Hija conflictiva a los 18

Tengo una hija de 18 años que de un año a esta parte viene mostrando un trastorno del comportamiento excesivo. Coincide justo en el momento en que se echa novio. A partir de ahí termina sus estudios de bachillerato con notas brillantes, sin embargo en la pruebas de acceso a la universidad se presenta para suspender a propósito (según ella misma ha confesado) Posteriormente inicia estudios de formación profesional que abandona en apenas 1 mes sin decirnos nada a los padres hasta 3 meses después. Se está volviendo huraña, desordenada y desarreglada. Ha perdido todo contacto con sus amigas de siempre y en una especie de diario que lleva reconoce que odia a todos los miembros de su familia a la que tacha de "mierda de familia". Tanto mi mujer como yo estamos absolutamente descolocados porque hubiéramos esperado ese comportamiento a los 14 o 15, pero no a los 18. Aparentemente está soltando a latigazos toda la rebeldía acumulada. De manera paralela, he indagado acerca de la posibilidad de que estuviera consumiendo alguna droga o alcohol y de momento no parece que sea esa la causa, aunque no la desechamos del todo.
Podría y seguramente debería darte más detalles que podrían serte de relevancia. De momento queremos saber cómo debemos afrontar el problema porque ahora mismo no tiene perspectivas ni de trabajar ni de estudiar. Se ha vuelto absolutamente anodina
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Seguramente corresponda a un conflicto generacional. Ella necesita rebelarse para encontrar su propia identidad, y si no se reveló a los 15, pues lo hace ahora a los 18. Y si sola no podía porque quizás habéis sido muy buenos padres, pues ahora con la excusa del novio lo utiliza para sus propósitos de iniciar conflictos con vosotros.
De antemano os digo que es importante que tu y tu mujer vayáis a un psicólogo especialista en adolescentes o terapeuta familiar.
Pero de momento las pautas que es importante seguir es: le tenéis que decir que os habéis dado que se ha hecho mayor y que es adulta para tomar sus propias decisiones. Que a partir de ahora no la vais a ayudar si no pide ella ayuda, y que no os vais a meter en su vida ni en sus historias. A cambio le pediréis sólo 3 normas básicas de convivencia en casa: 1 que arregle su habitación, porque vosotros no vais a intervenir para nada en eso, y cuando digo para nada es para nada. 2 determinar que cuando llegue a casa tarde, o cuando no pase en fin de semana en casa o si se queda más rato por la noche, os tiene que avisar, llamar, o enviar un SMS. Y la tercera y última es que va a tener una pequeña paga mensual que vosotros pactéis (muy poco), y que si le falta dinero a final de mes, que se espabile, que vosotros no le vais a dar. Que se ponga a trabajar o haga lo que quiera.
A los adolescentes no se les habla, se actúa
Después de esta charla los tres, tenéis que seguir este acuerdo los dos y observarla sin intervenir en nada.
De momento y mientras no se le aclare la mente le imponemos que colabore en casa haciendo habitaciones-limpieza general, plancha y demás. Tampoco más de 2 horas al día, ojo. También le obligamos a que se levante como muy tarde a las 9 de la mañana y que lleve una vida más ordenada. Parece que se va a adaptando a estas reglas pero hay que estar detrás de ella recordándoselo.
Lo que más nos preocupa es el detalle siguiente. El novio, sin dejar de ser una buena persona -al menos en apariencia- es de los tipos al que es imposible sacarle más de 3 palabras concatenadas y no exagero, porque lo he puesto a prueba en varias ocasiones y siempre con el mismo resultado. Carece de titulación básica conocida y que yo sepa tampoco desempeña trabajo alguno con casi 20 años de edad. La cuestión es que parece que nuestra hija está en un extraño caso de mimetismo y actualmente es difícil sacar de ella más que monosílabos. Es como si poco a poco bajara el listón de sus expectativas de futuro, lo que no hace sino limitarla al máximo. Sería un milagro que superara en la actual situación una mínima entrevista personal de trabajo debido a su carente comunicabilidad.
Creemos que la mejor solución es la de acudir directamente a un psicólogo, como bien dices. Le hemos mencionado esa posibilidad y de momento se niega rotundamente con lo que ahora solo nos queda nuestro propio trabajo de ayuda, siempre y cuando ella se deje
Un saludo afectuoso
Sigo insistiendo en que para ayudarla debéis cambiar ciertas cosas que están empeorando la situación. Que se mimetice con el novio es porque necesita revelarse con vosotros, no porque en realidad quiera estar con él, pero de eso se tiene que dar cuenta ella y de lo demás (pérdida de tiempo, no hace nada, etc). De verdad os digo que es absurdo que la obliguéis a hacer tareas de casa o a que se levante a una hora concreta, porque de esta manera ayudáis a que piense que vosotros sois los culpables de su situación, y no ella. Se debe dar cuenta por si misma. Necesitáis pautas parentales. De momento, como es evidente que ella no quiere ir a un psicólogo, id vosotros dos solos para que os den pautas con ella. Y seguid las mías de momento.
Las que os di anteriormente, si no lo hacéis ella os manipulará y os obligará a estar todo el día detrás de ella diciéndole lo que tienen que hacer. Si tenéis tanto tiempo que perder en vuestras vidas para dedicarlo a este quehacer es cosa vuestra, pero no os lo aconsejo. La idea es que ella reciba las consecuencias de sus actos y si no la dejáis con esas 3 simples normas que os comente y sin controlarla, nunca podrá recibirlas.
Os aconsejo cualquier libro del psicólogo ANdrea Fiorenza, experto en trato con adolescentes: pautas para padres con hijos adolescentes.

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