligeramente para atormentar y excitar a tu hombre y acércate junto a su polla. Respira en él, sóplale con tu aliento caliente. Saca tu lengua de nuevo y tócale, atorméntalo.
Asegurándote que tu lengua está goteante de humedad, comienza en la base de su mango y lame hacia arriba, lentamente. Gira tu cabeza de lado y simula morderle, suavemente colocando tus dientes en su carne. Humedécelo de nuevo con tu lengua y usa tu mano para esparcir el líquido alrededor si es necesario. Una polla húmeda se ve y suena más cachonda que una seca.
Tu izquierda entretanto estará tocando sus pelotas, quizás arañándolas ligeramente con tus uñas. Puedes también querer buscar debajo y detrás de las pelotas para encontrar ese área tan sensitiva justo antes del ano, o incluso pasar tus dedos sobre su agujero muy levemente. Ya que el músculo que causa la erección comienza ahí atrás, esto producirá una reacción en su polla.
Después que hayas lamido su mango un montón de veces y está todo húmedo y duro, tu hombre comenzará a retorcerse con frustración si no comienzas a tomarlo en serio. Una rápida mirada a su cara te hará saber cuando estás llevando las cosas demasiado lejos. Atormentar es bueno... hasta un punto.
Un poco de experiencia chupando pollas te enseñará cuándo se ha alcanzado este punto. En uno de tus balanceos hacia arriba con su lengua, desde la base de su mástil al borde de su capullo, no te detengas.
Continúa tu larga, húmeda lamida sobre la punta de su polla, insistiendo en el agujero del centro. Mantén tu lengua en él, si puedes, pero no chupes su cabeza aún.
Ahora recorre con tu lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por la piel tierna encarada hacia ti. Aquí es donde la mayoría de los hombres son más sensibles. ¡Pero no todos los hombres! Hay una cosa que una buena chupadora de pollas tiene que aprender a hacer, tan pronto como estés cómoda, que es: Hacer preguntas. Cada hombre es único, y también su polla.
Estruja el mango y mira si brota un líquido claro. Si lo hace, baña tu lengua en él y espárcelo. Se extenderá contigo y parecerá fantásticamente erótico a tu compañero. Ahora, muestra como te gusta la sustancia.
Acércate a la cabeza de la polla como si fuese un helado de crema de chocolate y mete todo el capullo en tu boca caliente. Mantenlo allí.
Escúchale gemir. Ahora baja rápidamente y mete tanta polla como pueda caber dentro de tu boca. No temas, no te ahogarás. Si doblas tu cuello de la manera correcta, puedes meterla limpiamente en tu garganta.
Permanece así, con la polla dentro de tu boca, durante un momento. Siéntela dentro tuyo. Esto puede ser al menos tan exquisito como tenerla en tu conejito. Crece en ti.
En este momento puedes hacer varias cosas. Esta es una de ellas:
Deslízala hacia atrás hasta el extremo de la polla y chasquea tu lengua contra ella. Tu hombre tendrá un hormigueo ahora, queriendo profundizar más en tu garganta. Pero no le dejes imponerse. Si lo hiciera, se iría en dos minutos y ¿esto es divertido?
Moviéndote tan rápido como el pueda aguantar (no le dejes correrse aún), deslízate arriba y abajo por su polla como si estuvieras follándolo. Si está muy cerca de correrse, para, o al menos frena. Si no puedes introducirla hasta el final, puedes engañarlo un poco usando tu mano derecha para completar la sensación de tragártela a fondo. Parecerá como si la hubieses metido por completo en tu boca y hasta lo sentirá igual. Puede también deslizar tus dedos, moviéndolos en forma de "O" alrededor de su mango, arriba y abajo con el ritmo de su chupada.
Esta es otra cosa. Además de sólo meter la polla en la boca, puedes mamarla que es bastante diferente. Hay mamadas profundas y pequeñas y ambas sientan condenadamente bien. Tu hombre puede tener una preferencia, no obstante, así que observa sus reacciones.
Tomando tan sólo el capullo en tu boca, mámalo como si fuera un pezón o un pajita. Esto le sienta tan bien al hombre, que me pone el conejo caliente tan sólo pensar en ello.
La otra mamada es larga, profunda, en la que tomas la polla completa y la mamas todo el tiempo hacia arriba como si fueras un aspirador y después abajo y lo haces de nuevo, mamando hacia abajo también.
Aquí hay una cosa importante que saber: Cualquiera de estos movimientos sentirán bien las primeras pocas veces o más, pero tras un rato, es como si la polla se vuelve inmune al sentimiento. Cuando notes esto, es el momento de cambiar al siguiente juego. No querrás que la polla se vaya a dormir. La quieres constantemente estimulada, casi, pero sin llegar, al punto del orgasmo.
Que es justamente donde estamos ahora. Tienes una furiosa erección en tu mano derecha y unas pelotas algo tensas en tu izquierda. Échate atrás y obsérvalo, ¿no es bello? Lleva tu mano derecha a la base de la polla y aprieta allí. Esto provoca que el mango se llene y espese, y ahora el capullo estar brillante y suave. Continúa manteniendo la polla en tu boca, chupa y prueba todos tus movimientos variados hasta que sepas que el hombre no puede soportar más y va a dispararse.
Lo que hagas ahora es entre tú y tu amante. Personalmente, yo prefiero observar el disparo. Me proporciona imágenes para mis sueños húmedos y además, es emocionante ver la leche a borbotones. Es asombroso cuanta cosa sale y lo lejos que llega el disparo. Si quieres mirar, lo sentirás venir con su mano derecha y sabrás cuando apartarte. Puedes incluso intentar coger algo con tu lengua si eres rápida. Puedes querer tragarlo, algunas muchachas lo hacen, y a montones de chicos les gusta que se lo traguen. Ten cuidado de retroceder un poco cuando estalle o si no te atragantarás y esto no es muy romántico. Cógelo en tu boca, mantenlo allí y después lo tragas.
Otra solución, y esta también es bonita, salvo que estés haciendo el amor donde no puedas ensuciar, es dejar los tibios, maravillosos jugos derramarse en tu boca y entonces deslizarlos alrededor de la ya húmeda polla. ¡La hace tan escurridiza y deliciosa de tocar! Querrás recorrerla con tus manos, sintiendo la polla dura hacia arriba, esparciendo la reluciente leche sobre el capullo. Esto también crea una estupenda imagen sensual, para ti y para tu hombre.
Acabas de hacerle a tu hombre una mamada que no olvidará en la vida.
Créeme, si sigues mis instrucciones, este tipo querrá saber más sobre ti. He oído a los hombres que una mujer entre cincuenta sabe como hacer una buena chupada. El resto actúa como si fuera un gran favor. Lo que es otro punto que debo remarcar. Si no te gusta chupar y has intentado aprender a que te guste y todavía no funciona, no te rindas. Quizás te guste con el tiempo. Los hombres dicen que las mujeres mayores son mejores chupadoras.
Pero debo advertirte, hay un montón por ahí a las que les gusta chupar y son una dura competencia para las que sois tímidas. Conozco mujeres que incluso tienen orgasmos chupando pollas.
... y para terminar, los mandamientos que debe seguir una buena felatriz y que debes hacerle saber a tu hombre:
1. Lo primero y más importante: no estoy obligada a chupártela.
2. Extensión a la regla número 1: si lo hago, debes ser agradecido.
3. No me importa lo que viste en el video porno; lo habitual no es correrse en la cara de la chica. Te correrás cuando, donde y como yo diga.
4. Extensión a la regla numero 3: No, tampoco me lo tengo que tragar.
5. Mis orejas no son manillares.
6. Extensión a la regla numero 5: No me empujes la cabeza. Mi garganta tiene una capacidad limitada. Además, ¿acaso quieres que te pote en la polla?
7. No me importa lo mucho que te relajes, no está bien tirarse pedos.
8. Que tenga la regla no quiere decir que sea la semana de las mamadas. Que te entre en la cabeza, estoy hinchada y hecha polvo. Así que no me siento particularmente obligada a chupártela sólo porque tú no quieras o no puedas follar ahora.
9. Extensión a la regla numero 8: Decir que te duelen las pelotas por el calentón puede que haya funcionado en el instituto, pero ya no cuela. Si estás tan desesperado, hazte una paja y déjame en paz.
10. Si paro un momento para quitarme tu vello púbico de entre mis dientes, no me digas que lo acabo de arruinar. En ese momento pararé y te quedarás a medias.
11. Dejarme en la cama para ir a jugar videojuegos o ver la tele inmediatamente después es altamente irrecomendable para que mi comportamiento (mamada) se repita en el futuro.
12. Si te gusta como lo hago, lo mejor no es especular acerca del origen de mi talento. Simplemente disfruta el momento y alegrate de que sea tan buena. Mira también la regla numero 2 acerca de lo de ser agradecido.
13. No, no sabe particularmente bien. Y no me importa el aporte nutritivo de sus proteínas.
14. No, no lo haré mientras ves la tele.
15. Cuando oigas a tus amigos quejarse de que no se la chupan lo suficiente, mantén la boquita cerrada. No es apropiado ni compadecerse ni vacilar ante ellos.
16. Porque se te ponga dura todas las mañanas, eso no significa que tenga que darle a tu polla un "
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